El aquelarre de las feministas

Netflix nos trae de vuelta a la Sabrina más oscura y más reinvidicativa

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Cuando era pequeña y pasaba los veranos en casa de mi abuela el ritual era siempre el mismo: despertarme, desayunar, recoger la parte de la casa que me tocara ese día e ir a la playa. Siempre igual. Mientras desayunaba la tele estaba encendida por las típicas series de comedia de jóvenes de los 90. Una de ellas era Sabrina, cosas de brujas una sitcom sobre una adolescente que es mitad humana mitad bruja. 22 años después de su estreno Netflix nos trae de nuevo a la joven bruja pero esta vez con más oscuridad y mucha más reivindicación social con Las escalofriantes aventuras de Sabrina

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La dualidad entre el mundo de los magos y brujos o el de los mortales es la gran temática de la serie. La joven Sabrina, de 16 años, deberá escoger entre las dos partes que la definen y que son incompatibles, o eso dicen. La serie comienza con el cumpleaños de la joven en el que deberá realizar su bautismo y firmar en el libro de El señor Oscuro de La Iglesia de la Noche y abandonar así su vida humana para conseguir más poder como bruja. Pero todo se ve truncado por una simple pregunta: ¿por qué? 

Esta cuestión la acompaña a lo largo de toda la serie y le despierta ante las injusticias del día a día. Hablo evidentemente del acoso que sufre una de sus amigas, Susi Putnam, pero antes de nada, como el personaje representa al género no binario me referiré a este con lenguaje inclusivo (aunque se diga que el lenguaje no tiene sexo). Elle se ve acosade por cuatro jóvenes del instituto que le llaman marimacho y lesbiana (como si fuera una insulto) y le levantan la camisa para saber si de verdad tiene tetas. No es nada que las personas no binarias no sufran día a día y que por fin podemos ver en una serie de éxito. 

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Frente a este acoso que no cesa Sabrina, Susi y Rosalind montan el club MAGIA (WICCA en inglés) donde las mujeres y personas que se sientan identificados con este se den apoyo y puedan luchar por una libertad real. Descubren de esta manera que hay libros en el instituto Baxter que tienen prohibidos, como Ojos azules o Lolita, y mediante la reivindicación consiguen que se cuestione la prohibición. La sorodidad no para de estar presente tanto en el mundo mortal como en el mágico, donde siguen primando las leyes y normas de preferencia masculina aunque haya muy pocos hombres en la serie. 

La oscuridad es el punto de luz de la historia que se muestra mucho más aterradora que su antepasada. Rituales satánicos, posesiones espirituales y demoníacas campan a sus anchas en la serie que aunque queramos pensar que es solo para adolescentes la puede disfrutar hasta el mayor de los adultos aunque no quiera reconocerlo. Muy alejada de la Sabrina Spellman que conocíamos el personaje al que da vida Kiernan Shipka nos va a hechizar con esa pregunta que no deja de hacerse y que nos llevará, según dicen, hasta el lugar más importante del averno.