Rafael Benítez Maudes (Madrid, 1960) dirigió su primer entrenamiento al frente del Tenerife el 20 de julio de 2000. Iniciaba así su pretemporada un equipo que una semana antes no tenía entrenador. Y que había cerrado el curso anterior con una racha de doce jornadas sin conocer la victoria: seis empates y seis derrotas. Por el camino, algo lógico con esos marcadores, había consumido dos técnicos: Fernando Castro Santos y Ángel Cappa. Al primero lo condenaron los malos resultados. Al segundo, sus discrepancias veraniegas con el presidente, Javier Pérez, por no dejarle intervenir directamente en la realización de los fichajes. Aunque si repasamos el capítulo de altas, parece que hay pocos motivos para las quejas: Aragoneses, Curro Torres, Charcos, Martí, Torrado, Hidalgo, Luis García...
Llegado el mes de julio creció la frecuencia y la intensidad en el cruce de declaraciones. “Sería un inconveniente muy serio no haber concretado los fichajes cuando arranque la pretemporada”, dijo el técnico. “Si no coincidimos, no hay porque seguir entrelazados”, respondió el presidente. “La situación es dificilísima, porque yo pienso de una manera y el club lo hace de otra. En estos casos, la gente se encuentra para saber que está desencontrada”, replicó Cappa. Al día siguiente, una semana antes de iniciarse la pretemporada, se concretaba su desvinculación del Tenerife. El club se puso entonces a buscar nuevo entrenador cuando todas las 'primeras opciones' ya tenían banquillo asignado. Santiago Llorente eligió a Benítez, que no era precisamente una invitación al optimismo.
En su trayectoria profesional, Benítez sumaba dos destituciones (con Valladolid y Osasuna), un ascenso (con el Extremadura), un descenso (con el Extremadura) y toda una temporada en el paro. “Llevo un año sin entrenar, tengo muchas ganar de trabajar y sé que este equipo puede rendir mucho. No me preocupa cómo acabó la temporada pasada. Hay que hacer borrón y cuenta nueva”, dijo al hacerse cargo del Tenerife. Y si no dio instrucciones a Pérez, lo pareció. Porque el presidente, amigo de hablar al inicio de cada campeonato de ascenso, UEFA y títulos, aseguró que la única meta sería “salir a ganar cada domingo”. Antes de que la frase hiciera fortuna en la boca de Simeone y otros muchos, el propio Benítez lo dijo con sus propias palabras: “Hay que ir partido a partido”.
Rafa Benítez, en un entrenamiento con el CD Tenerife
Si ganaba en Leganés, lo hacía. “Hay que ganar el próximo partido”, se limitó a decir entonces Rafa Benítez.