Luis Padilla nos revive, en el medio digital Atlántico Hoy, el nacimiento del Tenerife Atlético en la temporada 68/69.
Una remodelación salvaje de la Segunda División provocó el descenso del Tenerife en el verano de 1968. Militaba en el grupo Sur de la categoría de plata y acabó noveno entre dieciséis equipos, pero se fue a Tercera División. Tras el desastre, llegó la duda: integrarse en uno de los ocho grupos de Tercera División o regresar al ámbito regional con Realejos, Puerto Cruz, Orotava, Mensajero, Tacoronte.... Decidió la Federación Tinerfeña, presidida entonces por Miguel Ángel Morales Pestano, que con el tiempo sería directivo blanquiazul en la 'era Pérez'. Y se optó por salir en categoría nacional para mantener su condición de representativo insular.
Lo hizo en el grupo VIII, integrado mayormente por equipos de lo que antes se llamaba Castilla La Nueva. Y convertido en uno más de los 160 conjuntos que integraban la Tercera División, debió medirse a adversarios con escaso glamour: Boetticher, Reyfra, Aviaco, Pegaso, Moscardó, Talavera, Quintanar, Carabanchael... Y lo haría con nuevo nombre y nuevo uniforme. Pasó a llamarse Tenerife Atlético y a lucir camiseta azul y pantalón blanco en un intento de 'reinventarse' para ganarse el favor de una Isla que aún lo veía como “un equipo de Santa Cruz”. Y en la capital, tampoco era el equipo de todos, pues competía con Real Unión, Toscal, San Andrés...
En todo caso, el 'nuevo Tenerife' conservaba peculiaridades del 'viejo Tenerife'. Y la principal, sus problemas económicos. El presidente Eduardo Valenzuela anunció al inicio del curso que la entidad estaba obligada a acometer el “pago urgente” de cuatro millones de pesetas. Y como primer paso vendió al mediocentro Adolfo Sicilia al Oviedo, dejó ir al portero Antonio Gómez al Murcia y apenas conservó a algunos veteranos como Godoy, Morín, Barrios o Álvaro, a los que pronto se uniría el capitán Alberto Molina, recuperado de una lesión que le tuvo casi dos años inactivos. Y como ocurre en toda crisis, se miró a la cantera.
Por ahí aparecieron Del Castillo, Lesmes, Cabrera, Manolo, Juanito... Y también se 'fichó' al delantero Paco Sanjurjo, cedido por el Atlético de Madrid al ser destinado a la Isla a hacer el servicio militar. Como técnico se apostó por Carlos Galbis (39 años), que había bajado con el Ceuta... pese a haber sido séptimo en el grupo Sur de Segunda División en el que también militó en Tenerife. Dispuesto a 'arrasar' en la categoría de bronce a rivales con menos nivel y solera, en las tres primeras jornadas fue derrotado por Quintanar (2-1), Boetticher (2-1) y Plus Ultra (1-2) y era colista. Mes y medio después, tras una goleada en Salamanca (3-0), Galbis era cesado.
Para entonces, el Tenerife era decimoquinto y tenía nuevos problemas: el latreral Álvaro optó por la retirada, la mala salud obligó a renunciar a Valenzuela y dejar el club a una gestora presidida por José Antonio Oramas y el tándem Villar-Guiance no tuvo éxito en el banquillo... aunque dejó un 8-0 al Béjar que aún se mantiene como tope histórico. Dos nuevas derrotas ante Extremadura (2-0) y Mérida (2-1) obligaron a llamar a Fernando Cova como técnico cuando, tras catorce fechas, el Tenerife era decimotercero. Sólo ascendia el campeón y ya era tarde, aunque Cova dejó un récord 'imbatible': ganó los trece partidos que dirigió al Tenerife en el Heliodoro.
El Tenerife Atlético 68-69, con su nuevo uniforme de camiseta azul y pantalón blanco
A todos los tuvo que traspasar para sobrevivir... pero el tiempo demostró que no fue una buena receta.