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El ‘negocio’ del siglo

Luis Padilla nos recuerda este sábado, cuando el CD Tenerife fichó al arquero Marcelo Leonardo Ojeda

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Ahora, cuando España ha coleccionado a lo largo del siglo porteros de leyenda, suena a ciencia ficción. Ahora, cuando Argentina no encuentra ni un portero de nivel aceptable para otorgarle el 'candado' de su selección, puede parecer hasta grotesco... Pero hubo un tiempo, a mediados de los años noventa, en el que en España no sobraban los buenos porteros. El titular en la selección, Andoni Zubizarreta, había sido desechado por el Barcelona. Y sus dos acompañantes en el Mundial de Estados Unidos 94, Cañizares y Lopetegui, serían suplentes el curso siguiente, cuando el nombre de los porteros titulares de los nueve primeros clasificados de la liga española deja pocos nombres inolvidables: Buyo, Liaño, Jaro, Busquets, Unzúe, Toni, Cedrún, Valencia y Mora. Todos españoles, sí, pero casi ninguno con un lugar en la historia del fútbol patrio. Y con un hueco sólo en la memoria de los muy entendidos.

Además, en ese tiempo existía un límite de extranjeros y la Unión Europea no había aprobado la 'ley Bosman', que poco después daría carta blanca al tráfico de futbolistas comunitarios. Fue entonces cuando Javier Pérez tuvo una ocurrencia: fichar guardametas sudamericanos a bajo precio, disfrutarlos durante un par de años mientras se tramitaba su nacionalización… y venderlos luego a precio de oro. Era el negocio del siglo. Y el límite de extranjeros no era un problema. Todo lo contrario: en aquel tiempo se podían tener cuatro en la plantilla, pero sólo podían jugar tres a la vez, por lo que al ser dos de ellos porteros nunca podrían coincidir en el campo. Así, el 5 de agosto de 1994, horas antes de medirse al Real Madrid en partido amistoso que significa el regreso de Valdano y Redondo al Heliodoro, el Tenerife fichó del Lanús a Marcelo Leonardo Ojeda (Argentina, 1968).

Días antes había adquirido del Rosario Central a José María Buljubasich (Argentina, 1971), al tiempo que negoció durante semanas con Banfield para la compra de Ángel David Comizzo (Argentina, 1962), desechado finalmente más por su veteranía que por su precio. Porque, eso sí, el Tenerife apenas pagó 90 millones de pesetas por Ojeda y mucho menos por Buljubasic. “En un par de años nos pueden dar más de quinientos millones por ellos”, anunció Pérez. La realidad fue otra: dos años después, Buljubasich se iba gratis al Lleida, de Segunda División. Pero el presidente había acertado con su apuesta. La crisis de porteros continuó y hubo importantísimas ofertas por Ojeda, que cuajó tres excelentes temporadas como blanquiazul. Abandonó la entidad con 138 partidos jugados, después de que las lesiones y su propio abandono le relegaran al banquillo o la grada mientras colegas con peor nivel ocupaban la portería.


Marcelo Leonardo Ojeda

Con lo que no contaba Javier Pérez, ni podía contar nadie, era con la aprobación de la 'ley Bosman'. Y con la invasión de porteros europeos... o con pasaporte de algún país europeo. ¿Ejemplos? Ilgner, Vitor Baía y Songo’o en Madrid, Barça y Dépor, los tres grandes de entonces. Y también Konrad, Dutruel… Conclusión: las buenas ideas también necesitan buena suerte.