El peor Tenerife le gana al Madrid

Luis Padilla nos recuerda este viernes, el día en el que un conjunto blanquiazul en horas bajas le ganaba al todopoderoso equipo blanco

Guardar

Featured Image 16385
Featured Image 16385

Una temeridad, una locura, un disparate… En plena posguerra, la elección del Real Madrid como invitado para inaugurar la nueva Tribuna del Stadium no fue muy bien acogida. No había nada contra el rival, que entonces ya presidía Santiago Bernabéu y tenía en sus filas a un hijo de la tierra, Luis Molowny, lo que garantizaba el lleno en el remodelado recinto. El problema no era el adversario... sino el Tenerife, que pasaba por una de las peores épocas de su historia, lejos de ser el máximo exponente futbolístico de la época, empeñado como estaba –algo que también haría Bernabéu en el Madrid– en construir un estadio para poder adquirir poder económico y, a partir de ahí, ganar poder deportivo.

En la Liga Interregional, por ejemplo, había cedido ante el empuje del Price. Y en el Campeonato Insular nunca tuvo opciones frente al Real Hespérides. Por ello, había temor a recibir una paliza de escándalo ante el Madrid. El conjunto blanco, aunque había ganado tres meses antes su segunda Copa del Generalísimo consecutiva, tampoco atravesaba su mejor momento. En la Liga 46-47, por ejemplo, había sido séptimo... por debajo incluso del entonces pujante Sabadell. Eso sí, se había dado el gusto de quitarle la liga al Atlético de Madrid en la última jornada... y aún estaba muy por encima de los equipos insulares, que no tenían un carácter profesional: la gira la inició en Las Palmas con goleada (2-7) al Gran Canaria y victoria (2-3) frente al Marino.

Y así, el 7 de septiembre de 1947 se presentó en el Stadium dispuesto a lograr su primera victoria ante el Tenerife y como invitado de la inauguración de la nueva Tribuna, entonces conocida como grada de General, paralela a la calle San Sebastián y con capacidad para 4.000 aficionados. El Tenerife lució ese domingo camiseta blanquiazul a rayas verticales y pantalón azul, para así dejar que su ilustre visitante vistiera su uniforme habitual. Y el nuevo técnico, Joaquín Cárdenes, en su segunda etapa en el banquillo local, alineó a: Manolito; Isidoro, Chicho; Mora, Medina, Victoriano; Eusebio, Abelardo Molowny, Andrés, López y Peregrino. A los 50 segundos de partido ya se habían disipado los temores, después de que Andrés, el ariete local, inaugurara el marcador.

En la segunda parte, a un cuarto de hora del final, Abelardo Molwny certificó la superioridad blanquiazul y estableció el 2-0 definitivo. Al juego más táctico del Madrid, el Tenerife opuso “velocidad y aperturas por las alas”. Y en los últimos minutos estuvo a punto de alcanzar la goleada tras un cabezazo de Peregrino que detuvo Bañón. Al final, “en medio de una gran ovación”, los jugadores locales posaron “con un bonita copa donada por la agencia de compra-venta Navarro”. Cuatro días después, en su ¡décimo enfrentamiento!, el Real Madrid pudo, por fin, derrotar al Tenerife. Lo hizo por 4-1 y con la particularidad de que todos los goles del conjunto merengue los hicieron futbolistas canarios: dos de Luis Molowny y dos del ariete Gallardo.

Image

Formación del CD Tenerife que ganó al Real Madrid

Pese a la buena impresión causada ante el Madrid, el Tenerife 47-48 fue quinto –entre seis equipos– en el campeonato tinerfeño, por detrás de Hespérides, Real Unión, Norte y Price. Por el camino consumió tres entrenadores [Cárdenes, Basilio y Martinica] y ni siquiera se clasificó para la liga Interregional.