El rival que nunca existió

Luis Padilla nos recuerda este sábado la historia del primer rival del CD Tenerife en la Copa de la UEFA, ese que a priori sería el Mónaco, aunque finalmente nunca sucedió así

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“El AS Mónaco es un club fundado en 1919, pero que empezó a jugar profesionalmente al fútbol tres décadas después. Suma 31 temporadas en la League 1, la primera división francesa, que ha conquistado en cinco ocasiones, la última de ellas en la campaña 87/88. Hace dos años, en 1991, ganó su quinta Copa de Francia y la temporada pasada fue finalista de la Recopa de Europa, cayendo en la cita decisiva ante el Werder Bremen. Viste camiseta blanca y roja dividida en diagonal desde el hombro izquierdo hasta el costado derecho, pantalón blanco y medias blancas. Juega en el moderno Stade Louis II, inaugurado en 1985 y con capacidad para 18.500 espectadores, aunque rara vez se llena y el público no suele ser muy bullicioso. La pista de atletismo hace, además, que el público esté separado del terreno de juego”. Todo interesaba. Y cualquier periodista o aficionado del Tenerife quería tener aquel 14 de julio de 1993 la máxima información sobre el primer rival que iban a tener los blanquiazules en su primera aventura en la Copa de la UEFA.

Aquel miércoles, concluido el sorteo de las competiciones europeas, en toda la Isla se supo que “el AS Mónaco está dirigido por el francés Arsene Wenger, de 43 años, que va a iniciar su séptima temporada en el club. El equipo ha finalizado tercero en la recién terminada liga francesa y acaba de fichar al centrocampista belga Enzo Scifo, que está llamado a ser la gran estrella del equipo junto a su delantero centro, el alemán Jurgen Klinsmann, campeón del mundo. Además, cuenta con varios internacionales franceses como el portero Jean-Luc Ettori, el defensa Luc Senor y los centrocampistas Emmanuel Petit [que cinco años después sería campeón del mundo con Francia] y Christian Pérez”. ¿Algo más? Sí, mucho más. Porque absolutamente todo era noticia. Hasta las gestiones que realizaba la princesa Carolina de Mónaco con el mismo Juan Pablo II para que se reconociera como posibles herederos a los tres hijos que había tenido con su marido, Stefano Casiraghi, fallecido años antes en un accidente motonáutico. Y no digamos nada de las desventuras amorosas de la princesa Estefanía.

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Wenger, mientras era entrenador del Mónaco

Porque entonces, Estefanía de Mónaco tenía 28 años y un tipazo de quitar el hipo, que también eran de obligado conocimiento. Y así, mientras algunos medios de comunicación tinerfeños mandaban enviados especiales a Mónaco para conocer los secretos de la entidad, periodistas y aficionados soñaban con su primer viaje europeo. A Mónaco, al lujo, al glamour, a jugarse unas perras en el Casino de Montecarlo, a invitar a cenar a Estefanía... ¿Hay muchos jóvenes aficionados del Tenerife a los que no les suena de nada esa 'eliminatoria UEFA' ante el Mönaco? No se preocupen, porque hay una explicación: un mes y medio después, cuando el debut europeo de los blanquiazules era inminente, la UEFA descalificó al Olympique de Marsella, trasladó a los del Principado a la Liga de Campeones y colocó al Auxerre, sexto clasificado liguero, en la Copa de la UEFA como pareja de baile del Tenerife. Y el Mónaco se convirtió en el rival que nunca existió.