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Génesis de un mito

El historiador tinerfeño Álvaro Santana desvela desde Estados Unidos la intrahistoria de "Cien años de soledad"

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“UNA NOVELA MUY LARGA Y MUY COMPLEJA EN LA QUE HE PUESTO MIS MEJORES ILUSIONES”. Así anunciaba Gabriel García Márquez la obra que tenía entre manos en 1965, Cien años de soledad, publicada dos años después por Editorial Sudamericana, acontecimiento cultural del que ahora se cumple medio siglo.

Lejos de confiar en su talento (y sin sospechar ni remotamente que su libro habría de convertirse en un hito), el escritor colombiano avanzaba por su camino literario lleno de  temores. Unos estaban relacionados con el valor de su creación y otros con la acogida que el público y la crítica podían dispensarle tras salir de la imprenta, de hecho García Márquez, que hasta entonces no había conocido el éxito, sabía que su ambición podía ser castigada severamente, sepultándole definitivamente como autor.

La compleja intrahistoria de Cien años de soledad tiene un cualificado explorador en Álvaro Santana *, el historiador tinerfeño que acaba de publicar varios textos en las ediciones digitales de El País, The Atlantic y TIME, todos ellos referidos a la génesis del libro. Afincado desde hace años en Estados Unidos, Santana es actualmente profesor de Sociología en el Whitman College, del estado de Washington, y Research Fellow del Harry Ransom Center, en la Universidad de Texas, donde se conserva el archivo personal de García Márquez.

Pero no es en la institución tejana donde se encuentran las pruebas de que el autor colombiano tanteó cuidadosamente al público antes de la edición definitiva de su obra. Santana visitó bibliotecas de Francia, Estados Unidos, Colombia y España para seguir el rastro de siete capítulos sueltos con los que García Márquez quiso también sondear a la crítica y explorar su grado de receptividad. Como señala en el artículo publicado en El País, las mencionadas avanzadas de Cien años de soledad representan “más de un tercio de la novela” y cayeron en el olvido bien “porque se creía que eran idénticos a los publicados en la primera edición de 1967”, bien porque su autor afirmó más tarde que se había desecho de “las notas y manuscritos preparatorios”.

Acercando su lupa, Santana ha detectado hasta un centenar de cambios respecto a la obra acabada. Uno de ellos tiene que ver con Macondo, cuyo emplazamiento exacto no se especifica en la novela,  mientras que en uno de los episodios preliminares se dice que el legendario pueblo limitaba “al occidente con los médanos del río de La Magdalena” de Colombia. Así consta en el capítulo publicado el 1 de mayo de 1966 en El Espectador de Bogotá, cuando aún quedaban tres meses para la conclusión de la obra. El periódico colombiano no fue el único banco de pruebas. En los meses previos a la publicación, García Márquez utilizó otras plataformas, a uno y otro lado del Atlántico: las revistas Diálogos, de México, y Eco, de su país natal, Mundo nuevo, publicada en París, pero con amplia difusión internacional, el magacín argentino Primera plana y la revista peruana Amaru, a cuyos lectores confió el pasaje más arriesgado de la obra, la subida al cielo de Remedios la bella.

Literatura e historia


Según adelanta el investigador tinerfeño, los escritos aparecidos en TIME, The Atlantic y El País forman parte de un libro que está a punto de terminar: Ascent to Glory: The Transformation of 'One Hundred of Solitude' into a Global Classic ("Ascenso a la gloria: la transformación de Cien años de soledad, en un clásico global"), cuya publicación está prevista para el próximo año a través de la prestigiosa Columbia University Press.

“La sociología del arte ha sido, tradicionalmente, uno de los campos más innovadores  dentro de esta disciplina”, afirma Santana, quien pone como ejemplos los estudios de Max Weber sobre el arte occidental, el dedicado por Georg Simmel a Rembrandt, el que Norbert Elias consagró a Mozart, o el que Pierre Bourdieu realizó a partir de la novela de Flaubert La educación sentimental. “También sabemos por la correspondencia de Karl Marx que este quería terminar pronto El capital para dedicarse a escribir un estudio sobre la sociedad burguesa capitalista a través de las obras de Balzac, lo cual no pudo hacer”, apunta el historiador.

Según explica Santana, su libro “busca insertarse en esta tradición que trata de reivindicar la importancia sociológica del arte y, en especial, de la literatura como una institución social de primer orden en el mundo moderno”.

En referencia a Balzac, y pese a la aureola de originalidad que envuelve Cien años de soledad, el Nobel guatemalteco Miguel Ángel Asturias detectó en ella un “casi plagio” de La búsqueda de lo absoluto, una de las novelas que componen el vasto ciclo narrativo del autor francés La comedia humana. A su vez, Álvaro Santana considera que la obra de García Márquez tiene como precursora Los Sangurimas, “novella" del escritor ecuatoriano José de la Cuadra, fechada en 1934.

Los Sangurimas –explica– forma parte de la tradición costumbrista latinoamericana, uno de los pilares estéticos y literarios de Cien años de soledad. Quiero decir que esta no apareció de la nada, sino que se encuadra en una tradición literaria continental, al igual que el costumbrismo y el regionalismo, lo que ayuda a explicar, en parte, su rápido éxito en toda América Latina a partir de 1967. Los Sangurimas es la historia de varias generaciones de una familia, donde se anticipan varios de los elementos clave en Cien años de soledad: la violencia, lo sobrenatural, el conflicto social por la tierra y, conforme avanza la novela, la decadencia del entorno y de la familia”.

Una fantasía realista

Que una novela fantástica como la de García Márquez se hay convertido en un hito del realismo puede ser entendido como una paradoja o como una conquista de la imaginación.

Para Álvaro Santana, el éxito obtenido por Cien años de soledad a partir de 1967 puede ser interpretado como “una reacción contra el ultrarrealismo de los estilos de la época (así el indigenismo en América Latina), el realismo social en España (representado, entre otros, por Cela y Delibes) o el nouveau roman francés”. Otro de los motivos por los que la obra de García Márquez caló tan hondo es porque “ayudó a poner de nuevo la imaginación en el centro de la vida de los personajes como algo cotidiano. Es decir –señala el historiador isleño–, Cien años de soledad nos permite reconocer que no solo la razón, sino la imaginación y la fantasía, son una parte importante de nuestra vida cotidiana”.

Podría concluirse que el esfuerzo intelectual invertido por Álvaro Santana obedece a una fascinación por la obra y su autor, pero no es así. Para el investigador tinerfeño, Cien años de soledad es solo un pretexto. “La orientación de mi proyecto”, afirma, “es sociológica e histórica. Me encanta la literatura, y mi idea es aportar nuevas perspectivas a través de dicha novela”.

Con el estudio que verá la luz el próximo año, Álvaro Santana quiere, por un lado, ayudar a entender el mundo en el que emergió Cien años de soledad, revelar cómo la obra –al alcanzar tempranamente la categoría de clásico– “acabó convirtiéndose en una institución social”, penetrando diferentes campos de la cultura popular. No solo es, añade, un libro que logró “entrar en nuestras vidas”, sino una obra que “ha condicionado, en parte, nuestra visión de la realidad cotidiana, por ejemplo, al entender que lo mágico forma parte de lo real”

Consciente de que sociólogos como los mencionados Weber, Simmel, Elias o Bourdieu escogieron modelos de la cultura europea para abordar sus análisis, Santana ha querido apostar por un ejemplo surgido fuera de Europa. “Mi otro objetivo –concluye– es mostrar cómo este clásico de las letras hispanoamericanas ha cambiado la manera de enfocar tanto los estudios de sociología como los relacionados con la historia del arte y la literatura”.

Queda claro, pues, que Cien años de soledad, novela genial o astuto golpe de efecto, ha ejercido una influencia extraordinaria, tanto que pide ser analizada más allá de la crítica literaria. El próximo año sabremos algo más de ella.


* Álvaro Santana Acuña es doctor en sociología por la Universidad de Harvard. Es co-editor del libro "La nueva sociología de las artes" (Gedisa, 2017). Su investigación sobre "Cien años de soledad" ha recibido varios premios internacionales y ha sido publicada en The Atlantic, TIME, El País, Nexos, The American Journal of Cultural Sociology y Books & Ideas. Actualmente, imparte Sociología en el Whitman College y es Research Fellow del Harry Ransom Center, donde se halla el archivo personal de García Márquez.


El texto en inglés y español escrito para el Harry Ransom Center puede consultarse en línea bajo el título “Una historia de cien años de soledad a través de sus documentos”:
http://blog.hrc.utexas.edu/2017/05/23/una-historia-de-cien-anos-de-soledad-a-traves-de-sus-documentos/

El mismo texto, reproducido en TIME (solo en inglés):
http://time.com/4799254/one-hundred-years-of-solitude-documents/?xid=homepage

El artículo "Cien años de soledad", cincuenta años después, recogido por The Atlantic en su edición digital:
https://www.theatlantic.com/entertainment/archive/2017/05/one-hundred-years-of-solitude-50-years-later/527118/

Los siete capítulos olvidados de “Cien años de soledad”, artículo publicado por El País tanto en su edición en papel como en la web del diario, y traducido, además, para las versiones brasileña e italiana de la misma página:
http://cultura.elpais.com/cultura/2017/05/27/actualidad/1495898941_823449.html