Invicto… en campo neutral

Luis PAdilla nos recuerda este sábado, cuando el CD Tenerife resistió al poderío del Madrid en el año 1935. Siendo capaces de vencer al equipo blanco

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El Tenerife tenía un buen equipo en los años treinta. Eso lo admitían hasta en Madrid. Y así lo reconocían hasta los seguidores de un Real Madrid que entonces, durante la II República Española, había perdido su condición de Real. Lo que no había perdido era su enorme potencial. Era un equipazo que pugnaba por la supremacía nacional con el mejor Athletic de Bilbao de todos los tiempos. Avanzaba la década y el equipo blanco tenía una espina clavada. Aquellos tres amistosos que en el año 32 había jugado en el Stadium y que se saldaron con dos derrotas y un empate. Venía de conquistar dos títulos de Liga y de firmar dos subcampeonatos en cuatro años... pero seguían escociendo aquellos tropiezos.

El Tenerife se crecía ante su público, de acuerdo, pero antes y después de aquellos compromisos ante el Madrid otros equipos habían logrado ganar en el Stadium. Lo hicieron el Sevilla, el Everton, el Español… Muchos. Y lo hizo el Athletic de Bilbao en el año 34. En una gira similar a la que había efectuado el Madrid, con tres partidos en una semana, el conjunto vasco obtuvo tres victorias en tres encuentros. Ganó siempre con enormes dificultades, pero ganó. Y si se dice que las comparaciones son odiosas, esa, sin duda, lo era. Así que, al verano siguiente, el Madrid regresó a Tenerife para emular al Athletic con el convencimiento de que ganar en el Stadium era difícil... pero no imposible.

Y lo hizo con todas sus figuras y con internacionales absolutos como Zamora, Ciriaco, Quincoces, los hermanos Regueiro, los grancanarios Hilario y Valle, Emilín… El balance de los tres partidos fue similar al que había obtenido el Madrid tres años antes: dos derrotas y un empate. Y como hay afrentas que no se pueden permitir, el equipo blanco exigió revancha. Y no sólo eso: exigió revancha... ¡en campo neutral! En Gran Canaria, en concreto, donde los merengues tenían contratado un amistoso contra el Victoria, al que aplastaron por 4-0 en el campo España. En el mismo escenario esperaron al Tenerife el 7 de julio de 1935 dispuestos a hacerles pagar, una a una, todas las humillaciones sufridas en el Stadium.

Y allí se presentó ese domingo el Tenerife, acompañado por unos 400 seguidores que se desplazaron en el correíllo 'Ciudad de Melilla'. Joaquín Cárdenes, técnico blanquiazul, alineó a: Cayol; Matroyo, Sabina; Arencibia, Nieto, Cubas; Roig, Chicote, Quico, Semán y Quique. El Madrid, ya se ha dicho, quería hacer sangre. Y en los primeros minutos generó su mejor fútbol. Pero siempre encontró respuesta en un inspiradísimo Gilberto Cayol, que un par de años antes compartió la portería del Madrid con Zamora y que durante un tiempo llegó a sentar al mítico guardameta. Al final, el 0-0 dejó una sensación de frustración en el Madrid: ni en campo neutral habían podido con el Tenerife.

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Alineación del Madrid, en el año 1935

Además, los blancos se veían obligados a aceptar un 'desempate' en el Stadium cinco días después, en el que se puso en juego una preciosa copa donada por cigarros La Lucha. Con un lleno absoluto, el Tenerife se dio un festín: ganó 4-1 con dos goles de Semán, uno de Roig y un último tanto antológico de Pancho Arencibia, de espaldas al marco y de tacón.