Jorge abre el tarro de las esencias

Luis Padilla nos recuerda este domingo, el día en el que Jorge Fernández Armas anotó cuatro goles ante el Real Zaragoza, con la camiseta del CD Tenerife

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 “La verdad es que ese día me salió todo”. Cuarenta años después, Jorge Fernández Armas (Tenerife, 1951) aún no ha olvidado aquel domingo, cuando le hizo cuatro goles al Real Zaragoza, entonces equipos de Primera División, en la final del III Trofeo Teide. Y no fue a un Zaragoza cualquiera. Ese equipo, que en Los Cuartos alineó a Nieves, Violeta, García-Castany o Planas, acabaría tercero en la Liga sólo por detrás del Barça de Cruyff y del Atlético de Madrid en un curso en el que el fútbol español celebró la reapertura de sus fronteras y la llegada de varios extranjeros de postín.

Pero aquel 19 de agosto de 1973, el Zaragoza sufrió la exhibición de un futbolista formidable. Los blanquiazules, dirigidos por Dagoberto Moll, habían llegado a la final tras superar con solvencia a Real Unión (2-0) y Puerto Cruz (2-0). Nada que ver con la exhibición goleadora (5-0) de los maños ante el Orotava. Así que, dispuestos a recibir un nuevo chaparrón y con los uruguayos Kraus y Ferreira recién llegados, formaron: Domingo; Juan Miguel (Lesmes, 46), Molina, Pepito; Roberto, Esteban (Eduardo, 73); Caamaño (Ferreira, 66), Medina (Kraus, 73), Jorge, Cabrera y Gilberto.

Al cuarto de hora, Jorge recibió un pase de Cabrera, encaró a Nieves y dio un pase a la red. Y poco después, tras hacer la pared con Medina, firmó el dos-cero con un tiro cruzado. A la media hora, Jorge también hizo el tres-cero... pero fue uno de esos goles que a él no le gustaría tener en cuenta. Fue feo, sin elegancia, a la salida de un barullo en el área. Nada que ver, por cierto, con el 4-2 final, cerca de la hora de juego, cuando culminó una combinación de toda la delantera local, un festival de pases al primer toque, con un disparo colocadísimo, junto al palo, imposible para Nieves.

El público, entusiasmado, celebró el tanto con flamear de pañuelos. Antes del descanso, el Zaragoza había hecho sus dos goles en sólo un minuto, ambos por mediación de Galdós. Y había hecho peligrar el triunfo hasta que Jorge cerró su particular póker de goles, aunque nunca un goleador puro. Eso sí, tampoco era la primera vez que firmaba una exhibición realizadora. El curso anterior, por ejemplo, hizo tres tantos en todo el campeonato... y luego, en la eliminatoria de promoción ante el Ensidesa, marcó otros tres en el partido de ida (6-2) y dejó resuelto el compromiso. 

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Jorge Fernández Armas, con la camiseta del CD Tenerife

Imprevisible, genial y con una capacidad innata para hacer lo inimaginable con un balón, Jorge se formó en el Santo Domingo, el Toscal y el Victoria para llegar al Tenerife con 19 años, cuando el equipo estaba en Tercera División. Participó con su fútbol y diez goles del ascenso a la categoría de plata y como blanquiazul totalizó 221 partidos oficiales y 33 tantos, repartidos en ocho temporadas. Luego jugó cuatro campañas en la élite con Las Palmas, con la que disputó una final de Copa del Rey. Y antes de retirarse tuvo tiempo de exhibirse en el Elche y en el mejor Güímar de todos los tiempos... y que eliminó de la Copa al propio Tenerife.

Eso sí, para el recuerdo dejó siempre aquel día de agosto, “cuando me salió todo”.