No es que su radio de acción se agote allá donde termina la ciudad. Es que, entre su rica gama de modelos crossover, éste que acaba de llegar está hecho a medida del segmento de los SUV-B más urbanos.
Poco a poco, ladrillo a ladrillo, Kia ha edificado la más amplia selección de modelos crossover. El último peldaño, el que pone el tejado, es el Stonic, que con 4,14 metros iguala la longitud del Soul, pero desde un prisma mucho más acorde con lo que está en boga entre los SUV-B. ¿Y que se lleva? Pues un exterior con un diseño contrastado y personalizable; un interior amplio y bien armado en lo tecnológico; motores pequeños, pero con nervio y un precio asequible. En el caso del Stonic, desde 12.990 euros.
El hecho de tener por encima de él modelos como el Niro, el Sportage o el Sorento y estar flanqueado por el Soul ha permitido a Kia ir al grano con el Stonic. La etiqueta de crossover urbano le viene que ni pintada, entre otras cosas porque no tiene ambiciones todoterreno. Todas sus versiones son tracción delantera, pero echa el resto en cuanto a alternativas de motorización. Sólo en gasolina hay tres: 1.2 y 1.4 MPI de 85 y 100 CV y el gran caramelo de su gama, el 1.0 T-GDI (turbo e inyección directa) en su versión de 120 CV. La única diésel, la 1.6 CRDI también rompe la barrera del centenar de CV con 110.
Menos la 1.2 MPI, el resto emplean una caja de cambios manual de seis velocidades. Más avanzada su comercialización, el más potente de los Stonic podrá escogerse con la caja automática de doble embrague DCT y siete velocidades. De serie, todas las variantes cuentan con el sistema de parada y arranque automático (ISG) que ayuda a comprimir las cifras de consumo medio. En este sentido, el Stonic más frugal es el 1.6 CRDI con 4,2 kitros de diésel por cada 100 km recorridos de media. El gasolina más ahorrador es el 1.0 T-GDI con 5l/100 km, según datos oficiales de Kia Motors.
Respecto al Soul, que desde su aparición se ha destacado como el Kia de diseño más alternativo, el Stonic vuelve a un camino más convencional pero, a la vez, muy contrastado respecto a los demás lanzamientos. En realidad, incluyendo el Stinger y el futuro cee’d, no se puede decir que Peter Schreyer y su equipo de diseñadores hayan caído en la rutina. No faltan estribillos como la parrilla ‘tiger nose’ que estrena marco tridimensional o el generoso pilar C, pero el resto (ópticas traseras aparte) es propio de un coche genuino.
Frente a frente con rivales y hermanos de gama, el Stonic se sale de la norma en su habitáculo con una posición más retrasada de lo habitual y su techo tipo ‘targa’ que da pie a las veinte posibles combinaciones de colores del exterior. Esto es posible en buena medida por el gran pilar C que crea una división natural entre esa cubierta y el resto de la carrocería. Según el color de ésta, el techo puede estar disponible en negro, blanco, rojo, naranja o verde.
Diseño interior
Más previsible, en el interior adquieren relieve componentes como la superficie del salpicadero que se inspira en la calandra del frontal, la base de la consola central y los pespuntes de volante, fuelle del selector del cambio, el reposabrazos central y los asientos que, además, pueden tener un acabado mixto tejido/piel artificial en dos tonos.
Si los SUV-B están ganándole terreno a los compactos no es sólo porque su estética crossover esté más o menos de moda; también por las ventajas que ofrecen en cuanto a espacio. En Kia se manejan bien en este terreno, por ello el Stonic se escuda en los 1.070 mm de margen para las piernas delante y 850 detrás, los 996 y 975 mm de espacio vertical y una anchura entre hombros de 1.375 y 1.355 mm, respectivamente. El depósito está ubicado bajo el asiento trasero para no robarle espacio a esas plazas posteriores y su maletero de 332 litros de capacidad y con una amplia boca de carga tiene una base con dos niveles.