"La gente que viste Amanita es de nivel medio alto en cultura"

Carolina Hernández abre su taller con una sonrisa. Los colores vivos inundan la estancia y desde una mesa que esconde rollos de telas suena música. La marca artesanal Amanita lleva existiendo 30 años y la vitalidad de su creadora, Carolina, hace pensar que durará 30 años más. Aunque fue la necesidad la que hizo que la artesana creara la marca, los años de experiencia la avalan, sobre todo en una tendencia que más que necesidad podría ser una obligación en las industrias textiles, que es la reutilización de telas. Mientras plancha unas de sus piezas atiende a AtlánticoHoy en su taller.

Trabajar en un ambiente saludable para mí, para los demás y ofrecer algo con lo que la gente se sienta contenta. De alguna manera es una forma de vida el ser artesano y eso lo demuestras en tu trabajo y en la energía que pones a la hora de hacer una pieza y la originalidad. Tampoco es que digas ‘tengo unas piezas super artísticas que wow’ no, es un precio asequible para todo tipo de personas que se puede ajustar a ello y luego tengo un nivel mayor de gente que quiere algo que sea mucho más original. Pero vamos, la filosofía es darle la energía que pongo con mi trabajo al público, que es lo que me ha mantenido estos años.

A base de mucho trabajo y constancia. Esto es trabajo y disciplina cada día, porque te tienes que responsabilizar de tu trabajo. No dices, ‘ ay tengo que cumplir un horario’. Te vas adaptando un poco a las circunstancias que tienes y a donde trabajas mejor. Y al público. Y va pasando el tiempo y te das cuenta de que han pasado 15 o 20 años y sigues en lo mismo. Y cada vez vas arriesgando un poco más.

Sobre todo en el exceso de tejido de fabricación de producto que hay en el mundo voy metiendo productos reciclados en lo que es la tela, porque hay demasiadas. Ya no es que sea una tendencia sino por necesidad. No solamente por mi, sino por el medio en general.

Yo viajo a Asia y también de España. Voy viajando y (elijo) lo que me parezca interesante y que tenga un precio asequible y que pueda traer a Canarias, porque aquí tenemos el inconveniente de salir y entrar y que hay que pagar tasas por todo. Entonces lo que me interese según este ámbito del reciclado en Asia, en España o donde haya.

Veo que el tema de la sostenibilidad es en pequeña escala, porque al final lo que te están tratando de vender es marca. Todas las empresas están trabajando con el tema sostenible pero realmente es moda, ahora mismo es poco. Porque realmente son tejidos utilizados y que casi nadie utiliza tejidos usados porque tienes que controlar que ese tejido esté correcto para fabricar; que no tenga manchas o cortes, eso hay que mirarlo muy bien y aún así a veces tienes algún detalle que no es correcto. Empresas como Zara (Inditex) o grandes multinacionales eso prácticamente no lo van a utilizar. Para ellos es más trabajo porque tienen que estar reutilizando. Realmente se vende como que sí puede ser reciclado pero sostenible no es a la hora del comercio. Yo me arriesgo un montón en piezas que confecciono y luego ves que tienen fallos y son piezas que tienes que reciclar de nuevo para poder reutilizarlas en productos más pequeños.

No, solamente estoy utilizando el reciclado en tela. En la piel, por ejemplo no, por el tema del caché, del precio y de los clientes que tengo. Son pieles españolas.

Nacen a partir de una idea y es un poco inspiración. Estás todo el día inspirándote, por lo menos yo, me inspiro en cosas que me gustan y después hago la mezcla que a mi me da. Pero sobre todo es algo que llevas en la sangre. Es algo profundo que te sale y tienes que tener esa vocación. Creo que es una de las cosas más importante para un artesano: que las cosas las hagas por inspiración. Porque sino no hay donde sacar.

Pues es un poco de todo. Bueno es gente que tenga un poco de dinero porque si se va a gastar ‘ciento y pico’ euros en un bolso tiene que tener (dinero). Y después el cliente medio quiere tener algo que le dure. Primero porque es piel y que las que hay en el mercado en multinacionales no es piel sino un sintético. La gente que viste Amanita es un poco de nivel medio alto en cultura, más que económico. Por el tema de no ir todos iguales, por tener una pieza de larga duración, que también es un tema sostenible en alguna manera, porque es un bolso que te va a durar toda la vida no dos meses.

Hace unos días hablábamos con el artesano Juan Gil y nos comentaba que las clientas también formaban parte del diseño, ¿pasa lo mismo con Amanita?

Hay una especie de feedback entre ambos. Ellas me inspiran a mí a hacer mi colección y yo a ellas y a ellos, porque ellos se involucran menos que las mujeres pero es un toma y da. El tema de los colores me lo da el público, la originalidad también me la da el público, y ese toma y da es lo que mantiene al artesano. Esa alegría que te produce cuando presentas una colección y que la gente esté feliz, les da a ellas y a mi.

Ser artesano es ser artesano, en Canarias y en el mundo en general. Por la cuenta que me trae a mí y la trayectoria y años que llevo, a mi me parece un sitio bastante interesante. Reconozco que hay bastante limitaciones pero claro, yo tengo una trayectoria de bastantes años y más o menos me desenvuelvo bien. Pero reconozco que hay gente que está empezando y me parece durísimo. Incluso me preguntan, ‘¿oye, qué te parece que entre en el mundo de la artesanía?', y no sé, no los apoyaría en el sentido de que veo todo lo que me ha costado a mi y veo todos los medios y cómo la gente se desenvuelve y la información que tienen y es bastante duro y difícil.

Pero pertenecer a colectivos de artesanos o a Tenerife Moda es una ventaja en ese aspecto, ¿no es así?

Yo pertenezco al colectivo de Tenerife Moda pero no participo en muchos eventos, primero porque no tengo tiempo de gestionarme; tengo demasiado trabajo y Tenerife Moda implica comprometerse con ellos, tener una actividad que va un poco en ámbito del desarrollo comercial a gran escala y yo no voy en ese mismo camino. Lo respeto y hay momentos en los que sí colaboro y hago intervenciones con ellos pero la gran mayoría del tiempo no lo hago.

Sí a ferias sí voy. Estoy cogiendo bastante lo que es el tema privado: showrooms en hoteles, en lugares no públicos donde tienes que pagar para asistir. Yo prefiero elegir donde yo voy a trabajar y mi público.

Tengo favoritas de ventas y de gustos. Nunca mantengo una pieza a largo plazo, normalmente cambio todo. Mis bolsos, por ejemplo, son piezas que me gustan mucho y después está el tema kimono; me parece muy práctico y es algo que aquí no se ha integrado demasiado. Y ese es mi fin en los últimos años y de aquí en adelante, el ‘cubrehombros’.

Pues Amanita va a seguir investigando el tema del reciclado, porque me parece muy interesante el tema plásticos, que también tengo 'algo ahí' para bolsos. Y bueno, que viva muchos años y que pueda seguir con esto.