La llegada de ‘Lobo’ Carrasco

Luis Padilla nos refresca nuevamente la memoria y este lunes nos habla de la llegada de Carrasco a la secretaría técnica del CD Tenerife.

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"Desde hacía mucho tiempo buscábamos un secretario técnico con un perfil muy determinado. Debía poseer título de preparador nacional, conocimientos de Primera División y Segunda División, buena relación con los clubes, ser una persona de prestigio y ser alguien capaz de comunicar con técnicos y jugadores”. Ésa fue la presentación que el presidente del Tenerife, Víctor Pérez Ascanio, hizo del nuevo secretario técnico del club. Se refería a Francisco José Carrasco Hidalgo (Alicante, 1959). Ahora cuesta creerlo, pero doy mi palabra que esos elogios salieron de la boca del mandatario blanquiazul el 25 de junio de 2003 y estaban destinados al 'Lobo' Carrasco. Y ahí están las hemerotecas para comprobarlo. Por su parte, el nuevo secretario técnico, que nunca había ejercido esa labor en club alguno, se mostró “muy convencido” de su capacidad para ocupar el cargo.

Eso sí, Carrasco se pasó media rueda de prensa hablando de sus experiencias en la selección española y en el Barcelona con gente como Diego Maradona. Había que demostrar que era un hombre de mundo, vamos. También aclaró que el tipo de jugador que le gustaba: “el futbolista ganador y siempre dispuesto para el trabajo”. Durante el año y medio que estuvo en el cargo, el Tenerife contrató al 'joven' Djukic, que llegó a la Isla a punto de cumplir los 38 años. Y también a los 'implicados' Andrade y Martín Posse. Además, recalaron por la Isla elementos como Ismael, Rogerinho, Baines, Kelemen, Fagiani, Limones o Linares, de los que es difícil recordar alguna acción destacable. De algunos, hasta es difícil recordar alguna acción, pues jugaron entre poco y nada.

Ahora bien, si Francisco Carrasco tiene un hueco en la historia blanquiazul es porque fue capaz de traer al fútbol español a Mariano Bombarda, un señor argentino nacido en Cádiz y que en su tiempo había jugado al fútbol en Holanda. Tenía la ficha más alta de la plantilla, pero cuando llegó a Tenerife ya no era futbolista. En todo el curso jugó 245 minutos y en su despedida, cuando lo alinearon por vez primera como titular, intentó un sprint y pidió el cambio a los ¡doce segundos! de partido. Han leído bien. No a los doce minutos, sino a los doce segundos. Bueno, Carrasco también pasó a la historia por traicionar a David Amaral y Martín Marrero.

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Carrasco.

Ya en su presentación chocó con David al aclarar que el máximo responsable deportivo del equipo “es Francisco Carrasco”. Eso sí, matizó que estaba “a muerte con el técnico”. “Si David no me gustase sería un problema y si no estuviese seguro de que David no vale para este proyecto, se lo hubiese dicho al presidente”, recalcó. Luego, David Amaral fue destituido a los tres meses. Entonces, contra su voluntad y porque no encontró a otro entrenador que se hiciera cargo del Tenerife, se sentó en el banquillo Martín Marrero. Con sus conocimientos y los fichajes que hizo José Antonio Barrios, no Carrasco, el Tenerife eludió el descenso. Llegado el verano, despidieron a Martín y el Tenerife fichó a Pepe Moré. Eso sí, antes de la traición faltó el canto de un duro (o el pelo de una gamba, que diría Luis Aragonés) para que Martín y Carrasco llegaran a las manos en el vestuario del Heliodoro.