25 de noviembre de 1502.
La sesión del Cabildo de Tenerife se celebra, hoy, en la Iglesia de la Concepción de la Villa de San Cristóbal de La Laguna. El alcalde mayor, Pero Mexía, pretende zanjar una espinosa cuestión: hace ya más de 6 años que finalizó oficialmente la conquista de la isla de Tenerife, pero sigue habiendo un problema que resulta un verdadero quebradero de cabeza para el Gobierno de la Isla. Se trata de los guanches alzados, que campan a sus anchas en el antiguo Reino de Adeje y asaltan las tierras de los colonos.
Participan en la reunión, además de los regidores y el alcalde mayor, otras cuatro personas, que han acudido para proponer una solución: son Simón, Fernando, Gaspar, y Francisco. Ninguno de ellos habla la lengua de Castilla. Son, todos ellos, guanches, oriundos del Reino de Tacoronte. Guillén Castellano, especialista en estos quehaceres, hace de intérprete de su mensaje. ¿Y qué proponen?
Se ofrecen voluntarios para someter a los "guanches alzados ladrones". Pero necesitan a alguien que conozca los riscos y senderos del reino de Adeje. Por eso piden que se libere al preso Pedro, guanche oriundo de aquellos agrestes rincones, que se encuentra en la cárcel de la Villa.
El Cabildo cede ante esta petición, y la comitiva, liderada y promovida por guanches del norte, recibe permiso para partir hacia las bandas del sur y poner fin a la insurrección...