Cuando Buster Scruggs entra en el saloon y se dispone a jugar al póker, desconoce que su antecesor ha dejado sobre la mesa La mano del muerto. Pero las normas son las normas y si ves las cartas debes jugarlas, a no ser, obviamente, que tu nombre sea Buster Scruggs y te conozcan como el pistolero más rápido del Oeste.
Con la historia de este alegre cowboy comienza la nueva obra maestra de los Hermanos Cohen para la plataforma Netflix. La balada de Buster Scruggs es una antología de seis historias independientes entre sí que nos sitúan en la vida cotidiana de las personas del Viejo Oeste. Con un tono muy agrio de humor negro Joel y Ethan Cohen, quienes han escrito estas narraciones a los largo de 25 años, nos acercan a los aspectos más explotados del cine western: la violencia y la soledad, acompañados de un dudoso sentido de la moralidad.
La película se mostró por primera vez en el Festival de Venecia donde ganó el premio a mejor guión. Los relatos tienen una marcada influencia del cine clásico de vaqueros e inspirada, como los mismos Cohen declaran, en los relatos literarios de Stewart Edward White y Jack London. Destaca, sin duda, la narración que parte del libro The Ballad of Buster Scruggs and Other Tales of the American Frontier (La Balada de Buster Scruggs y Otros Cuentos de la Frontera Americana) y que sirven de estructura de la historia.
Cazarrecompensas, gambusinos, pistoleros o impresarios son algunos de los personajes de los que que nos hablan estas narraciones que no buscan en ningún momento una mirada crítica al pasado sino más bien entender el día a día de los diferentes personajes que se podía encontrar en la época. Cada historia muestra una estética diferente, si en una nos muestran un magnífico valle que no ha sido tocado por el hombre y del que destaca la viveza de colores, en otro nos llevan a una diligencia en plena noche con cinco personajes, cada uno con su historia, que nos llena de una intriga que lamentablemente no es descubierta.
El uso de Netflix como plataforma distribuidora fue la gran sorpresa de críticos y espectadores quienes presenciaron así como los clásicos Hermanos Cohen se pasaban, por primera vez, al boom de la grabación digital.
El gran punto a favor de la película es, a parte de la producción, montaje, dirección y guion de los Cohen, la exquisita selección de actores que vemos en pantalla. Tim Blake Nelson, Liam Neeson, Brendan Glesson, Tom Waits, James Franco o Zoe Kazan, son los afortunados que nos acompañan en esta antología absurdista que sirve de alabanza a los clásicos y de crítica a los contemporáneos.
Aunque en un primer momento se pensó como una serie, el formato fílmico predominó y con un resultado más que satisfactorio. Los Cohen nos han vuelto a llevar al Oeste como ya hicieron con Fargo y No es país para viejos, pero esta vez con historias milimetradas y maduras. La espléndida ejecución y un original guion sitúan, sin duda, a La balada de Buster Scruggs como una de las mejores películas del año y en la mejor opción de Netflix actualmente.