Lugares que no puedes perderte cuando llega el otoño a las playas de Tenerife

Si llegan los días nublados y con temperaturas más suaves, aprovecha y disfruta de los rincones que te erizan la piel empapan tu alma.

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De repente quise ser contigo lo que nunca fue. Como si sentir fuese igual de fácil que respirar. Porque te ahogas aún cuando no hay olas que rompan el latir de tu corazón. Ya no eres más aquella, ahora solo quedan retazos de vida en tus pulmones que piden a gritos truenos que te hagan vivir. 


Y si es que el cuerpo pide con ansia viva playa, no importa que no haga el mejor tiempo del mundo, ni siquiera importa si los rayos del sol calienta tu piel, porque aquí, en Tenerife, hay rincones cuya magia brota cuando la luna y la oscuridad sosiegan nuestra intensa luz.

Y una de las zonas que se ve afectada por este clima es sin lugar a dudas, la zona noroeste de la isla, desde Punta del Hidalgo hasta las Palmas de Anaga.

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Roque de Benijo | MARTA PURRIÑOS/LARA CURZ


Su belleza radica en la soledad de sus olas, y es que la ínsula está llena de playas y calas por descubrir, sino que se lo digan a lo miles de locales o incluso turistas que llegan cada año y que muchos de ellos repiten porque se enamoran de Tenerife. Y rinconcitos especiales, agradables y auténticos como puede ser caminar por la arena negra... hacen que vivas una experiencia totalmente diferente, además,  hay que aprovechar para comer pescado fresco y pulpo frito, más que recomendable si te encuentras cerca de alguno de los bares.


Entre olas salvajes, caminando en la arena negra, dónde el mar ruge sin penas, dónde la montaña abraza la belleza. El lugar donde el sol se despide de la luna porque ya no puede más, pero ahí estaré yo, esperándote para amar.


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Roque de la rapadura | LARA CURZ/MARTA PURRIÑOS