Mala hierba, buen camino

"Un chaval que da problemas es un chaval que tiene problemas"

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"Nos pusimos a verla y cuando terminó nos quedamos mirando en silencio y luego dijimos, 'peliculón eh". Bajo esta premisa mi tío me ordenaba que tenía que ver sí o sí Mala Hierba. "Es más apúntalo donde sea ahora mismo porque debes verla", insistía. Obviamente seguí su consejo, ya no podía posponerlo más, y ahora soy yo quien digo, lector/a, apúntalo donde sea, grábalo en tu piel, es más, deja de hacer lo que estás haciendo, abandona este artículo y ponte a ver Mala Hierba.

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Con el buen rollo característico de las comedias francesas, el filme protagonizado por la gran Catherine Deneuve y el cómico Kheiron (de quien también corre a cargo el guion y la dirección), narra la historia de Monique, una antigua monja, y Wael, su hijo adoptivo, quienes tras huir de la guerra dedican su vida y esfuerzo a la estafa y el robo. O esa era la idea hasta que se toparon con Víctor, un viejo amigo de la no tan vieja Monique, quien ha encaminado su vida en torno a una convicción: los jóvenes conflictivos no dejarán de ser conflictivos si nadie les muestra otra salida.

El filme juega con los flashbacks para expresar una de las ideas que parece necesitar de explicación hoy más que nunca, el pasado nos condiciona y marca nuestra forma de actuar casi sin que nos demos cuenta, y muchas veces sin llegar a entenderlo. Las estructuras sociales permanecen inamovibles, pero somos seres y al acercarse al individualismo lo que realmente vemos es un rostro de ojos casi llorosos y manos con grietas. Poco hablan de la guerra quienes la han sufrido y poco hablan del abuso quienes lo han sentido. Descubrir la disimilitud entre un chiste y un silencio marca la diferencia entre un hombro sobre el que llorar o un enemigo que no sabemos si siempre será silencioso. 

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La gran enseñanza de Mala Hierba nos golpea justo al inicio. Te plantas a ver una comedia y de repente, como el que abre los ojos por primera vez, escuchas, "un chaval que da problemas es un chaval que tiene problemas". No sirve de nada plantar cara a la masa para dejar de entender al individuo. La película, a golpe de alegría y chistes que no luchan por hacerte reír a carcajadas, es una oda a las segundas oportunidades y al buen camino que tenemos que abrirle a quienes no pueden hacerlo con sus propias manos. Como bien decía mi tío, lector/a, debes verla.