“Morir para ser yo”

El cielo es un estado, no un lugar.

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“Pude optar entre regresar… o no.
Y elegí regresar cuando me di cuenta de que el cielo es un estado, no un lugar”
Anita Moorjani


En estos días, en los que estamos inmersos en la celebración del día del libro, quiero aprovechar para hablarte de uno que me he leído recientemente. Y lo he hecho en medio de la búsqueda y la necesidad de seguir indagando sobre cómo conseguir el equilibrio entre lo físico, lo mental, lo emocional y lo espiritual. Este libro, Morir para ser yo de Anita Moorjani, y publicado por Gaia Ediciones, me ha ayudado a profundizar, sobre todo, en el ámbito más espiritual.

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"Uno de los testimonios espirituales más lúcidos y poderosos de nuestro tiempo" (Wayne W.  Dyer) |Foto CoCreandoT


Así que compartiré contigo algunas reflexiones sobre cuestiones que me atraparon y resonaron especialmente durante la lectura de este libro.

- Es importante conocer cuál es nuestro propósito en la vida y entender cómo todo está entretejido para que podamos descubrirlo. Para ello, es necesario tomar conciencia de quienes somos, quién es nuestra familia, quienes forman parte de nuestras relaciones sociales, a qué nos hemos dedicado y dedicamos nuestra vida… porque todo esto nos aportará claridad para descubrirlo. “Mi experiencia terrenal era como un único hilo tejido a través de una inmensidad de complejas y coloridas imágenes en el seno de un tapiz infinito. Los demás hilos de colores representaban a las demás personas que habían entrado en mi vida”.

-Y quién nos da esta información, dónde obtenemos la repuesta a esta gran pregunta, a la que dedicamos tantos años de búsqueda, y que, en ocasiones, nos genera tanta rabia y frustración. “¿Es Dios? ¿Krishna? ¿Buda? ¿Jesús? Y entonces me embargó la comprensión de que Dios no es un ser, sino un estado del ser…

- Cuando finalmente encontramos esa respuesta, ese propósito de vida, nuestro deber será ser siempre una expresión de esa esencia. Empeñarnos en ser algo diferente no nos lleva a ser mejores, sino a privarnos de lo que realmente somos. Impedimos así que otras personas puedan disfrutar de nuestra esencia, a la vez que nos impedimos a nosotros interactuar con autenticidad.  Dice la autora que “además al no ser auténtica estaría privando al universo de la persona que he venido aquí a ser y de lo que he venido aquí a expresar”.

- Y esto nos lleva a plantearnos otro tipo de preguntas: ¿Por qué nos negamos? ¿Por qué somos tan duros con nosotros mismos? ¿Por qué nos castigamos tanto? “¿Por qué no me he apoyado a mí misma para mostrar al mundo la belleza de mi alma?” ¿Por qué reprimimos nuestra inteligencia y creatividad para así poder agradar a los demás? ¿Por qué tenemos esa necesidad insaciable de buscar la aprobación en otras personas, en lugar de aprobarnos nosotros mismos?.

Dice Anita Moorjani que el mero hecho de existir nos hace merecedores de consideración y ternura, en vez de enjuiciamiento y crítica. Y que ella llegó, a través de la enfermedad, a ese gran descubrimiento. 

Con esta hermosa reflexión, y todas esas preguntas, espero haber despertado en ti la curiosidad por este libro o este tipo de lectura. Si te animas a leer algo en esta línea, te propongo que lo hagas con la mente muy abierta, porque es probable que acabes cuestionándote algunas de tus creencias más arraigadas.