Jornadas intensas dónde el frío casi no se sentía, a excepción de nuestros pies, que sufrieron en más de alguna ocasión entumeciéndolos, pero si algo he aprendido es que esos detalles luego se quedan con nosotros y los recordamos como anécdotas épicas, ¿o no?
Así que hoy les muestro una pequeña guía de esta preciosa ciudad, dónde nieve, cielos grises y espacios únicos muestran una metrópolis con un encanto muy especial.
1. Palacio de Cristal y Botánica de Copenhague.
El Jardín Botánico que además es un museo y pertenece a la universidad. Créanme cuando les digo que me sentí como si estuviera en una clase de Herbologíade Harry Potter, fue tal cual, entramos y nos inundó la humedad, los olores de las plantas, la decoración acristalada… era mágico, e incluso sus alrededores te trasladaban a los libros. Imagino que la estampa que les enseño hoy dista mucho de un día soleado y sin nieve, por eso mismo lo comparto, porque es una postal demasiado bonita y única. Por eso, si tienen la oportunidad de visitarla en estos meses de invierno, sabrán lo que les digo.
Supongo que uno de los objetivos es que sea como un museo “vivo” dónde se concentren la mayor colección de plantas que viven en el país, además y lo más importante, son utilizadas para la investigación y la enseñanza, y es que, con el herbario que poseen con hongos, plantas y flores… no me extraña. Quizás esto fue lo que más me gustó de la filosofía y estilo de vida de los daneses, que todo lo que hacen es por la comunidad y el bienestar de ellos.
2. Mercado de Torvehallerne
Parada obligatoria por lo menos una vez si te encuentras en la ciudad. Está muy bien ubicada, ambientada, acondicionada y lo mejor de todo, es la cantidad de variedad de oferta que tienen a la hora de comer, y sobretodo el gusto exquisito que tiene cada puesto para mostrar la comida y su filosofía.
No pude resistirme y me decanté por un plato típico danés, el famoso Smørrebrød, que consiste en rebanadas de pan de centeno untadas de mantequilla con diferentes alimentos fríos por encima -como fiambres, patés, pescados ahumados o marinados, gambas, huevos-, y acompañados con un poco de salsa, eneldo y cebolleta.
Y es que nada más ver la rebanada de pan negro con los diversos ingredientes fríos que se ponen es…. una tentación, tanto para la vista como el paladar. Más aún si tienen la salsa de mostaza…. simplemente delicioso!
3. Rundetårn
Otra de las localizaciones más importantes de la ciudad de Copenhague es la torre de Rundetårn, del siglo XVII y ubicada en el caso histórico. Se construyó inicialmente como un observatorio astronómico, pero actualmente es un punto de referencia turístico.
Me acerqué para tener una panorámica de la ciudad en 360ª y mereció la pena, verla cubierta denieve fue un espectáculo, sobretodo porque subir hasta allí suponía cruzar su pasillo helicoidal que recorre dando siete vueltas y media antes de llegar a la última planta.
Sin duda unas vistas preciosas.
4. Blue Planet
Un inmenso acuario situado en la isla de Amager, a unos pocos metros del Kastrup Sea Bath. Pude aprovechar ya que visité la zona para contemplar los edificios tan fantásticos que relucían en un día dónde el sol se dejó ver, en contraposición con la arquitectura tradicional del lugar.
Lo bonito era ver como el diseño se acoplaba con el entorno a la perfección, pues posee un diseño en espiral realmente impresionante, gracias a miles de placas de aluminio con forma de diamante que cubren su exterior ondulado, pues el estudio de arquitectos daneses 3XN, buscaron integrar el nuevo acuario en un entorno natural, buscando un diseño dinámico que recordase a los remolinos marinos (de hecho, el acuario está completamente rodeado de agua), como pueden en mis imágenes.
Dadas las dimensiones del Blue Planet, los arquitectos encargados del proyecto intentaron que este nuevo acuario fuera más sostenible que el anterior, con un sistema de doble acristalamiento, refrigeración marina y aprovechando la lluvia para los tanques de agua dulce.
Como diría mi amiga Aida, un lugar perfecto y ejemplo a seguir para el desarrollo sostenible, y es que estos daneses no dejaron de sorprendernos con su estilo de vida.
Así que nosotras aprovechamos para hacer lo que mejor se nos da, sacar lo mejor de cada lugar, jugando con las perspectivas y las líneas.
5. Nyhavn
Quizás el lugar más retratado en las fotos, postales y recuerdos de la ciudad, Nyhavn o “puerto nuevo” es, probablemente, el lugar que acude a nuestra mente cuando pensamos en la capital danesa.
Frecuentado a todas horas tanto por turistas como locales, el Nyhavn aúna historia, gastronomía, ocio y vida nocturna. Se trata de un canal donde antaño habitaban marineros y prostitutas; un barrio precedido por una mala reputación que hoy en día es una de las zonas más transitadas de Copenhague gracias a sus numerosos bares y cafés, perfectamente segura y de gran belleza.
6. Iglesia de Grundtvig
Situada en el barrio de Bispebjerg, en plena ciudad de Copenhague es, gracias a su aspecto poco común, una de las iglesias más conocidas de la ciudad y uno de los escasos ejemplos de templo expresionista.
Quizás por eso decidí acercarme junto a Aida para deleitarnos con sus muros tan altos, su luz casi etérea que penetraba por sus gigantescos ventanales y su roca casi blanca como los huesos.
Una de las cosas que más nos gustó es su historia y como fue construida, pues para erigirla se realizó un concurso que fue ganado en 1913 por Peder Klint. Y la primera piedra se colocó tras el fin de la Primera Guerra Mundial.
7. Museo Thorvaldsen
El Museo Thorvaldsen se encuentra en la isla Slotsholmen, casi justo en frente del Tívoli, un lugar muy transitado por los locales y extranjeros, por eso es un centro muy histórico, de hecho, monográfico que custodia y expone las obras y la colección privada del escultor neoclásico Bertel Thorvaldsen, que vivió y trabajó en Roma la mayor parte de su vida.
8. SuperKilen
Un parque urbano en medio de uno de los barrios más diversos, complejos a nivel étnico y social en Copenhague. Una fusión casi perfecta entre arquitectura, paisajismo y arte.
