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Olimpio: provisional eterno

Luis Padilla se detiene este sábado en la figura de Olimpio Romero, un entrenador para urgencias que hizo mucho en beneficio del club.

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Una derrota (3-1) en Lugo, que dejaba al CD Tenerife en la décima plaza del grupo I de la Segunda División B, acabó con la paciencia del presidente José López Gómez, quien destituyó a Manolo Sanchís, el entrenador. El técnico había sobrevivido el curso anterior a una calamitosa campaña que acabó con el descenso de categoría, tras dirigir a los blanquiazules durante toda la temporada. Y en verano, en contra de los usos y costumbres habituales de la época, renovó su contrato con la promesa de retornar “de inmediato” a la división de plata. Pero el equipo no se adaptaba a su nuevo hábitat y ni siquiera funcionaba en el tradicional fortín del Heliodoro, donde ya había perdido ante el Zamora y empatado contra el Langreo.

Con Sanchís destituido, empezó la búsqueda del nuevo técnico, que se demoró más de lo previsto. Así, el 4 de noviembre de 1978 el Tenerife fue dirigido, de manera provisional, por Olimpio Romero Jorge (1930-2006), el hombre de la casa que había llevado con éxito al equipo juvenil y que fue segundo entrenador con Fernando Cova, García Verdugo o Héctor Núñez a principios de los años setenta, ejerciendo alguna vez de técnico principal. Ese sábado, el conjunto blanquiazul superó (2-0) al Pontevedra, con un once formado por: Domínguez; Juan Miguel, Navarro, Julio Durán, Manolo; Pepito, Paco Brito, Salvador, Román; Belmonte y Víctor Celso. En la segunda mitad, Alberto y Roberto suplieron a Juan Miguel y Salvador.

Profundo conocedor del fútbol regional, Olimpio apostó por la cantera y en su estreno no alineó a dos de los fichajes-estrella de ese verano, Martín Abad y Larrañaga. Y aunque el Tenerife estuvo atenazado por los nervios, un gol en propia puerta de Marque a los 52 minutos permitió serenarse al equipo local. Y un cuarto de hora más tarde, Víctor Celso cerró el marcador al transformar un penalti. La victoria le dio una semana más de vida a Romero y un empate (0-0) en Orense le permitió llegar en el banquillo al siguiente compromiso en el Heliodoro contra el Pegaso. El Tenerife ganó 2-0... y Romero 'decidió' el choque, resuelto con dos goles de Manolo el Paleta, central titular que salió desde el banquillo supliendo a un delantero.

Posteriormente, dos goleadas en Oviedo (3-0) y Palencia (5-0), que dejaban al equipo en la undécima plaza, reabrieron la búsqueda de entrenador. Pero pocos eran los técnicos peninsulares con ganas de ir a un equipo que pagaba tarde y vivía en estado de combustión. Lo cierto es que, más por obligación que por devoción, Pepe López mantuvo a Olimpio Romero. Y a partir de ahí, con un triunfo por aquí y un empate por allá, el equipo estuvo dos meses invicto y a falta de ocho jornadas para acabar la competición era tercero, a un punto del ascenso. Entonces, con la afición ilusionada, una injusta derrota ante el Oviedo (1-2) con el Heliodoro repleto puso fin a la remontada. Pero no a la trayectoria del preparador tinerfeño.



Olimpio Romero.
Así, Olimpio Romero acabó el curso y completó también la siguiente temporada, en la que el equipo blanquiazul fue tercero y se quedó otra vez a un paso del ascenso. Técnico provisional para un partido... dirigió al Tenerife durante 68 jornadas seguidas. Y aún figura en el 'top ten' histórico de entrenadores con más presencias en el banquillo blanquiazul.