Si tienes la oportunidad de organizar un plan yo ya te recomiendo el mejor y es inesperado. Coge coche y carretera y dirígete al municipio que ha sido por décadas el pionero y objeto de estudio en el sector turístico.
Allí, donde las olas rompen en Martiánez, donde las palmeras enmudecen en San Telmo y donde las patinetas desgastan las rocas de la plaza de Europa se encuentra la inigualable Casa Miranda, restaurada y conservada gracias al proyecto que Starbucks ha implantado para generar un atractivo más en la ciudad portuense.
"Every cup, crafted by hand and Heart" es el lema de uno de las mayores franquicias del mundo, y que en el último lustro ha generado su propio lifestyle donde sus vasos han sido codiciados hasta el último rincón del planeta.
Por eso hoy, el artículo es exclusivamente para que enmudezcas del placer de poder tomar un brunch, una ensalada o un buen café de los de siempre, rodeada de la magia de la casa y del Puerto de la Cruz.
Sus opciones son siempre variadas, para los más dulces hay una variedad incalculables de galletas de limón o de brownie, bocadillos de queso brie con bacon de pavo o de tortilla, tarta de cheseecake de dulce de leche o la clásica... té helado o la combinación perfecta de capuchino y café, frapuchino.
Si además le añadimos el toque personal que posee la casa que ha estado vinculada por muchos años a poderosas familias residentes en el Puerto de la Cruz el resultado es sublime.
A mí personalmente lo que más me gusta son los pequeños detalles que marcan la diferencia, la combinación perfecta entre sentirte fuera de Canarias y estar en casa.