Un pequeño mundo está cambiando

Tras la toma de Tenerife, la isla cambió a gran velocidad. El impacto de esa transformación fue radical para los guanches que permanecieron en ella tras la conquista...

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Se acerca la navidad del año 1511 a la Villa de San Cristóbal de La Laguna

Las lluvias otoñales han teñido de intenso verde las colinas, que cercan el llano de Aguere como una muralla.

Es 14 de diciembre, y el pregonero se dirige a la plaza de San Miguel Arcángel (que en un futuro lejano se conocerá como del Adelantado) para emitir, con su voz solemne, el anuncio de una importante ordenanza que ha sido decidida en Cabildo hace apenas dos días. Los vecinos se acercan para escucharle y susurran entre ellos, tratando de adivinar de qué se tratará esta vez ¿Será algo sobre el ganado? ¿El precio del pescado? ¿El del pan? ¿Algún nuevo impuesto? La duda recorre sus miradas. Pero no es nada de eso. Tras un solemne silencio, las palabras comienzan a resonar con fuerza y claridad.

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¡SE HACE SABER!
¡Que todos los guanches y gomeros de esta isla han de tener sus habitaciones y viviendas en los poblados para que sean bien acostumbrados y adoctrinados en la fe! ¡Oirán misa, harán confesión, y aprenderán como vivir, y serán puestos en camino de ser buenos cristianos, a fin de que cesen los inconvenientes que hasta hoy ha habido!

¡Que todos, guanches y gomeros, hombres y mujeres, casados y por casar, exceptuando los horros libres, comparezcan desde el día de hoy hasta el día de año nuevo ante el escribano del Cabildo, y registren sus nombres!

¡Quienes así no lo hagan, serán condenados a las siguientes penas! ¡Quienes tengan dinero pagarán una pena de 2000 maravedíes, que irán para el fisco y las obras de la cárcel, y serán desterrados de esta isla! ¡Los que no tengan con qué pagar, recibirán 100 azotes en público y serán desterrados de esta isla!

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El pregón ha terminado. Los vecinos asistentes se miran unos a otros. Varias miradas se centran en uno de los presentes. Se llama Antón Azate, y es el guarda de las dehesas de la isla de Tenerife: un cargo para el que ha sido designado por el Cabildo. Pero él no vino de Castilla como muchos de sus vecinos: nació en esta isla, en un mundo distinto. Azate es guanche, como esos a quienes se dirige el pregonero. Muchos se preguntan qué estará pasando por su cabeza en este momento.

Corre el año 1511, y el tiempo de la campaña militar de conquista quedó atrás hace mucho. Pero de lo que no hay duda, es de que este pequeño mundo está cambiando a gran velocidad...

PD: La recreación es obviamente ficción, producto de mi imaginación. Pero el pregón se leyó en la fecha y lugar que narro, y su contenido es real. Estas medidas se acordaron en la sesión del 12 de diciembre de 1511, y se conserva en los Acuerdos del Cabildo de Tenerife, ubicados en el Archivo Municipal de La Laguna. También es real, por supuesto, Antón Azate, que aparece en otros muchos otros documentos de la misma época.