Una simple llamada de teléfono ha marcado la diferencia para casi 4.400 personas en el Archipiélago durante el pasado año. Ciudadanos paralizados por la soledad, la tristeza o el miedo que decidieron marcar el 922 334050 o 928 334050, en función de su provincia de residencia, y confiar en una voz amiga.
El Teléfono de la Esperanza en Canarias tiende una mano y asesora de forma gratuita y anónima, las 24 horas del día, a personas que se encuentran en situaciones delicadas. Una opción a su alcance posibilitada por decenas de voluntarios dispuestos a organizarse para estar al servicio de quien sufre en soledad.
Tras más de 40 años en activo y un total de 21 ayudando en Canarias, esta organización sin ánimo de lucro comenzó a tener presencia continua en Tenerife en 2010 con actividades formativas para personas que se quisieran incorporar a la organización como voluntarios. Se trata de cursos de habilidades personales para mejorar la calidad de vida en general, pero especialmente la emocional, además de formación relacionada con la asertividad, la comunicación y talleres de mejora personal.
"Para muchas personas es imprescindible una ayuda externa y anónima, dado el hecho de que muchas veces no se quiere molestar al entorno con problemas"
Con respecto a las demás comunidades autónomas, Canarias se encuentra en la media, o ligeramente por encima, en el cómputo de llamadas recibidas. "Ahora empezamos a tener una época importante de llamadas al Teléfono de la Esperanza", explica su director en Canarias, José Cabrera, quien reconoce que notaron un notable incremento con la crisis, sobre todo en los años 2009 y 2010, "cuando este revés impactó duramente en la población, con consecuencias dramáticas, que hicieron que muchos ciudadanos necesitaron una mano tendida", señala.
Premio Programa Actúa. José Cabrera en el medio de la imagen | CEDIDA
José Cabrera explica que existen estudios sobre el perfil del usuario, las épocas del año y horas del día en las que hay más solicitudes telefónicas de ayuda.
- Durante las vacaciones desciende el número de llamadas pues “uno aparta los problemas unas semanas”. Sin embargo, “enero y febrero son la peor época”, señala José Cabrera pues “los problemas no se pueden aparcar y regresar a ellos al final de las vacaciones”.
- Las horas con mayor probabilidad de recibir llamadas oscilan entre las 11 y las 12 de la mañana y a partir de las cinco de la tarde hasta las ocho. De noche o de madrugada regresan las llamadas en las que destacan un “clima emocional de soledad, pérdida y crisis de angustia importantes”.
- Sobre el perfil del usuario, han comprobado que los mismos pertenecen en mayor medida a zonas urbanas porque "somos más conocidos allí debido a talleres, formación, entre otros." Además, abundan los demandantes de Tenerife y Gran Canaria sobre todas las islas por una cuestión poblacional.
- Edades: No hay una diferenciación clara, pero predominan las personas de edad intermedia y mayores.
- Problemas familiares
- Crisis en relación con otras personas
- Rupturas de pareja
- Problemas psicológicos, duelo, muerte de seres queridos, amistades
- Depresión, crisis de ansiedad
- Problemas pentales
- Crisis suicidas
Formación del personal voluntario
La formación de agentes y afectados es considerada otro de los pilares básicos. En el Teléfono de la Esperanza tienen un programa, 'Gente de ayuda', que dura un año y está centrado en la formación inicial para toda persona que quiera colaborar con ellos , que también está abierto para todos aquellos que lo deseen hacer a nivel personal.
"Primero tenemos que conocernos bien, conocer cómo gestionamos nuestras propias emociones, para escuchar y atender a otra persona y ayudarla a comprender su propio mundo interno", explica Cabrera.
Es importante buscar ayuda para evitar llegar al punto al que se enfrentó el siete por ciento de los usuarios del Teléfono de la Esperanza el pasado año, con una crisis suicida. De ellos, cuatro personas solicitaron auxilio con el acto ya iniciado
Para este servicio buscan no solo personas que sepan escuchar, sino que tengan motivaciones "sanas y altruistas para ayudar a otras personas, que tengan un cierto equilibrio personal, pues una persona como las que nos necesita requiere una persona que la pueda sostener en un momento de angustia", matiza.
"Para muchas personas es imprescindible una ayuda externa y anónima, dado el hecho de que muchas veces no se quiere molestar al entorno con problemas", apunta el responsable. Sin embargo, es importante buscar ayuda para evitar llegar al punto al que se enfrentaron el siete por ciento de los usuarios del teléfono de la esperanza el pasado año, con una crisis suicida. De ellos, cuatro personas solicitaron auxilio con el acto ya iniciado.
"Cuando alguien se siente acompañado/a, no se suicida"
— T.Esperanza Canarias (@telefonoespecan) 19 de septiembre de 2017
📞928/922 33 40 50 📞 717 003 717 https://t.co/0euoijoRsk
Cuentan con 30 orientadores en Canarias, especialistas en la escucha, como denominan a a las personas que atienden por teléfono. También tienen 12 compañeros psicólogos, un orientador familiar y otro jurídico para casos precisos y diez coordinadores de grupos. "Todos tenemos nuestros problemas, peculiaridades, nuestra manera de ser, eso por descontado, pero tratamos de conocernos y, a partir de ahí, tener la humildad para mirar a otra persona".
"Se lo debemos todo al fantástico equipo de voluntarios que tenemos", asegura José Cabrera, quien explica que el servicio está formado por diferentes perfiles personales y profesionales que no necesariamente tienen que ser psicólogos o trabajadores sociales. "En nuestra organización, tener un título no significa que alguien pueda trabajar en ella, sino cumplir otro tipo de requisitos".
⚠️1.500 llamadas con temática suicida, de las cuales, en 32 el llamante declaró que el acto suicida estaba en... https://t.co/W0JzGucnSd
— T.Esperanza Canarias (@telefonoespecan) 4 de septiembre de 2017
— T.Esperanza Canarias (@telefonoespecan) 5 de octubre de 2017