En numerosos rincones de Canarias hay grandes historias escondidas. Por suerte las buenas historias siempre dejan un rastro y en el caso de las islas hay numerosos rastros que tienen grandes significados. Desde posibles escondites nazis hasta infraestructuras bélicas, te hablamos de 9 lugares de Canarias que son muy curiosos.
El hospital que no llegó (la leprosería de Abades)
Es uno de los lugares abandonados más destacados de la isla de Tenerife. El sanatorio de Abona fue un hospital de leprosos construido en los años 40 para curar a quienes en la isla padecían esta enfermedad de forma aislada. Pero los avances en medicina hicieron que esta imponente infraestructura, de más de 40 edificaciones y diseñada por José Enrique Regalado, nunca se llegara a usar y se regalara a un uso militar.
Actualmente este entorno pertenece a una empresa italiana Playa de Arico S.L. que proyecta en este terreno un gran complejo turístico. De esta infraestructura abandonada destaca el valor artístico que caracterizaba a los diseños de Regalado, como la imponente iglesia ubicada en la leprosería. La belleza arquitectónica se mezcla ahora con los graffitis y el abandono del lugar, que lo convierte en una localización muy curiosa en la isla de Tenerife.
Un posible escondite nazi (Casa Winter)
El propio Alberto Vázquez Figueroa usa en su novela Fuerteventura la Villa Winter para entretejer una historia de espionaje nazi que ha alimentado las leyendas acerca de este impresionante edificio con unas vistas increíbles de la isla, al ubicarse en un terreno árido y solitario de Jandía. La edificación se construyó alrededor de 1946 por el ingeniero alemán Gustav Winter, a quien se le relaciona con el régimen nazi.
Es una construcción que destaca en el paisaje, con dos plantas y una torre circular, que se especula que pudo servir como punto de vigilancia del paso de submarinos durante la Segunda Guerra Mundial, aunque no es un dato confirmado. Pero la teoría de que este chalet no fue simplemente un chalet se alimenta porque posee además un búnker en el sótano, un laboratorio e incluso hay pistas de aterrizaje cercanas.
Aguas curativas (Balneario de Azuaje)
A lo largo de las islas hay muchos balnearios abandonados, pero llama la atención por su localización e historia el Balneario de Azuaje. Enclavado en el norte de Gran Canaria, entre Firgas y Moya, el Barranco de Azuaje goza de agua todo el año. Se dice que la naturaleza volcánica de las islas hace que este agua tenga muchas propiedades mineromedicinales, una información que hizo que a finales del siglo XIX y principios del XX llegaron a la isla turistas procedentes de europa.
El balneario se construyó en 1868 y en 1882 se construyó también la parte alojativa del edificio para que sirva de hotel y de balneario ante la gran afluencia que tenía. La Guerra Civil española es la fecha que pone fin a la explotación del balneario. Para verlo puedes realizar una ruta de senderismo circular cargado de grandes paisajes.
El batir del tiempo (el SS América)
Ver los restos del SS America o American Star es una de las visitas obligadas en Fuerteventura, por la desoladora imagen de la que fue el imponente transatlántico, del que, ya varado, oxidado y castigado por el batir constante de las olas, solo quedan unos pequeños restos que ver cuando la marea baja.
El buque es la historia del paso del tiempo. Fue un transatlántico que llegó a considerarse el mayor buque de pasajeros de los Estados Unidos en su tiempo, posteriormente usado para el transporte de militares y reformado de nuevo para pasajeros tras la Segunda Guerra Mundial. Con el paso de los años y la controversia que rodeaba la sanidad del buque quedó prácticamente relegado hasta que una compañía tailandesa la compró. En su traslado acabó en Canarias, donde un temporal provocó que encallara en Fuerteventura.
Una alegría en abandono (Parque Acuático Atlántida)
Se reformó en 2009, pero solo un año después cerró sus puertas y permanece así desde entonces. El Parque Acuático Atlántida, en Puerto Rico (Gran Canaria) fue a comienzos de la década de los 2000 una de las atracciones turísticas más celebradas de la isla. La instalación contaba con varios toboganes y piscinas aunque actualmente presenta una desoladora imagen de abandono, entre rabogatos, coches quemados y graffitis.
La investigación que nunca llegó
Es un entorno que se presta idóneo para realizar fotografías, por eso en los últimos años ha ganado cierta popularidad. Se construyó con la intención de ser un laboratorio de conocimiento para el autoabastecimiento energético a través de la energía termosolar. La central termosolar se construyó en 2009 en El Médano, en suelo rústico sin licencia urbanística.
El lugar tuvo que ser precintado y la empresa dueña de la central solicitó una indemnización de 50 millones de euros diarios al Estado y al Gobierno de Canarias por los daños ocasionados, algo que fue desestimado por la Audiencia Nacional. Ahora la infraestructura está a la mitad de su construcción, pero se ha convertido en el lugar idóneo para los amantes de la fotografía.
Búnker de Santa Úrsula
En la costa de Tenerife hay repartidos varios búnkers que son muestra de la historia bélica de España. En el municipio de Santa Úrsula (Tenerife), en la urbanización La Quinta, se encuentra uno de los búnkers más conocidos de la Isla. Se mandó a construir en 1942 por el dictador Francisco Franco para la vigilancia del norte de la isla, aunque fue una construcción más simbólica que efectiva en la batalla, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial.
La promesa abandonada del disfrute
En numerosos rincones de Canarias también es común encontrar los esqueletos de lo que prometían ser hoteles pero que a mitad de la construcción fueron abandonados y ahora solo son parte de un paisaje desolador. En Lanzarote puedes encontrar el Atlante del Sol y en Fuerteventura puedes pasear por el conocido como barrio Nuevo Horizonte. En Tenerife hay multitud de esqueletos de hormigón, como el gran edificio situado en la costa del barrio de Añaza -del que se ha anunciado la licitación para su derribo, el Hotel Tenerife Tour en Candelaria o el Hotel Neptuno de Bajamar.
La mal llamada Casa Franco
Este edificio es conocido, no por su particular arquitectura, si por las historias que es capaz de contar. De él se se dice que fue residencia del dictador Francisco Franco en su visita a la isla, aunque es un hecho que ha sido desmentido, pese a eso de denomina como Casa Franco. En realidad fue hogar del escritor, periodista y político Benito Pérez Armas, aunque tras su muerte pasó a manos de Lorenzo Martínez Fuset, quien se casó con su hija.
Está localizada en la zona montañosa de El Moquinal, en La Laguna y en realidad la casa es conocida porque en 1991 fue la guarida de Dámaso Rodríguez Martín, asesino y violador quien se escondió en la zona tras un permiso penitenciario. La casa es ahora un sitio de especulaciones de fenómenos paranormales.