El agua regenerada está llamada a convertirse en un salvavidas para la agricultura en zonas de clima seco y cálido como Tenerife porque hay proyectos punteros, liderados por compañías como Coca-Cola, que se han aliado con el sector público para dar ese respiro al campo.
En época de cambio climático, las temperaturas suben, la pluviometría baja y en las Islas Canarias se hace necesario tirar de la tecnología para dar una segunda vida al agua, porque cada gota cuenta si se quiere mantener la agricultura del archipiélago y su famosa producción platanera. En la zona norte de Tenerife bien lo saben muchos de los 2.000 regantes que se están beneficiando del agua regenerada que les suministran desde la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) Valle de Guerra.
Agua residual
El agua regenerada es agua residual (procedente de instalaciones como industrias de alimentación y bebidas) que se depura para conseguir que sea reutilizable para, por ejemplo, la agricultura. Ese agua permite regar actualmente 350 hectáreas del norte de Tenerife, es más barata que la convencional y con un nivel de abono incorporado que siempre le viene bien a la tierra de cultivo, según ha destacado el gerente del Consejo Insular de Aguas de Tenerife, Javier Davara, durante una visita de prensa.
Sus instalaciones tratan 4.500 metros cúbicos de agua al día (aunque tiene capacidad para 7.000) y desde ella parte una red encargada de distribuirla a las fincas agrícolas.
Protagonistas
La fábrica de Coca-Cola en Tacoronte es una de las protagonistas en la obtención de agua regenerada en esta zona de la isla porque envía desde mediados de 2019 las aguas residuales procedentes de sus procesos a la estación depuradora de Valle de Guerra. No obstante, antes de enviarlas a esta depuradora, la someten a un primer proceso de depurado en la misma planta para que salga con una calidad óptima.
Además, la compañía está colaborando en la modernización de la depuradora de Punta Hidalgo para que utilice, al igual que Valle de Guerra, la última tecnología existente de ultrafiltración. La meta es que a finales de este año esta instalación pueda regenerar todo el volumen de agua residual urbana que le llega para regar alrededor de 91 hectáreas de cultivo, lo que corresponde a 17 explotaciones agrícolas.
Beneficio
Dos de los beneficiados en esa zona son los agricultores plataneros Juan Mesa y Diego González que han visto cómo desde el 1 de agosto pasado la llegada de este agua regenerada desde Punta Hidalgo les ha dando un buen alivio. Mesa ha asegurado que les ha venido "como agua de mayo" porque su producción se encuentra en una zona "vulnerable" al estar aislada de la red de riego pública por lo que dependían mucho de otras alternativas de suministro.
El agua regenerada les permite cubrir ya el 30 % de sus necesidades de riego y la idea es aumentar ese porcentaje en los próximos meses cuando la depuradora ya modernizada empieza a operar.
El agua residual urbana
El agua regenerada se obtiene no solo de los procesos industriales sino también de las residuales urbanas y ahí la empresa Teidagua juega un papel esencial porque es la encargada de tratar todo el ciclo de agua que da suministro a La Laguna y Tacoronte. La presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, ha destacado durante su participación en la visita que lo "importante" es que se trata de proyectos "exportables".
Tenerife es uno de los territorios de España que "sufre estrés hídrico debido al cambio climático" por lo que "hay que usar cada gota" que aportan desde sectores como la industria de la alimentación y las bebidas, ha señalado.
Calidad
Para combatir las dudas que pueda haber sobre la calidad del agua regenerada, la Universidad de La Laguna está desarrollando un estudio para analizar el impacto del riego en los suelos agrícolas. Según ha informado la coordinadora del grupo de Recursos de Suelos y Agua de la ULL, Marisa Tejedor, se ha seleccionado una finca de platanera y se han tomado cinco muestras de zona regada con agua regenerada y zona no regada para establecer la comparativa.
Los primeros resultados apuntan a que la tierra regada con agua regenerada contiene "incluso menos sales" que la no regada. En otros parámetros, como el porcentaje de sodio intercambiable o de boro, los valores también son "absolutamente correctos" y además no se ha detectado la presencia de microorganismos, como la bacteria E.coli ni de nemátodos (gusanos microscópicos). En definitiva, las conclusiones preliminares conducen a que estas aguas regeneradas "cumplen con los requisitos de calidad" que marca la normativa vigente para el cultivo de plataneras.