La retama del Teide, Spartocytisus supranubius, es la planta más característica del Parque Nacional del Teide. Se trata de un arbusto, endemismo canario cuyo gran porte y atractivas flores se ha configurado en la historia reciente del Parque Nacional como una imagen representativa del mismo y catalogada en la Lista Roja de la Unión Internacional de la Conservación de la Naturaleza como “Preocupación menor” a nivel global. Esta especie de alta montaña, que se desarrolla a más de 2.000 metros de altitud, es capaz de soportar condiciones extremas de temperatura y escasas precipitaciones y está documentado que sobre las más de diecinueve mil hectáreas del parque esté presente en más de once mil de ellas.“La retama configura el paisaje característico del parque desde hace más de 30 años”, indica José Luis Martín Esquivel, biólogo del Parque Nacional del Teide que apunta que en la actualidad la presencia de esta especie “es cada vez más escasa, cuyo descenso de población ha sido vertiginoso en los últimos años, sobre todo en la vertiente sur oeste del Parque”. “Esto es debido a que se seca por las altas temperaturas en las zonas más cálidas del Parque y porque muchas se están muriendo de viejas a los 60-70 años al no tener descendencia debido a la acción de herbívoros”, indica.
La presencia de especies introducidas en este entorno de cumbre de la isla, como el muflón o el conejo hace que la retama presente, a día de hoy, graves problemas de salud. Estudios al respecto indican que desde el 2006 la planta se halla inmersa en un grave retroceso, debido principalmente al ramoneo por conejo que se suele alimentar de las plántulas y ejemplares juveniles. Sin embargo la presencia del conejo no es nueva, fue introducido hace cerca de 500 años en las Islas Canarias y es una de las 100 especies invasoras más dañinas del planeta.