Canarias lleva desde el año 2013 con un llamativo descenso de la superficie de cultivo de papas, y especialmente en las islas de La Palma, Lanzarote y Gran Canaria.
Según los datos del Instituto Canario de Estadística (ISTAC) en cuanto a las superficies de cultivo, recogidos por la asociación Asaga Canarias, la superficie bajó el 36,54% de 2013 a 2023 así como el 25,17% su producción. De esta manera se pasó de 5.287 hectáreas de superficie a 3.335, así como de 104.643 toneladas a las 78.304.
Pero el consuelo es que para este año en zonas como el norte de Tenerife las expectativas no son tan malas como en épocas anteriores.
Mejores condiciones
El presidente de la cooperativa Las Medianías de San Juan de la Rambla, Manuel Reyes, explica a Atlántico Hoy que las expectativas para este año "no son tan malas como en anteriores" ya que no solo lo han notado por un aumento en la venta de semillas, sino por las lluvias y el ritmo de siembra
"En años anteriores esta época fue súper seca. En 2024 y 2023 tuvimos muchos episodios de calima y temperaturas inusuales", explica. La papa necesita frío y el calor hizo que su rendimiento bajara considerablemente.
El Gobierno de Canarias sacó tanto en 2023 como en 2024 una ayuda a los agricultores para hacer frente a las pérdidas generadas por la sequía.
"Esperemos que se frene la importación"
La papa aún está en proceso de siembra, por lo que todavía "hay que esperar y ver cómo actúa el clima", según Reyes. A pesar de ello, todo apunta a que será un año mejor de rendimiento y producción con respecto a los anteriores en la zona.
También tienen que hacer frente a la importación, que cada vez se impone un poco más a la papa local. "Esperemos que la producción local funcione y se evite que llegue tanta papa importada".
Conductividad
Al igual que ocurre en otras zonas de la isla como Tegueste, Valle de Guerra o Tejina, la conductividad del agua es el mayor problema que presentan ahora mismo. "No se han producido cortes de agua, ya que tanto la balsa como nuestra red de riego se nutren de la galería de Vergara, que está bastante llena. Lo preocupante es que estamos alrededor de 2.000 de conductividad, y es una pasada. Ha secado muchos cultivos de árboles frutales como el aguacate", detalla.
