La Unión de Asociaciones Vecinales de Canarias – 8 Islas ha alzado su voz para manifestar su indignación por la falta de respuesta institucional ante la crisis migratoria que afecta a las islas.
Según el presidente de la entidad, Francisco C. Barreto, el problema se agrava especialmente para los menores no acompañados, quienes necesitan soluciones reales en lugar de convertirse en motivo de enfrentamientos políticos.
Barreto expresó su desconfianza hacia los políticos, a quienes acusó de priorizar sus intereses partidistas por encima de las necesidades de los migrantes y de las comunidades afectadas. “En lugar de consensuar soluciones, vemos cómo una y otra vez se exhiben los egos partidistas en torno a esta problemática”, señaló en un comunicado.
La última reunión para abordar la distribución de menores migrantes no acompañados, celebrada entre el Gobierno de Canarias, el Estado, el PP y la Administración de Ceuta, terminó sin acuerdos. Para Barreto, este encuentro fue simplemente “otra puesta en escena” que dejó en evidencia la falta de compromiso real.
Una crisis ignorada
El dirigente vecinal lamentó la "mínima importancia" que algunos actores políticos otorgan a lo que calificó como una auténtica crisis humanitaria, que está sobrecargando a Canarias y Ceuta. Según Barreto, esta actitud está incrementando la indignación entre las poblaciones locales y genera tensiones sociales.
El líder vecinal hizo un llamamiento para que no se normalice este abandono institucional ni se acepte en silencio. "Es necesario que las decisiones políticas sean herramientas para una distribución justa y una atención digna de los menores migrantes no acompañados, en lugar de barreras", afirmó.
La entidad vecinal insistió en la necesidad de implementar medidas solidarias y responsables que permitan avanzar con valentía frente a esta situación. Barreto subrayó que ignorar o utilizar esta crisis con fines políticos perpetúa el problema y agrava el sufrimiento de quienes más necesitan ayuda.
El comunicado concluye con un mensaje contundente: las soluciones deben estar por encima del ruido político, priorizando el compromiso ético y la responsabilidad frente a una realidad que Canarias no puede gestionar en solitario.