Aumentan las agresiones a los enfermeros en un 78%

El año pasado se registraron 153 agresiones a enfermeros, cuando el año anterior fueron 88

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Imagen de dos enfermeros/ ARCHIVO
Imagen de dos enfermeros/ ARCHIVO

Las agresiones a los enfermeros del Servicio Canario de Salud han aumentado en el 78% entre 2022 y 2023. Según ha informado el sindicato de enfermería Satse en un comunicado el año pasado se registraron 153 agresiones a enfermeros, cuando el año anterior fueron 88. 

El sindicato lamenta este que tanto los casos de violencia verbal como amenazas, insultos o descalificaciones físicas hayan dio en aumento en centros de salud y hospitales. Una situación que según el sindicato no está obteniendo las medidas eficaces por parte de la administración pública. Una situación que afectan especialmente al personal de enfermería "por su contacto más cercano y continuado con pacientes y familiares".

Más agresiones

En total, y según los datos facilitados por el Servicio Canario de la Salud a petición de SATSE, en Canarias han aumentado el 45% las agresiones al personal sanitario, pasando de 296 agresiones en 2022 (18 físicas, 243 verbales y 35 mixtas) a 431 en 2023 (32 físicas, 321 verbales y 78 mixtas).

"Para SATSE, esta cifra es aún mayor, teniendo en cuenta que, en la mayoría de los casos, las agresiones no se denuncian", añade el sindicato, que ha dicho entender que las esperas y deficiencias que sufre la sanidad pública pueden llevar a situaciones de tensión entre los pacientes y sus familiares, "pero jamás deben originar ni justificar cualquier tipo de episodio de violencia hacia unos profesionales que lo que buscan en todo momento es facilitar atención y cuidados a los usuarios".

Respecto a las urgencias extrahospitalarias, el SATSE también ha denunciado el aumento de las agresiones al personal sanitario y ha pedido que haya seguridad privada en cada centro. "Cada vez hay más casos de enfermeras que están de baja laboral por las lesiones físicas sufridas por la agresión de pacientes o familiares y por el impacto emocional que supone trabajar con miedo y ansiedad después de una agresión, ya que pueden temer que ocurra otra en el futuro", insiste la organización sindical.

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