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Sociedad

Los buzos canarios exigen reducir su edad de jubilación

Los submarinistas piden un coeficiente de reducción de la jubilación similar al de los mineros al tratarse de una profesión muy peligrosa

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A la izquierda, un buzo realiza labores de mantenimiento submarinas. A la derecha, el cartel de las movilizaciones convocadas por el sector de buzos profesionales./ Montaje AH

Los buzos profesionales en Canarias están en pie de guerra. Este sábado, el sector se concentra ante la Delegación del Gobierno en Las Palmas de Gran Canaria para exigir coeficientes reductores de la jubilación anticipada. Según explica Antonio Javier Cabrera a Atlántico Hoy, sindicalista de Comisiones Obreras, la reducción de la edad de jubilación ya ocurre en otras profesiones de riesgo, como la minería o la marina mercante, pero es una reclamación del sector de los buzos a la que el Gobierno no da respuesta.

"Cuando sales del agua al bucear, notas cansancio. Esto tiene que ver con el aire comprimido de las botellas y las diferencias de presión con el aire normal", explica Cabrera, que añade que, cuando se realizan inmersiones de manera profesional y habitual, el desgaste físico que sufre el cuerpo a lo largo de los años es muy significativo.

Enfermedad descompresiva y oxidación corporal

Más allá del cansancio, los riesgos que entraña el buceo son múltiples. El más evidente es la enfermedad descompresiva, un trastorno por el cual el nitrógeno, disuelto en la sangre y los tejidos, se inhala a una gran presión bajo el mar y forma burbujas cuando esta disminuye. Las presiones a las que se someten los buzos dependen de la profundidad a la que se sumerjan. Así, por cada diez metros de profundidad se suma el equivalente al peso de una atmósfera de aire. En esta situación, el nitrógeno presente en el cuerpo procedente de la botella de aire se respira también muy comprimido y necesita de un "tiempo de descompresión" antes de emerger a la superficie para no dañar, a veces irreversiblemente, los tejidos y articulaciones.

Pero no solo la enfermedad descompresiva es un peligro para los profesionales del submarinismo. Dependiendo de la actividad que realicen, los buzos necesitan respirar en determinadas actividades aire enriquecido con oxígeno. Así, según explica Antonio Javier Cabrera, cuando se realizan muchas inmersiones con este gas se sale "mucho más oxigenado, algo que, con los años, empieza a afectar" debido a que este elemento oxida las células con mucha rapidez.

Más buzos de baja que jubilados

Canarias cuenta con un reducido pero importante sector de profesionales del submarinismo. De hecho, aunque es una reivindicación nacional, las manifestaciones están convocadas en Las Palmas de Gran Canaria y Murcia. Cabrera explica que existen muchas explotaciones de acuicultura y de buceo industrial. Además, señala que su sector lleva años reivindicando que se considere como buzos profesionales a los profesores de submarinismo de los centros de buceo, que "realizan muchas inmersiones" y no están reconocidos como tal.

"Nosotros reivindicamos una reducción similar a la de los mineros, que se jubilan a los 55 años", explica Cabrera, que ejemplifica la situación: "Tengo un compañero de unos 55 o 56 años al que el Instituto Social de la Marina no le da el 'apto' en el reconocimiento médico. ¿Qué ocurre con estos compañeros? Que, si no les dan el apto, les ponen a hacer otras funciones. Es como decirles que no valen, como un cambio de profesión".

Antonio Javier Cabrera lamenta que, antes, la profesión estaba mejor pagada y, una vez un buzo no podía continuar, buscaba otra ocupación con un colchón de ahorros. Ahora, los salarios han bajado sin resolver el problema de la jubilación. "Ahora mismo conozco a más buzos inhabilitados por cuestiones de salud que jubilados", indica a Atlántico Hoy.

Muertes por ahogamiento

Aunque estas no son las únicas reivindicaciones del sector, sí son las que más destaca el colectivo. Cabrera explica a este medio que no existe un censo de buzos en Canarias, aunque sí en España, donde se cuentan 1.200 profesionales. Un colectivo pequeño que realiza tareas imprescindibles, especialmente para el Archipiélago, y que se siente desprotegido por la administración.

Así, entre otras peticiones, los buzos denuncian los "los alarmantes datos de mortalidad que afectan al buceo profesional". El 90% de las muertes son por ahogamiento y tres de cada cuatro de ellos derivados de la práctica de buceo autónomo, en el que los submarinistas no cuentan con el apoyo de otros buzos de auxilio. 

Así, desde Comisiones Obreras zanjan sus reivindicaciones afirmando que el "buceo profesional autónomo debería restringirse al máximo y autorizarse exclusivamente en casos excepcionales, exigiendo medidas extremas de seguridad a tenor que esta es la variante con la siniestralidad y peligrosidad más altas".