Los desprendimientos de piedras en la fachada del Hospital Insular de Gran Canaria no cesan. El problema se remonta al año 2015, cuando la gerencia del complejo sanitario elaboró un informe donde analizaba de manera pormenorizada los inconvenientes que existen en la entrada de un edificio al que acuden centenares de personas cada día entre pacientes, médicos, enfermeros, auxiliares o celadores. Ahora, una década después de que todo comenzara, el Gobierno regional tiene previsto licitar la obra y comenzar su ejecución a lo largo de 2025 porque el problema ha ido a peor.

Desde que el peligro fue detectado se instalaron redes que han estado muy visibles y así evitar que ocurriera un accidente. Pero la medida no ha dejado de ser un parche que, aunque ha funcionado por no se ha tenido que lamentar daños personales, tarde o temprano iba a ser necesaria una actuación en profundidad como la que prevé la Consejería de Sanidad —área encabezada por Esther Monzón— de cara al próximo año.

¿Reforma definitiva?

Así queda reflejado en una respuesta parlamentaria por escrito al diputado del Partido Popular (PP) David Morales que ha podido consultar Atlántico Hoy. El texto, firmado el pasado 11 de octubre, admite que es cierto el “problema de desprendimientos de piedras del sistema que configura la fachada”. El planteamiento de la pregunta era conocer los obstáculos e impedimentos para acometer la reforma definitiva.

Para justificarlo hace referencia al ‘Informe sobre la sintomatología patológica existente en las fachadas de la primera fase (ala sur) del Complejo Hospitalario Universitario Insular de Gran Canaria’. El Ejecutivo autonómico cuenta que tras su elaboración —por parte de la gerencia— se intentó dar solución a los puntos problemáticos, “en aquel momento puntuales”, desde el propio servicio de mantenimiento o con intervenciones contratadas externamente.

"En escala"

El Gobierno canario admite que se ha podido comprobar cómo la problemática “se ha incrementado en escala”, razón que ha llevado, por seguridad, a que el hospital haya instalado redes que eviten la caída de los elementos de la fachada. “La colocación de las redes, de manera generalizada y no puntual, se lleva a cabo después de ese informe sintomatológico ya comentado”, añade la Consejería de Sanidad.

Como los desprendimientos no paraban, en junio de 2021 se contrató la redacción del proyecto ‘Rehabilitación de la fachada del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria’, iniciativa que se licitará el año que viene para que los trabajos comiencen “en el transcurso económico de 2025”. Ese encargo —que recibió la técnico Desirée García el 22 de marzo de 2021— estuvo cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) en un 85%. 

Contexto

Para dar contexto, el 21 de julio de 2021, María Torres, la directora gerente del Hospital Insular, redactó una resolución que ha podido consultar este periódico. En él relata que “el 25 de mayo —dos meses antes— se emitió informe justificativo promovido por la Subdirección de Gestión de Servicios de Ingeniería sobre el incidente acaecido el 20 de mayo en el que tuvo lugar un desprendimiento de una de las piedras que componen la fachada noroeste”. 

Narra que tras el hecho ocurrido, el Servicio de Mantenimiento detectó de manera simultánea, una sucesión de piedras inestables en toda la fachada con riesgo de caída inminente. 

Con urgencia

Por lo tanto, “inmediatamente” contactaron con la empresa Técnicas Operativas Canarias, S. L. “para llevar a cabo con carácter de emergencia la realización de trabajos verticales, y una inspección in situ del estado de la fachada al objeto de determinar las causas del desprendimiento”.

La compañía, en su informe técnico, concluyó como posible causa del desprendimiento, el desplazamiento de las plaquetas de extremos por vibraciones originadas por el viento y la inexistencia de topes en las esquinas, dando lugar al movimiento progresivo de las mismas. 

"Progresiva degradación"

“Asimismo, según el histórico del edificio, se evidenció una afección constante sobre el sistema de revestimiento de la fachada con continua y progresiva degradación, por lo que se propuso la intervención urgente con medidas de protección sobre todas las superficies expuestas a los usuarios del centro del riesgo de caída de cascotes o placas protegiendo la fachada con un sistema de redes”, continúa el documento.

Como consecuencia, se iniciaron los trabajos y se han ido llevando a cabo las actuaciones expuestas. En una nota de prensa difundida por Sanidad en diciembre de ese mismo año se detalla que el Consejo de Gobierno fue informado de las contrataciones mediante el procedimiento de emergencia para la ejecución de las obras, unos trabajos que costaron 82.397,06 euros.