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En el centro, María Dosantos, canaria viviendo en una pequeña aldea gallega./ CEDIDA

La canaria que lo dejó todo para irse a una aldea gallega de dos habitantes: "Iba a desaparecer"

María Dosantos se fue a Galicia junto con su pareja, Baba Sall, y su hijo e inició un proyecto de 'coliving' que pretende salvar la aldea de su padre

María Dosantos nació en Santa Cruz de La Palma, pero pasó su infancia a caballo entre la Isla Bonita, Tenerife y la aldea de Santa María, en el concello gallego de Villardevós. Su padre era natural de esa pequeñísima población ourensana, a tan solo 7 kilómetros con la frontera de Portugal.

María, desde pequeña, pasaba los veranos en aquella aldea. "íbamos el mes de agosto, coincidiendo con las fiestas del pueblo", rememora con cariño. Hubo un momento en el que ir a Santa María comenzó a ser cada vez más difícil. El trabajo, las obligaciones en Tenerife, la crianza de su hijo junto a Baba Sall, su pareja y padre del niño, comenzó a complicar los viajes veraniegos a la aldea.

Un encuentro marcado por el arte

Baba y María se habían conocido en 2016 en Tenerife. Ella, por entonces, era asesora de comunicación en el Ayuntamiento de Guía de Isora, y él era músico. Baba había llegado de Senegal casi una década antes y se dedicaba al mundo del arte. No sólo música, sino que también tenía proyectos cinematográficos que compartió con María.

En 2023, tras las elecciones locales, hubo un cambio de gobierno en Guía de Isora, lo que permitió a María replantearse su futuro laboral. Ese verano, tras años de mucho trabajo, tuvo por fin oportunidad de volver -esta vez con su hijo- a la aldea de su padre con tranquilidad. Tiempo para pensar, tiempo para oxigenarse... "Ese ese verano decidí hacer un cambio profesional. Nos surgió una posibilidad quedarnos", narra.

Beatriz Dosantos y Baba Sall./ CEDIDA

Una aldea casi vacía

Poco después, Baba fue para allá y se estableció con María y el hijo de ambos, pero la aldea que recordaba de pequeña había cambiado hasta el punto de que ya sólo había dos casas habitadas. "En sus años buenos, aquí llegó a haber bastante población, siempre dentro de un ámbito rural. El colegio de Villardevós, en su día llegó a albergar a 600 ó 700 alumnos. Desde que estamos aquí, hay una media de 30 ó 35. Cada año varía porque acaban la secundaria y ya se van al instituto a Verín, que es el pueblo más grande que tenemos cerca", explica María.

En Galicia, esta canaria ha tenido que diversificar su panorama laboral. "No ha habido una ruptura total con el periodismo, ahora soy freelance y sigo haciendo trabajos de comunicación y gestión de proyectos, pero sí he tenido la posibilidad de expandirme profesionalmente en otros ámbitos. Estudié quiromasaje hace 10 años y aquí he visto la posibilidad de aplicar mis conocimientos y mis capacidades de otra manera para aportar a la comunidad rural donde estamos".

Salvar la aldea

Aunque el proyecto más ambicioso de María y Baba ahora mismo en su aldea gallega pasa por evitar que desaparezca. "De pequeña, venía en en verano y siempre había gente, venían mis primos, estaban los que ya vivían aquí... La aldea era pequeña y estaba poco poblada, eso siempre fue una realidad, pero ahora muchísimo menos. Cuando llegué aquí para vivir, me encontré con la cruda realidad de que la aldea tiene toda la pinta de que va a quedar despoblada si no hacemos algo al respecto", narra.

Fue así como comenzaron a planear un proyecto en la propia aldea que permitiese fijar población y revitalizar ese pequeño cogollo de casas que se agolpan alrededor de una iglesia. "Nos dedicamos a estudiar las necesidades de la zona, a estudiar otros modelos de negocio que están empezando a darse en estas realidades, en poblaciones rurales. Nos gustó el concepto del coliving", detalla María.

'Coliving' en el corazón de Galicia

"Los coliving son espacios que ofrecen alojamiento, como pudiera ser el concepto de antigua pensión, pero están enfocados sobre todo a los entornos rurales. Lo que ofrecen es la posibilidad de que la gente vaya por temporadas más largas de lo habitual, de que suele ser una escapada de vacaciones. Sobre todo a teletrabajar", narra María a Atlántico Hoy.

Su primer paso ha sido crear la asociación multicultural Asanta Teranga. Se trata de una organización que aúna los proyectos artísticos y culinarios de Baba con programas de bienestar promovidos por María. Mientras él hace conciertos y cocina para la comunidad platos senegaleses, ella dinamiza las tardes de la comunidad con talleres para mujeres, clases de gimnasia, masajes quiroprácticos y otros microproyectos de cuidados.

Una comunidad que crece

La asociación se dio a conocer en abril en el concello, organizando un evento gastronómico multicultural en unas instalaciones cedidas por el ayuntamiento, al que acudieron 200 personas, y desde entonces han tenido muy buena acogida.

María explica a Atlántico Hoy que esta asociación fue el "germen" del proyecto de coliving, que están intentando ampliar. Han pedido varias subvenciones para rehabilitar un conjunto de viviendas familiares en la aldea y poder dotarlas de aislamiento, fibra óptica, espacios para teletrabajar y, por supuesto, habitaciones.

Mirando hacia el futuro

Hasta que esa ayuda llegue, María y Baba continuarán haciendo actividades con su asociación en instalaciones municipales e impulsando otros proyectos, como el de revitalización y reconocimiento de una variante del Camino de Santiago que entra en el concello desde Portugal y que María está convencida de que podría darle una nueva vida a la aldea.

En cualquier caso, están atentos a otras posibilidades de financiación: "Estamos abiertos a cualquier propuesta también. No es un proyecto que tenga que ser nuestro, si hay gente interesada en venir, aportar y comprar algunas de las viviendas que se venden para rehabilitarlas, estaríamos encantados de que formen parte del coliving", zanja María.