Investigadores del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA-CSIC) y de la Universidad de La Laguna (ULL) han descubierto cuatro nuevas especies de chicharritas subterráneas en Canarias. Con este hallazgo, publicado en la revista Subterranean Biology, Canarias suma 17 registros de estas especies, la región con más diversidad de este artrópodo, de los que hay alrededor de 70 documentados en todo el mundo.
Los individuos han sido localizados en La Palma, La Gomera y El Hierro. “Estas chicharritas son parientes lejanos de las cigarras, pero mucho más pequeñas, de unos 4 mm de longitud”, cuenta a Atlántico Hoy el investigador de la ULL Pedro Oromí, coautor del estudio.
Cuatro especies nuevas
Las chicharritas subterráneas viven en cuevas volcánicas o en las redes de grietas que existen bajo el suelo. En Canarias ya se conocían 13 especies subterráneas, pero ahora se han encontrado cuatro más: Cixius palmirandus en La Palma, Cixius theseus y Meenoplus skotinophilus en El Hierro, y Tachycixius gomerobscurus en La Gomera”, detalla Oromí.
El equipo científico responsable de la investigación ha estado liderado por Hannelore Hoch, del Museo de Ciencias Naturales de Berlín, en colaboración con expertos de Canarias y Madeira. Entre ellos se encuentran Oromí, Heriberto López (IPNA-CSIC), Manuel Naranjo (grupo de entomología Melansis) y Dora Aguín, de la Universidad de Madeira, especialista en homópteros.
Vida subterránea
Esta fauna se caracteriza porque "la evolución les ha llevado a perder los ojos, la pigmentación y las alas, por lo que solamente pueden vivir en el medio subterráneo, si salen afuera se mueren". Estas características los convierten en organismos especialmente vulnerables a cualquier alteración de su hábitat.
Pero no todas las especies de este animal viven siempre de manera subterránea: “En su fase juvenil, todas las especies viven de la savia extraída de las raíces", explica Oromí. Sin embargo, algunas han evolucionado para permanecer bajo tierra toda su vida, "en lugar de emerger a la superficie al alcanzar la madurez”.
Estudios genéticos
Estas especies han evolucionado a partir de otras especies del exterior "de tal forma que se adaptaron a vivir en el subsuelo y se convirtieron en especies diferentes, cavernícolas o subterráneas, que tienen sus parientes lejanos fuera".
El estudio también plantea interrogantes sobre el origen de esta gran diversidad en Canarias. Se desconoce si proceden de especies actuales que habitan en la superficie de las islas, o si es alguna de las que habitan zonas continentales. Para resolver esta incógnita, se están llevando a cabo estudios genéticos en el IPNA-CSIC.
Buen estado del suelo
“El ecosistema subterráneo es más simple que el de la superficie, pero igualmente estructurado”, apunta Oromí. “Las chicharritas son parte de una cadena trófica que incluye depredadores y carroñeros especializados en estos entornos extremos”.
Según los investigadores, la presencia de estas especies es un indicativo del buen estado de conservación del medio subterráneo en Canarias, ya que la fauna que vive en el subsuelo es muy propensa a desaparecer cuando el hábitat donde viven está contaminado o alterado por la actividad humana.
No obstante, al ser organismos de distribución muy limitada y con pocos individuos conocidos, se ha propuesto clasificarlos como vulnerables, siguiendo los criterios de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Trampas para chicharritas
El descubrimiento de Cixius theseus y Tachycixius gomerobscurus fue posible gracias a una trampa de caída diseñada por los investigadores Heriberto López y Pedro Oromí. Esta técnica, publicada en 2010, ha sido utilizada con éxito tanto en Canarias como en otros países. Por otro lado, Cixius palmirandus y Meenoplus skotinophilus se encontraron en cuevas volcánicas previamente inexploradas.
Para Heriberto López, este hallazgo ha sido fruto de años de trabajo. “El reto de estudiar estos insectos es que apenas se dejan ver. Se esconden en grietas minúsculas, en lugares de difícil acceso. Para encontrarlas, hemos tenido que perfeccionar las trampas que diseñamos hace más de una década”, explica en un comunicado.
Región volcánica con más diversidad
"Canarias es la región volcánica más rica en biodiversidad subterránea del mundo", afirma el científico. Aunque existen zonas no volcánicas con una diversidad algo mayor, "como los Balcanes o los Pirineos, en terrenos volcánicos no hay ninguna otra región con tanta variedad de especies".
Las especies subterráneas en Canarias han encontrado en el subsuelo un ambiente estable, donde las variaciones de temperatura y humedad son mínimas. Actualmente, se han identificado "unas 220 especies subterráneas obligadas en el Archipiélago, es decir, organismos que no pueden sobrevivir fuera de cuevas o grietas volcánicas". La mayoría son artrópodos, como insectos, arácnidos y ciempiés.
Años de trabajo
El equipo ha trabajado en múltiples campañas de muestreo en los tubos volcánicos y grietas de las islas. “Cada nueva expedición nos deparaba sorpresas. En El Hierro, por ejemplo, encontramos Cixius theseus en un entorno que no esperábamos, lo que nos hace replantearnos su ecología y distribución”, añade López.
El estudio de estos insectos también ofrece pistas sobre la evolución en ambientes extremos. “Muchas especies subterráneas se adaptan a la oscuridad y la escasez de alimento. Es fascinante ver cómo han cambiado con el tiempo para sobrevivir en estos nichos ecológicos”, concluye el investigador.
