La obesidad se ha convertido en uno de los principales problemas de salud pública en Canarias. Según la última Encuesta de Salud de España (2023), un 20,6% de los adultos en las islas padece obesidad, frente al 15,2% de la media estatal. En la infancia, el estudio ALADINO, promovido por la AESAN, sitúa a Canarias entre las comunidades con peores datos: casi la mitad de los escolares de 6 a 9 años tiene exceso de peso.
Una enfermedad multifactorial
“La obesidad es una enfermedad multifactorial que atiende a causas sociales, fisiológicas y psicológicas. No se trata solo de lo que comemos, sino de la relación que establecemos con la comida y de la falta de recursos para manejarla”, explica la nutricionista Amara Álvarez. En su opinión, reducirlo a un único factor sería “simplificar en exceso” un fenómeno que se relaciona con más de 200 causas.
El sedentarismo, clave
Entre esos factores, el sedentarismo juega un papel central. “En Canarias hay muchísimo. Los niños pasan más horas con pantallas que jugando en la calle y eso tiene consecuencias directas”, apunta Álvarez. La combinación de menos actividad física y dietas desequilibradas crea un caldo de cultivo para el aumento de peso desde edades tempranas.
La situación económica añade otra capa al problema. Canarias sufre una de las cestas de la compra más caras del país, cuestión que dificulta hacer elecciones alimentarias en las casas.
Cambios en los hábitos
La nutricionista también alerta de un cambio en los hábitos cotidianos: “Cada vez se cocina menos en casa. Vivimos en la inmediatez y eso empuja a atender menos nuestras elecciones alimentarias y a desatender la cocina mediterránea, vinculándonos más con patrones occidentales. Cocinar debería verse como una forma de autocuidado, pero hoy no se fomenta lo suficiente”.
Carencias en sanidad
A esta realidad se suma una carencia estructural: la ausencia de Dietistas-Nutricionistas en la sanidad pública. “España es uno de los pocos países de Europa que no cuenta con estos profesionales en atención primaria. Si existiera esa figura, nos ahorraríamos muchos tratamientos y hospitalizaciones”, critica Álvarez. Recuerda que incluso en Canarias hubo intentos de crear plazas en el hospital Doctor Negrín, pero nunca llegaron a materializarse.
La especialista insiste en que la prevención es clave y que el cambio debe empezar desde la educación. “Si hubiera mayor número de programas sólidos en colegios y campañas desde la sanidad, los datos mejorarían. Pero todavía seguimos luchando para que se reconozca el papel de los Dietistas-Nutricionistas”, afirma.
El riesgo del estigma
Más allá de las cifras, Álvarez lanza un aviso sobre el estigma social. “Se señala demasiado a la persona con obesidad, cuando hablamos de un problema que tiene múltiples causas. Es fundamental evitar la gordofobia, dejar de reducirlo a una falta de voluntad y entender que necesitamos mayor acceso a un abordaje multidisciplinar, donde la psicología es el eslabón fundamental”.