Según una encuesta de laSociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (Sedca), este trastorno, conocido como astenia primaveral, se acompaña también de falta de apetito, atención y concentración, y dificultad para conciliar el sueño, entre otros síntomas.
Para combatirlo, los expertos recomiendan mantener una alimentación rica y variada y practicar ejercicio de forma regular. También se puede ingerir, de manera adicional, preparados farmacéuticos de jalea real para tener más energía y sentir menos el cansancio.
Síntomas
Los más comunes son alteraciones en el apetito, déficit de atención y disminución de la concentración. “Todo esto se debe a una alteración de los ritmos circadianos debida a un aumento de las horas solares y al cambio horario que coincide con la llegada de la nueva estación”, indica.
La sintomatología de la astenia primaveral es leve y pasajera, pero puede afectar a la vida cotidiana ya que produce una inadaptación laboral y personal y, si no se mejora, puede "conducir a trastornos de ansiedad y del sueño, irritabilidad o incluso accidentes como consecuencia de la falta de atención y concentración”, advierte el doctor Ocaña.
Por ello, es conveniente seguir una serie de consejos entre los que se incluyen una alimentación rica y variada, cuidar las horas de sueño, mantener una constancia en la práctica de ejercicio físico de 30 minutos diarios, disfrutar del buen tiempo y tomar el sol.
Uno de los síntomas que acompaña a la astenia primaveral es la falta de apetito. De hecho, más de un tercio de los españoles afirma sentirlo cuando cambia el tiempo, según la encuesta de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación.
“La astenia se caracteriza por un estado de debilidad y fatiga que conducen a una incapacidad para realizar actividades rutinarias y a una disminución del apetito”, comenta la nutricionista Andrea Calderón. Según esta experta en nutrición, “si tomamos menos nutrientes de los necesarios, contribuimos a empeorar la situación”.
Por otro lado, cerca de la mitad de los encuestados cambia su alimentación con respecto al invierno, según la misma encuesta. “El cambio de estación supone una modificación en los horarios de las comidas y, al subir la temperatura, se consumen más alimentos hidratantes, más frutas y verduras, más agua y otras bebidas”, subraya Calderón.
En este sentido, esta experta recomienda no recurrir tanto a ensaladas que, “aunque es un plato fácil de preparar y frío, puede hacer olvidar la elaboración de otros platos cocinados con otro tipo de verduras que poseen unos antioxidantes diferentes”.
Además, aconseja seguir tomando legumbres que también se pueden preparar en frío y moderar el consumo de aperitivos, que suele aumentar también con la llegada del buen tiempo, “pero que puede llevar al sobrepeso”.
"Lo principal es seguir un patrón de dieta mediterránea, con cinco comidas al día que incluyan platos más ligeros, sobre todo en el caso de la cena”, afirma la experta.