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Sede del Tribunal Supremo. / EFE

Cuatro años de cárcel para un sargento en Canarias por abusar de una subordinada

El militar deberá indemnizar a la víctima con 10.000 euros, cumplir penas accesorias de alejamiento y ha perdido su empleo tras la sentencia firme

M. A.

La Sala de lo Militar del Tribunal Supremo ha ratificado la condena de 4 años de prisión y la pérdida de empleo para un sargento del Ejército de Tierra en Canarias por un caso de abuso de autoridad, abuso sexual y lesiones contra una subordinada.

Además, el militar deberá pagar 10.000 euros de indemnización y mantenerse alejado de la víctima por un mínimo de cinco años tras su salida de prisión.

Fiesta de cumpleaños

Los hechos ocurrieron en diciembre de 2020, durante una celebración en un centro comercial de Telde, Gran Canaria. Según el relato judicial, la soldado acudió al cumpleaños del acusado, quien había sido su instructor de gimnasia.

En la immagen, dos militares del Ejército de Tierra que no están relacionados con la noticia. / DEFENSA

La situación degeneró tras varias aproximaciones incómodas del sargento, culminando en un episodio de agresión sexual durante la madrugada en su domicilio.

Tocamientos forzados

"No vas a tener otra oportunidad mejor para estar conmigo", fueron las palabras que el condenado dirigió a la víctima mientras la sometía a tocamientos forzados.

Aunque en un primer momento logró salir de la habitación, más tarde, mientras dormía, el militar volvió a atacarla, poniendo su pene en su boca y tocándola bajo la ropa interior, según declaró la víctima. El episodio fue presenciado por otro compañero militar.

Condena ejemplar

El Supremo ha rechazado los recursos del acusado y ha considerado acreditados los hechos. Aunque fue absuelto de dos agresiones iniciales durante la misma noche, la gravedad de los actos consumados llevó a la confirmación de la pena en su totalidad.

Tras el incidente, la víctima presentó la denuncia directamente en la Policía Nacional al no confiar en los cauces militares. Su vida dio un giro radical: abandonó el Ejército y comenzó a trabajar como policía municipal en Telde. Además, se le diagnosticaron ansiedad, depresión y rechazo a cualquier relación con su anterior empleo.

Implicaciones legales y sociales

El caso pone de manifiesto la necesidad de reforzar las políticas de prevención y actuación contra el abuso de autoridad y las agresiones sexuales en el ámbito militar.

"Este tipo de condenas envían un mensaje claro de que no hay espacio para estas conductas dentro de las Fuerzas Armadas," declaró un experto en derecho militar.