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Sociedad

“Dicen que al periodismo le quedan dos telediarios: yo no lo veo así”

EN PRIMERA PERSONA | Los primeros disparos tras una cámara fotográfica de Pepe Torres llegaron cuando tenía apenas 6 años. El tiempo convirtió esta afición temprana en su profesión

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Los primeros disparos tras una cámara fotográfica de Pepe Torres llegaron cuando tenía apenas 6 años. El tiempo convirtió esta afición temprana en su profesión. En los medios de comunicación empezó cubriendo crónicas parlamentarias para La Provincia y luego pasó a formar parte de la redacción de La Opinión. Pese a que hace una lectura crítica de la situación actual de la prensa afirma que aún hay espacio para hacer periodismo.

- ¿Cómo llegó al mundo de la fotografía?
- Desde muy pequeño. Mi padre fue un buen aficionado y con él, recuerdo con 6 o 7 años, cuando salíamos los domingos, su cámara acababa en mis manos. Aún la conservo.
Ya en la adolescencia, me metí de lleno en el “cuarto oscuro”. Practiqué con el revelado y los copiados en papel. Me dediqué a la fotografía de paisajes blanco y negro (afición). Unos años más tarde, impartí talleres de laboratorio a alumnos de la escuela de aparejadores de La Laguna. Estuve así un par de años. Nunca imaginé que acabaría siendo mi profesión. Y fue de la mano de Paco Pomares, que necesitó de un fotógrafo para sus crónicas parlamentarias, como comencé a hacer y aprender fotoperiodismo para el diario La Provincia y su agencia, IdeaPress. Y hasta la fecha.


Entrevista en el set TV ATLÁNTICOHOY | CANAL YOUTUBE AH


- ¿Es un buen momento para ser fotógrafo?  ¿Actualmente se dan las condiciones óptimas de trabajo?
- Si bien no es un buen momento para ser fotógrafo, en cualquier terreno de la fotografía, sí lo es para la fotografía en general. El avance del mundo digital es cierto que ha facilitado la labor en nuestro trabajo, pero en contrapartida encontramos que la Red se ha convertido en un vertedero de imágenes, de dónde equívocamente se nutren muchas redacciones de diarios, lo que va en detrimento tanto de la profesión como de la credibilidad que le damos al lector. El todo vale en fotoperiodismo no debería tener razón de ser. Estamos en un momento dónde las condiciones de trabajo se han visto devaluadas por todo esto.

- ¿Qué puede aportar un fotógrafo a un medio de comunicación como un periódico?
- El aporte gráfico es esencial  en los medios de comunicación. Sigue estando vigente la frase: “una imagen vale más que mil palabras”. Y si va acompañada de un buen texto acorde con la información, mejor. Y viceversa. Es importante esa complicidad redactor-fotógrafo, para acabar ofreciendo un buen artículo. Al margen de esto, para mí, el aporte más importante del fotoperiodismo es lo que dejamos para la historia, reflejada en fotografías.

- ¿Cómo reflexionaría en torno a la profesión de fotoperiodista?
- El avance tecnológico es imparable y circula a pasos agigantados.  Tenemos la opción de avanzar con ella, o quedarnos en la cuneta. El fotoperiodismo se concibe hoy con las prisas de la inmediatez y la escasez de personal en las redacciones, lo que da lugar a informaciones poco elaboradas y de escaso interés. El mundo está cada vez  más conectado y hay millones de historias que contar. Hay que salir más al mundo y contar esas historias. Y puedes tener un mundo muy cerca, a tu lado, a escasos metros. Ya lo hacen fotoperiodistas como Walter Astrada, que viaja en moto por el mundo contando precisamente eso: historias gráficas. Hay una nueva forma de fotoperiodismo por explorar gracias a la tecnología global. Dicen que al periodismo le queda dos telediarios: yo no lo veo así.

 - La fotografía de calle, ¿es más de instinto o preparación?

Instinto, preparación, suerte, intuición. Todas ellas “puede venir de serie” contigo, o puedes desarrollarlas a lo largo de la práctica diaria. De todas formas me quedo con el momento observación. En la medida que un encargo te permita tiempo para la observación de las posibles escenas informativas, te dará la ventaja para obtener una gran foto.

- ¿Qué sobra en el día a día del trabajo de un fotógrafo de medio de comunicación?
- Sobran las prisas y el agobio. También la descoordinación que a veces hay en los medios.
No hay buen trabajo con prisas. Es lo que comentaba más arriba. Sin un mínimo de tiempo prudente, no tienes margen para la observación. Al final tienes un trabajo que consideras mediocre y acabas con un día frustrante.

- ¿Podemos hablar de un intrusismo notable en la profesión?
- Aunque no sea la palabra adecuada, hablemos de intrusismo, teniendo en cuenta que desgraciadamente esta profesión no tiene Colegio Profesional. Y sí, hay un alto grado de “intrusismo”: desde el empleado que hace fotos para gabinetes de prensa, pasando por el amigo de… que acreditan en un concierto; el personal de fuerzas de seguridad que también…
etc. etc. Todo ello sin los mínimos de calidades profesionales informativas.
Sólo en ciertos casos del denominado fotoperiodismo ciudadano, puedo admitirlo como parte de cierto “intrusismo”. Y siempre me remito al mismo caso: el incendio del Concorde. Indiscutible.

- ¿Es imprescindible estar al día en cuanto al material de trabajo? ¿Es usted de los que lo renueva constantemente?

- Estar al día, sí. Esto no implica que tengas que comprar. Y menos en los tiempos que corren, donde amortizar la inversión es un trabajo de titanes. Hoy por hoy, muchos smartphones de media-alta gama, te dan buena calidad de imagen para ciertos trabajos. Lo importante debe ser lo que captes, no con qué lo captas. He visto trabajos de prensa con móviles que son tremendos de calidad. Después de once años, he renovado equipo recientemente. No me compensa.

- ¿Los fotógrafos también notan las urgencias de la inmediatez en su trabajo diario?
- Sí. Ahí están las redes sociales, como parte de una forma de comunicar. Los medios están ahí y hay que ganar en likes, a veces sin medir las consecuencias de una mala información no contrastada. No lo viví así, porque hace 10 años que no estoy en una redacción, pero conozco el tema. Lo mismo sucede desde los gabinetes y agencias de comunicación. El caso es ser los primeros en ofrecer la información a la redes. No es una buena fórmula.

- ¿Cómo ve la profesión a medio plazo?
- No lo tengo claro. Creo que ni los editores lo saben. Hace diez años aproximadamente que se habla de la desaparición del papel y ahí sigue estando. Lo que sí puedo observar es que la tendencia camina hacia la digitalización total de la información y a ofrecer una información más especializada y con altos índices de calidad. Pero va muy lento aún.

- ¿Cuál es la anécdota que haya vivido que siempre cuente relacionada con su profesión?
- Después de una foto mía de portada, (La Opinión), la persona que salía en ella, llamó a la redacción del periódico, y tras felicitarme y “ponerme por las nubes”, me invitó a cenar: se trataba de la actriz principal de la ópera “Carmen”. Esa mañana cuando entré en el periódico, la redacción se puso en pié y aplaudió, enseñando la portada. ¿Ves?, esta profesión también te da momentos de gloria…jajajaja… No la cuento mucho.

- ¿Hay alguna imagen en concreto que nunca hubiese deseado tomar?

- Desde luego. Los accidentes de tráfico y los sucesos en general, sobre todo cuando hay situaciones de fallecimiento. Es una situación difícil de llevar en la profesión.


- ¿Qué acto y situación le queda por cubrir?
- Hay tanto por cubrir que no sabría decir. En un mundo convulso como el que vivimos, cualquier tema tiene fuerza informativa. Desahucios, injusticia social, inmigración, ecología, no sabría por dónde empezar. Lo que sí me hubiese gustado cubrir en su momento y me cogió en los inicios y sin experiencia, fue, la caída del muro de Berlín. Uno de los acontecimientos más importantes del Siglo XX. Me hubiese gustado estar allí.

- ¿El fotoperiodismo puede ser una herramienta para cambiar el mundo?
- No. La fotografía de prensa en todo caso puede hacer cambiar conciencias y formas de pensar y ver las cosas de otra manera. Me remito a la Guerra de Vietnam y el fotoperiodismo.
La sociedad estadounidense partidaria de esa guerra cambió radicalmente su forma de ver la situación a raíz de las fotos emitidas. Norteamérica perdió esa guerra. Se supone que cuando queremos cambiar algo es para bien. En el atentado a las Torres Gemelas, sufrimos un “bombardeo“ informativo  brutal: profesional, ciudadanos, redes. ¿Ha cambiado este mundo para bien? Todo lo contrario. Pero ese es otro debate.