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Sociedad

Diego Álvarez, el verdadero fenómeno meteorológico de Tenerife

El joven aficionado a la metereología de Tenerife y Canarias se ha convertido en un referente a sus 15 años por su forma de divulgar las informaciones sobre la climatología en las Islas

5 minutos

Diego Álvarez, creador de @tenerife_meteo. / AH

Hace poco más de un año (1 de agosto de 2021), una revelación de identidad sorprendía a la sociedad tinerfeña y canaria, sobre todo a los que les gusta el sector de la meteorología, por la edad de la persona detrás de la cuenta de Twitter @tenerife_meteo, una marca que se ha hecho un nombre en apenas dos años y que ya era un referente en la divulgación, convirtiéndose en un fenómeno de la comunicación de la meteorología.

Con tan solo 14 años, Diego Álvarez -que ya tiene 15- sacaba a la luz la identidad de quien asemeja conocimientos y un discurso de quien podría superar la treintena. Un trabajo de divulgación, el suyo, que le valió para ser reconocido con un premio por parte de la Aemet.

“Al principio, la gente no se lo esperaba”, relata Diego en una entrevista para Atlántico Hoy. “Publicar mi edad me ha ayudado a conocer personas con la que he colaborado y con las que me he nutrido en el ámbito de la metodología”, explica en relación a lo positivo que fue tomar la decisión de mostrarse. “El trato en este año ha sido maravilloso, pensaba que iba a ser peor, que se iban a llevar una decepción. Hay aficionados de todas las edades y es lo bonito del mundo de los aficionados”, agrega.

Autodidacta

Con más de 15.000 seguidores en Twitter, Diego es ya toda una referencia en el Archipiélago en información meteorológica. Pero no sobre las previsiones, que también, sino por la forma de explicar los fenómenos naturales que rodean al clima de forma más sencilla, “pero sin abandonar el lenguaje científico”.

Autodidacta en sus conocimientos, señala que la autoformación realmente va por dos sentidos. “Primero, en internet no solo existen informaciones negativas, sino muchas investigaciones científicas” donde analiza los tecnicismos y los que no entiende los busca. “Cambio el lenguaje sin perder ese sentimiento científico y se lo transmito a la gente. Gracias a otros divulgadores que he podido conocer, que en Canarias hay muy buenos, he aprendido a tratar datos, climatología, etc.”, comparte.

También se ha nutrido a través de la lectura de libros y estudios científicos. “Cuando quiero explicar un fenómeno y aun no estoy seguro, lo busco, lo aprendo, lo observo y cuando lo voy a divulgar cambio un poco la visión y lo traslado a un lenguaje más cercano sin perder ese lenguaje típico propio de la meteorología”, afirma.

Orígenes del fenómeno

Diego Álvarez hizo sus primeros pinitos en la meteorología hace tan solo cinco años, cuando tenía diez y, como reconoce, “surge espontáneamente”, comentando que no hay nadie en su entorno que tenga esta pasión o trabaje profesionalmente en meteorología.

“Lo que hacía era observar modelos meteorológicos de manera amateur y sigo observando. Llevaba tres años viendo modelos meteorológicos hasta que salté a las redes sociales (2020), aunque no le he encontrado un razonamiento lógico a que me haya iniciado en ellas”, confiesa el administrador de @tenerife_meteo. “Fue una suma del aburrimiento, más una intención mía propia, interior, por la que hubiera alguna forma de aprovechar bien las redes sociales. Y para mí eso es la divulgación. Mi intención no era realmente hacer nada, esa cuenta iba a durar una semana porque la iba a dejar. Pero mira, más de dos años ya”, completa la exposición.

Premiado por la Aemet

Respecto al reconocimiento por parte de la Aemet por su labor de compartir sus conocimientos meteorológicos de forma no profesional, Diego Álvarez reconoce que fue un premio que no se esperaba. “No conocía la existencia de ese premio, pero porque aún no existía. No sé si era el primer o segundo año que se daba”, explica entre risas. “Fue un sentimiento de gratitud bastante grande, porque siempre he admirado, como aficionado, la labor que realiza la Aemet. Es un escalón gigante para seguir formándome”, destaca antes de recordar que por ese reconocimiento a su trabajo le dieron libros que le ayudan “muchísimo” a conocer cómo funciona la atmósfera. 

Compatibilidad con los estudios

Una popularidad, la de las redes y el sector meteorológico, que no tiene problemas de logística durante la época estival, pero que se convierte en algo más exigente cuando llega el curso escolar, pues a su edad se dispone a cursar 4º de la ESO (Colegio de las Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret, en Los Realejos). “Hay que ser muy buen equilibrista, porque el problema de la meteorología es que los fenómenos más interesantes que necesitan seguimiento se dan en invierno o durante época de clases”, reconoce.

Sin embargo, comparte la suerte que ha cosechado al exponer que estos últimos dos años le han tocado fenómenos destacables en fines de semana, en día de fiestas o en Navidad, que hubo borrasca. “Es verdad que a veces es complicado, sobre todo en época de exámenes, pero, al final, con una correcta organización se puede”, afirma Álvarez. No obstante, sabe que “lo primero es lo primero”, aunque le duela, que son los estudios. “A veces, cansa un poco porque estas estudiando y luego te vas a la divulgación, que es seguir estudiando, aunque por lo menos estudiar la meteorología me gusta bastante más”.

Reconoce que su familia le decía al principio que mirara menos el ordenador, pero al ver la evolución de la cuenta de Twitter “se fueron sorprendiendo, sobe todo familiares y amigos. Se alegraron y eso es bastante grato”.

Sin presión por divulgar

En todo este contexto de divulgación Diego no ha fallado a su cita con las redes a diario. Un impulso que le sale de dentro, por el que no siente que “sea una obligación”, excepto cuando hay fenómenos meteorológicos adversos reseñables, pero es una obligación propia. La genero yo”, aclara.  “Lo que hago muchísimas ocasiones es seguir con la meteorología, incluso en las actividades que hago fuera, que hago muchas, como senderear. Mientras sendereo voy captando información de lo que voy observando en el cielo. Aquí hay estratocúmulos, aquí alto cúmulos, aquí hay más humedad relativa, aquí menos, una masa de origen marítimo otra continental... La meteorología sigue. Es constante y no para”, expone este amante de la atmósfera.

Además, cuenta la anécdota que muchas veces, cuando voy con sus amigos por ahí, “ellos van en coche y yo voy caminado para ir observando la meteorología. Al final, todo es tiempo libre y la obligatoriedad o no, la pongo yo, y mientras esté contento, pues bien”, sentencia.

Su futuro y el de Canarias

Respecto a sus metas futuras, Diego contempla, a corto plazo, “la idea de continuar divulgando y hacerlo con nuevas formas de divulgación para que más personas se unan a la meteorología”. A largo plazo, afirma que su futuro está “en la astronomía o en meteorología, por ahora”. Asegura que, sea lo que sea que le lleve el camino, estará dentro de la ciencia, “no tanto en la televisión” ni ese perfil comunicativo. “A veces, se pierde la ambición, pero con esta afición, junto con la de la astronomía, nunca la he perdido por aprender”.

Aprovechando la conversación, este aficionado advenedizo de la meteorología de Canarias valoró y analizó los episodios de olas de calor vividos por el Archipiélago recientemente y hacia dónde se dirige el clima de Canarias en un contexto de cambio climático.

“Para saber si estos episodios de calor son propios del cambio climático, habría que hacer un estudio de atribución, tener datos sobre intensidad, frecuencia, estacionalidad de los episodios de calor durante el verano. Es verdad que este julio ha sido importante y hemos tenido dos olas de claro, que no ocurría desde 1975. En los últimos años la duración de estos episodios es importante y esto es un riesgo, porque exponerse tanto tiempo a estas temperaturas disminuye la calidad de vida de las personas. Para mí, es de los peores fenómenos adversos que hay. No es normal que duren tanto tiempo. Las dos olas de julio fueron duraderas, pero habría que hacer un estudio más profundo para decir que se pueda atribuir al cambio climático. Seguro que algo de extraño hay”.