Cuando el calor del verano comienza a dar tregua y los vientos suaves anuncian el cambio de estación, Canarias se transforma en un paraíso para el senderismo. El otoño tiñe los bosques de verde intenso, suaviza las temperaturas y llena los caminos de calma, ofreciendo el momento perfecto para descubrir la naturaleza de las Islas a paso lento.
Desde paisajes volcánicos hasta frondosos bosques de laurisilva, el Archipiélago invita a recorrerlo sin prisas, con un clima que combina sol, bruma y humedad. Es la época ideal para quienes buscan tranquilidad, paisajes vivos y rutas menos transitadas, en entornos que parecen detenidos en el tiempo.
Senderismo entre volcanes
En La Palma, la Ruta de los Volcanes es una de las más impresionantes del Archipiélago. Este sendero de unos 24 kilómetros atraviesa el Parque Natural de Cumbre Vieja, donde los cráteres antiguos y las coladas más recientes narran siglos de historia geológica. En otoño, las vistas se vuelven más nítidas y el aire más fresco, haciendo que las 6 o 7 horas de recorrido resulten más llevaderas.
- Dificultad: Alta.
- Recomendación: Ropa cómoda, agua, calzado de montaña y protección solar.
Bosque de Los Tilos
También en La Palma se encuentra el Bosque de Los Tilos, un santuario natural cubierto por la laurisilva, uno de los ecosistemas más antiguos de Europa. Sus senderos cruzan barrancos y riachuelos que, en otoño, recuperan su esplendor gracias a las lluvias. La humedad crea un ambiente envolvente, casi mágico.
- Dificultad: Media.
- Duración: 2–3 horas.
- Recomendación: Llevar impermeable y disfrutar del sonido del agua que acompaña todo el camino.
Rumbo al Roque Nublo
En Gran Canaria, el Roque Nublo se alza como una de las joyas del senderismo otoñal. El ascenso hasta este monumento natural es breve, pero ofrece una de las vistas más espectaculares del Archipiélago: desde la cima, se divisa el Teide en la distancia. El clima fresco y despejado de esta estación permite contemplar el horizonte con total claridad.
- Dificultad: Baja.
- Duración: 1–2 horas.
- Recomendación: Ideal para principiantes o familias. Llevar abrigo ligero y cámara fotográfica.
La Ruta del Agua
El Parque Rural de Anaga, en Tenerife, acoge uno de los recorridos más emblemáticos del norte de la isla: la Ruta del Agua. Este sendero serpentea entre antiguos caminos usados por los habitantes locales para recoger agua, rodeado de bosques húmedos y nieblas misteriosas que envuelven el paisaje otoñal.
- Dificultad: Media.
- Duración: 3–4 horas.
- Recomendación: Calzado antideslizante y respeto por un entorno de altísima biodiversidad.
Barranco del Infierno
También en Tenerife, el Barranco del Infierno, en Adeje, ofrece una ruta regulada que conduce a una cascada natural tras un recorrido por un paisaje de vegetación exuberante. En otoño, el caudal del riachuelo crece, haciendo el camino aún más espectacular.
- Dificultad: Media.
- Duración: 3–4 horas.
- Recomendación: Es necesario reservar con antelación para acceder. Llevar agua y calzado resistente.
Caldera de Bandama
La Caldera de Bandama, en Gran Canaria, permite caminar sobre un cráter volcánico de origen milenario. La ruta circular rodea el borde de la caldera y ofrece vistas del interior del cráter, de Las Palmas y del Atlántico. El clima otoñal, más fresco, hace que la caminata sea cómoda y segura.
- Dificultad: Baja.
- Duración: 2–3 horas.
- Recomendación: Calzado adecuado para terreno rocoso y cámara para capturar las panorámicas.
Fortaleza de Chipude
En La Gomera, la Fortaleza de Chipude es una de las rutas más emblemáticas. El sendero asciende hasta una meseta de roca que ofrece una vista impresionante del Parque Nacional de Garajonay y sus montañas. El otoño aporta un ambiente templado y una luz dorada que realza el paisaje.
- Dificultad: Media.
- Duración: 2–3 horas.
- Recomendación: Ropa ligera y agua suficiente. Ideal para senderistas con algo de experiencia.
Una estación perfecta para caminar
El senderismo en otoño en Canarias es una experiencia que combina naturaleza, calma y descubrimiento. Los días son más suaves, los caminos menos concurridos y el paisaje muestra su mejor cara. Desde los barrancos de Tenerife hasta los bosques de La Palma o las montañas de La Gomera, cada isla ofrece una aventura distinta y una oportunidad para reconectar con la naturaleza.
Ya sea para una escapada corta o una travesía exigente, el Archipiélago canario confirma en otoño por qué es un destino único para el senderismo: por su clima amable, su diversidad paisajística y esa mezcla de silencio y belleza que solo aquí puede encontrarse.