El emprendimiento y la suerte

Con mucha frecuencia oímos aquello de “qué suerte tiene, todo le sale bien”, cuando estamos con alguien que ha triunfado con su proyecto empresarial. Pero...

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Yo no sé Uds., pero yo oigo con mucha frecuencia aquello de “qué suerte tiene, todo le sale bien”, cuando estamos con alguien que ha triunfado con su proyecto empresarial. Pero realmente, ¿es cuestión de suerte?

Según la RAE, la suerte se define como: “Circunstancia de ser, por mera casualidad, favorable o adverso a alguien o algo lo que ocurre o sucede”, o también, “Aquello que ocurre o puede ocurrir para bien o para mal de personas o cosas”, o sea, acontecimientos o consecuencias fuera de todo control.

En mi experiencia como emprendedor y consultor, lo cierto es que no recuerdo que el factor “suerte” se me presentara nunca, ni tampoco se le presentara a ninguna persona con la que haya trabajado. Lo que sí he visto y constatado es, además de constancia, mucho trabajo, trabajo, y más trabajo.

Lo más cercano que he podido estar de “la suerte” es en esos momentos de inspiración, en esos momentos creativos en los que se nos ocurren ideas, vemos soluciones donde los demás solo ven problemas, o somos capaces de relacionar conceptos o productos de una forma que a otras personas no se les ha ocurrido. ¿Suerte? Yo creo que no.

Yo suelo poner un ejemplo de eso que algunas personas llaman “suerte”. Haciendo referencia a un símil futbolístico, hay más probabilidad de marcar un gol si estás cerca de la puerta contraria que si estás en tu campo. O como dirían algunos, tendrías más “suerte” para marcar un gol si estás cerca de la puerta contraria. 

Pero vamos a analizar todos los aspectos que influyen en esa “suerte”. Primero, es más fácil marcar un gol si estás cerca de la puerta contraria que si estás en el centro del campo. Por lo tanto, si te llega algún balón cercano a la puerta contraria, es más fácil que puedas marcar gol. Ahora bien, si hay otros compañeros cerca, ¿por qué te va a llegar a ti ese balón y no a otro compañero? Me imagino que por tener más “suerte” que los otros compañeros, ¿no? 

Volvamos a analizar esa situación con más detalle. Los buenos jugadores, (o sea, aquellos que tienen desarrolladas y trabajadas las competencias técnicas necesarias), saben leer la situación y saben buscar la posición más eficaz para poder recibir el balón con ventaja. Además, conocen al compañero que está subiendo el balón y saben qué suelen hacer esos compañeros cuando centran un balón al área. 

Y, por otra parte, ¿cuál es la posición más eficaz para poder recibir el balón con ventaja? Pues cada uno buscará esa posición según sus habilidades y competencias. Los que rematen bien con la cabeza, cerca del área pequeña. Los que tengan buen regate, cerca del área grande y con espacio para correr… Cada uno, según sus talentos.

Y por supuesto, con mucho entrenamiento, mucha práctica y ejercicio físico. 

Si trasladamos estos conceptos deportivos al mundo del emprendimiento, nos resultará más fácil marcar un gol, o sea, realizar una venta, si estamos cerca de nuestros clientes, si lo conocemos, si interactuamos con ellos y conocemos cuáles son sus necesidades. 

Y seremos nosotros los que recibamos el balón, (el pedido), si somos capaces de remarcar nuestra diferencia con respecto a la competencia en cuanto a plazos de entrega, calidad de servicio, atención al cliente y la relación calidad/precio. 

Los buenos emprendedores son aquellos que saben detectar necesidades, que saben encontrar una solución para dar respuesta a esas necesidades y que, además, lo hacen con calidad.

Los buenos emprendedores son aquellos que se forman, que están al día de lo que ocurre en su sector y en otros. Los buenos emprendedores son aquellos que planifican una buena estrategia de visualización y que saben crear una red de contactos comerciales directos, o que nos puedan referenciar. Los buenos emprendedores son aquellos que están donde tienen que estar, y no están donde no tienen que estar, donde no van a obtener resultados por mucho tiempo que le dediquen.

Yo no creo que los buenos emprendedores tengan suerte. Lo que tienen es pasión por lo que hacen, trabajan duro para conseguir sacar adelante su proyecto y le dedican tiempo, mucho tiempo a atender todas las necesidades que tiene su proyecto.

Todo este trabajo no se ve. Es un trabajo invisible, como la parte de un iceberg que está debajo de la superficie del agua. Es un trabajo importante y que requiere mucho tiempo, pero no es suerte. Es saber qué quieres conseguir y poner los medios para conseguirlo.

Por lo tanto, ya sabes, cuando veas a alguien que está triunfando, recuerda que “la suerte” ha tenido poco que ver. Que ese triunfo está basado en el esfuerzo y en el trabajo duro durante muchos días y durante muchas horas cada día. 

Y “suerte” con tu proyecto!!!