Un móvil robado a una cercana colaboradora de Pablo Iglesias en 2016 y encontrado después en los registros de la operación Tándem en la que fue detenido el excomisario José Villarejo ha vuelto desatar las sospechas sobre las actuaciones de la llamada "policía política" en relación con el líder de Podemos.
Pablo Iglesias se ha personado como perjudicado en la Audiencia Nacional en la pieza secreta que investiga el hallazgo de ese teléfono en los registros practicados en noviembre dentro de la operación Tándem, y cuyo robo denunció un año antes Dina Bousselham —asistente del secretario general de Podemos cuando éste era eurodiputado—.
Una pieza secreta bautizada con el nombre de "Dina", según confirman a Efe fuentes jurídicas, y en la que se investiga la relación del robo de ese teléfono con Villarejo.
Se da la circunstancia además de que varios de los mensajes privados que contenía ese teléfono se publicaron después en algún medio de comunicación, en lo que fuentes de Podemos enmarcan como una operación para "destruir" a Pablo Iglesias.
El ex director general del cuerpo entre diciembre de 2011 y noviembre de 2016 Ignacio Cosidó siempre ha mantenido que desconoce quién elaboró ese informe que, entre otras cosas, apuntaba la supuesta financiación irregular de Podemos que tampoco nunca se ha demostrado en los juzgados.
