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Sociedad

Un enfermo, a juicio por cultivar marihuana que ingería para calmar sus dolores crónicos

Mirko padece una enfermedad rara que también sufren su padre, su hermana y dos de sus hijos de 3 y 4 años, sin tratamiento conocido y con una corta esperanza de vida

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Mirko Fotia tiene una enfermedad rara que le causa dolor crónico. / AH

A principios de 2019, Mirko Fotia, un joven italiano afincado en Gran Canaria fue detenido  por la Guardia Civil en Teror. Se le acusaba de un delito de tráfico de drogas por tener en un terreno de su propiedad 54 plantas de marihuana cultivadas por él. Un vecino que había visto la plantación fue la persona que lo denunció. 

La investigación no encontró en la casa ningún tipo de parafernalia relacionada con la adulteración o que pudiera ser utilizada para vender droga. El joven alegó que cultivaba marihuana para poder realizar extracciones y elaborar aceites concentrados de CBD o de THC, que ingiere porque le ayudan a paliar los fuertes e intensos dolores que le produce diariamente una enfermedad rara que padece desde hace 20 años.

Calambres constantes

Mirko tiene 37 años, vive con su mujer, que es canaria, y sus cinco hijos. Padece lo que se llama distrofia miotónica de tipo 2 (DM2), que también sufren su padre, su hermana y dos de sus hijos de 3 y 4 años. La enfermedad le impide llevar a cabo una vida normal y ahora mismo no puede trabajar. “Mis piernas van perdiendo fuerza, con calambres constantes y una o dos veces al día acabo en el suelo con muchos dolores y un cansancio eterno”, afirma.

La distrofia miotónica de tipo 2 (DM2) no tiene cura. Según cuenta Mirko, la esperanza de vida de los pacientes que padecen esta enfermedad ronda los 55 años de edad. Actualmente no existe una medicación concreta para ayudar a paliar sus efectos. “Lo único que me ayuda es el THC o el CBD. En Roma acudí al Policlínico Tor Vergata. Allí me trató el director del Departamento de Neurociencia, el Doctor Roberto Massa, que es quien me receta como ayuda unas galletas de THC y el aceite de CBD que suelo tomar por la mañana al levantarme y antes de acostarme”, destaca Mirko.

140 euros semanales

En España se comercializan los productos que Mirko necesita, pero son excesivamente caros. Se puede llegar a pagar por un frasco de CDB unos 140 euros y en una semana, un enfermo de la categoría de Mirko se lo habrá terminado. “De ahí que decidiera plantar marihuana para extraer yo el producto para mi propio consumo personal, nunca para venderlo. Soy un padre de familia honrado que lo único que quiere es ver crecer a mis hijos”, explica el joven.

Tras su detención, Mirko declaró en el juzgado. Fue en ese momento cuando, a través de su representante legal, el abogado Tommaso Garzia, aportó toda la documentación médica, tanto la de Italia como la del Servicio Canario de la Salud, en la que se explica la enfermedad que marca la vida del joven padre italiano. En un primer momento se llevaron una alegría porque el juez de instrucción decidió el sobreseimiento del caso como solicitaba su abogado. Pero las buenas noticias duraron apenas dos meses. “El auto de sobreseimiento tiene fecha de 9 de marzo de 2019. Si una parte quiere recurrir tiene tres días para hacerlo o cinco días si lo que quiere hacer es recurrir directamente a la Audiencia Provincial. En el caso de Mirko, el fiscal recurrió, pero lo hizo en mayo de 2019, dos meses después, de forma extemporánea, es decir, fuera de plazo”, afirma con rotundidad Tommaso.

Dos años de cárcel

Además, el abogado defiende la tesis de que el fiscal recurre en función de una jurisprudencia arcaica e injusta. “A Mirko se le incautaron 300 gramos (ese era el presunto peso real de las 54 plantas, de las que 70 gramos eran hojas). Esa jurisprudencia lo que dice es que hasta 150 gramos, es la cantidad máxima que puede tener un consumidor en su poder. Esa jurisprudencia se aplica cuando un ciudadano lleva esa cantidad encima, por la calle, en el coche, o en su casa y tiene que ser en cogollos, pero si hablamos de plantas, es normal que el peso sea mayor porque son plantas enteras”, explica el abogado.

El juez de instrucción desestimó el recurso de reforma del fiscal y este recurrió a la Audiencia Provincial, que terminó estimándolo. El procedimiento empezó a caminar de nuevo y ahora el fiscal pide dos años de cárcel para Mirko por tráfico de drogas y 4.200 euros de multa. El juicio se celebrará en la Ciudad de la Justicia el próximo 29 de noviembre.

“Quiero estar en paz y que no me traten como a un narcotraficante. Nunca he tenido problemas con la justicia, ni aquí ni en Italia. Si voy a morir antes de los 55 años me gustaría vivir los pocos años que me quedan tomando algo que verdaderamente me alivie los dolores ya que no me voy a curar”, manifiesta Mirko.