Con un perímetro costero de 326 km, muchos de ellos cubiertos por grandes extensiones de arena rubia, Fuerteventura se ha ganado el sobrenombre de la playa de Canarias. Pero entre todos los arenales de la isla existe uno con una peculiaredad única ya que, además de ser playa, es al mismo tiempo una laguna.
Este fenómeno se origina por la presencia de un banco de arena frente a la línea de costa de la playa de Sotavento, que crea una laguna de cerca de tres kilómetros pero apenas medio metro de profundidad al abrigo de las mareas del Atlántico. Por este motivo, muchos conocen a este lugar como la playa de las dos orillas.
Un paraíso dividido en cinco
Sotavento alcanza los nueve kilómetros en toda su extensión y se subdivide en cinco playas, denominadas La Barca, Risco del Paso, Mirador, Mal Nombre y Los Canarios. Este prodigio natural, con la laguna de Sotavento como principal protagonista, puede contemplarse desde el mirador de Sotavento, que ofrece unas vistas magníficas de esta zona privilegiada del municipio de Pájara.
Aunque en playa de La Barca y Risco del Paso se congreguen muchos bañistas y sea el lugar preferido para quienes practican deportes acuáticos como el windsurf o el kitesurf, Sotavento también ofrece la posibilidad de largos paseos con los pies entre la arena y sus aguas transparentes. Quienes prefieran entornos más solitarios también tiene la opción de acercarse a otros puntos más tranquilos de esta extensa playa.
Un rincón más tranquilo
La playa de Mal Nombre tiene cerca de un kilómetro de longitud y seencuentra alejada de las zonas con mayor afluencia, sin renunciar a la fina arena blanca y las aguas turquesas. Además, esta plata ubicada entre Morro Jable y Costa Calma está limitada por los acantilados que la protegen de los fuertes vientos y la convierten en un remanso de paz apartado del bullicio.
Finalmente la playa de Los Canarios es la opción perfecta para quienes buscan un rincón aún más apartado. Con una extensión de 500 metros del largo y 40 metros de ancho, este recodo se sitúa entre la playa de Sotavento y la playa de Esquinzo Butihondo y, lejos de las masificaciones y construcciones, es considerada una de las más salvajes de la isla.