Hay dos días marcados en el calendario que pueden pasar desapercibidos, como pasa desapercibida la situación que se denuncia y reclama en esas fechas marcadas en el día a día de la población. Se trata del 30 de julio y el 23 de septiembre, dedicados al Día Mundial contra la Trata de Personas y Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños.
Según datos del Ministerio del Interior, España identificó en el último año 1.794 víctimas de trata y explotación, 632 de ellas por explotación sexual. El 98 % eran mujeres, la mayoría latinoamericanas, y 32 eran menores.
Y todo ello está invisibilizado, normalizado como algo que ocurre y no se le presta atención, señalan Asunción Bartolomé, directora del Programa Daniela-Oblatas Las Palmas, y Begoña Vera, experta en explotación sexual. “La prostitución está por todas partes y aumenta cada vez más, pero no se quiere ver cuando se trata de una violencia más y habría que tratarla como se hace con la violencia de género o la vicaria”, denuncia Vera.
Mujeres vulnerables
“La trata con fines de explotación sexual en Canarias es grave, pero está invisibilizada y cada vez es más difícil de detectar”, afirma Bartolomé, quien lleva más de una década trabajando con mujeres atrapadas en redes de control y violencia.
Como puerta de entrada de migración, en las Islas confluyen varias realidades y aunque se pueda pensar en las personas que llegan a través de la ruta canaria en patera o cayuco, según explica Vera, el mayor volumen de mujeres prostituidas en el Archipiélago son latinoamericanas, sobre todo de Colombia y Venezuela, afectadas por la crisis en sus países y captadas por redes mediante engaño, deudas o promesas de trabajo.
Prostitución digital
“Las explotaciones sexuales son la esclavitud del siglo XXI”, advierte Vera. “Y cualquier mujer vulnerable puede caer en ese sistema”, ya que ahora se ha sumado el hándicap la digitalización del sistema prostitucional, lo que se conoce como Prostitución 2.0. “ A través de las redes sociales, de un OnlyFans, de Instagram. Es muy fácil entrar. Salir, en cambio, es casi imposible”, añade la experta.
Esto lo han visto desde el propio programa Daniela, pues muchas de las mujeres que han atendido nunca estuvieron en un prostíbulo; fueron explotadas en pisos, hoteles, o mediante plataformas online. Y esta migración de la prostitución al entorno digital, así como la percepción de que es una “elección libre”, han contribuido a “normalizar” la explotación sexual.
Sin una ley
A esta normalización se suma la falta de legislación clara: España no tiene una ley integral contra la trata, ni una postura firme frente al sistema prostitucional, según expone Vera. La trata sigue siendo regulada dentro de la Ley de Extranjería, y no como una forma de violencia específica contra las mujeres.
“No se la quiere tratar como un tipo de violencia más, como lo es la violencia de género, la violencia sexual o la vicaria. Y eso genera invisibilidad. La sociedad mira hacia otro lado”, señala Vera.
El papel del putero
Mientras sigue sin regularse y atenderse, el país lidera las cifras de consumo de prostitución en Europa: “Cuatro de cada diez hombres consumen prostitución y no pasa nada”. Para Vera, el foco debe ponerse en los puteros, que tienen “toda la responsabilidad”, así como “la sociedad en general por permitirlo y no hacer nada”.
“Cada vez que un hombre paga por prostitución, está pagando por violar el cuerpo de una mujer. No hay deseo mutuo, no hay placer compartido. Hay una transacción económica que encubre una violencia. Y lo llamamos sexo, pero no lo es”, afirma.
Además, la experta en explotación sexual denuncia la hipocresía institucional: “Muchos de los que votan leyes en el parlamento luego van a prostíbulos. Esto es lo que tenemos. Hasta que no veamos la explotación sexual como violencia, no podremos erradicarla”.
Jornadas
La prevención empieza por la educación, y Vera lanza una crítica clara: “¿Cómo puede ser que todavía no haya educación afectivo-sexual en las escuelas?”. La explotación sexual no se erradica solo con leyes, sino con conciencia. “Hay que educar a las familias, a los niños, a los medios. Dar herramientas para que las nuevas generaciones entiendan qué es el consentimiento, la sexualidad, los abusos. Para que no repitan los mismos esquemas”.
Este año, las Jornadas contra la Trata organizadas por el Programa Daniela (22 y 23 de septiembre en Casa Colón, Las Palmas de Gran Canaria) llevarán por título “Prostitución en la cultura”, y estarán dedicadas precisamente a mostrar cómo la cultura —desde el cine, la música, hasta los medios— ha contribuido a normalizar la prostitución y la violencia sexual.
“El mensaje llega a niños y niñas, como si no pasara nada. Nos enseñan que vender tu cuerpo es empoderamiento. Que prostituirte es una elección. Pero no es verdad. Y cualquier niña, incluso de nuestro entorno, puede caer en esa red. Es cuestión de vulnerabilidad, no de origen”, explica Vera, directora de las jornadas y colaboradora a su vez del Programa Daniela.
