Francia regulará el acceso a móviles y redes entre los menores: ¿debe hacer lo mismo Canarias?

El debate sigue sobre la mesa debido a los efectos que tiene en la infancia y la adolescencia, como retraso en el neurodesarrollo y aislamiento social. ¿Es la solución prohibirlo por ley o quizás fomentar unos mejores hábitos?

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Crear "buenos hábitos" es la solución a los problemas que provocan las pantallas y redes sociales en la infancia y adolescencia / UNSPLASH
Crear "buenos hábitos" es la solución a los problemas que provocan las pantallas y redes sociales en la infancia y adolescencia / UNSPLASH

El móvil se ha convertido en un elemento básico que permanece en las manos durante todo el día,vibrando y brillando con la llegada de notificaciones y consumiendo contenido sin parar en las redes sociales. Una actitud que no solo es propia de las personas adultas, sino que se produce también en la infancia y la adolescencia, periodos en los que el uso de pantallas y redes sociales provocan múltiples problemas. 

Por ejemplo, uno de sus efectos, más allá de alterar el sueño o la disminución de la atención, es la alteración en el neurodesarrollo y aprendizaje, sobre todo en menores de tres años. Francia se ha propuesto prohibir el uso en ciertas edades y un mayor control en la adolescencia. ¿Está ahí la solución? Para Pedro Javier Rodríguez, psiquiatra infantojuvenil, la respuesta no es la prohibición, sino la creación y promoción de “buenos hábitos”, en especial desde la propia familia. Sin embargo, Carlos Fungairiño, encargado de los talleres de la asociación Clave A, considera que "la prohibición es básica". 

Retraso en el neurodesarrollo

Con el desarrollo del mundo digital, las pantallas en muchos casos se han convertido en “niñeras” de los más pequeños de la sociedad, señala el psiquiatra. Incluso en las redes sociales hay un término para referirse a los menores que no pueden comer o realizar otras actividades sin una pantalla presente, ‘iPad kid’ o ‘niño iPad’ en español. 

Rodríguez explica que el uso de pantallas y redes sociales en la infancia y la adolescencia puede afectar en “múltiples esferas” cuando se produce de manera “excesiva”. El experto apunta que “tiene efecto en la reducción de las horas de sueño” y propicia la fatiga visual, así como “aumenta la tendencia a la obesidad al estar ligado al sedentarismo”. 

Los más pequeños se ven afectados en su desarrollo, ya que “retrasa el neurodesarrollo, el aprendizaje y el lenguaje”. Y pueden provocar, asimismo, “dependencia, sobre todo ante determinados juegos o hábitos”. 

Viendo porno con ocho años

Además, genera “dificultades socioemocionales porque el estar más conectado a las pantallas reduce el contacto social en actividades de otro tipo” y puede conllevar al aislamiento social presencial y elevada comparación social. También ansiedad o impulsividad al disminuir la capacidad de esperar. 

A los especialistas les preocupa, sobre todo, “la utilización no responsable” que conduce al acceso de “contenido poco apropiado como la pornografia”, dado que “la edad de acceso casual” a ella “está establecido a partir de los ocho años, edades muy tempranas”, advierte Rodríguez. Esto conlleva, según Fungairiño, a que los pequeños normalicen ciertas situaciones y se incrementen las agresiones sexuales en menores. A lo que se suma “el acoso a través de las redes sociales", pues "ya no se produce en las aulas como antes", sino que se genera a través de los dispositivos. 

Los expertos aconsejan que los menores de tres años no utilicen pantallas al afectar a su neurodesarrollo / UNSPLASH
Los expertos aconsejan que los menores de tres años no utilicen pantallas al afectar a su neurodesarrollo / UNSPLASH

Promover buenos hábitos

En el caso de Francia, el país vecino se ha propuesto prohibir el uso de pantallas a menores de tres años, así como que no tengan móvil hasta los 11, y ya sea a partir de los 13 cuando cuenten con acceso a internet, pero sin redes sociales. Sería a los 15, edad cuando podrían contar con perfiles en ‘redes éticas’, específicas para menores, y ya a los 18 años tener Instagram o Tik Tok. 

Rodríguez ve este listado como “recomendaciones positivas”, pero “generales”, pues hay que “ser flexible” y comprender que “depende del entorno”. Es así que el especialista infantojuvenil no ve como solución la prohibición, sino propiciar “buenos hábitos”, en especial desde las propias familias al ser el principal ejemplo para los más pequeños, como “dejar los móviles en una caja al llegar a casa” o “fomentar la vida familiar sin dispositivos”. 

Recomendaciones de los expertos

El psiquiatra ha participado en el desarrollo del Plan digital familiar de la Asociación Española de Pediatría en el que se recogen una serie de recomendaciones generales para las familias como “guía para la utilización de pantallas”. Por ejemplo, se aconseja establecer límites de tiempo: de 0 a 2 años se debe evitar su uso, ya que no hay un tiempo seguro; de 3 a 5 años menos de una hora diaria y a partir de 5 años menos de dos horas de ocio digital al día.

También se recomienda establecer zonas libres de pantallas, evitar el uso una o dos horas antes de acostarse, elegir contenidos apropiados a la edad, fomentar en los niños el pensamiento crítico, hacer revisiones periódicas en los dispositivos, estar presentes y conocer los contenidos, así como cederles dispositivos antiguos en vez de regalarles uno nuevo para que el menor no entienda que es suyo del todo y le cueste aceptar la supervisión de la familia.

Uso en institutos

El uso de los móviles se extrapola más allá de la familia a las aulas de colegio y, en especial de institutos. En Francia, puesto de ejemplo antes, existe una ley desde 2018 que prohíbe su uso en los centros de secundaria, pero en la práctica es difícil controlarlo. Esta problemática se planteó en Canarias a lo largo del último año, quedando en una limitación a uso didáctico. 

El psiquiatra expone que “para estudiar no hay que tener distracciones”, siendo uno de los consejos del plan digital. “Si en un instituto no hay ningún adolescente que saque nunca el móvil y lo tiene siempre apagado o en su taquilla, no habría ninguna razón para prohibirlo y eso se hace a través del aprendizaje. Es lo que pretendemos enseñar a que eso ocurra de esa manera”, manifiesta. Se basa en fomentar un entendimiento de los espacios y horarios de uso sin llegar a prohibir, sino inculcar. 

Prohibir por ley

Por el contrario, el encargado de impartir talleres de Prevención en el Ámbito Infantil y Juvenil, sí ve viable y necesaria "la prohibición por ley" y que "las administraciones informen de la gravedad de su uso a padres y madres", ya que son los principales que propician el acceso de los menores a un smartphone al "ser el regalo estrella en las comuniones". Para él, el control parental no es suficiente al ser "inútil" en muchos dispotivos. Por ello, prohibir es su solución, como se prohíbe que los jóvenes puedan conducir una moto, ejemplifica. 

No ve que vaya a ver un problema a pesar de lo normalizado que está el uso de dispositivos entre niños y adolescentes. "Antes el tabaco estaba normalizado en aviones y discotecas y se terminó quitando, pues esto igual". No obstante, cree que España no dará el paso "hasta que no se produzca (esta prohibición) en varios países europeos". 

A nivel estatal, se prevé antes de verano, contar con una nueva herramienta para la utilización de tecnologías, como un DNI digital anonimizado, que verifique la mayoría de edad para acceder a contenidos de adultos.