El rector de la Universidad de La Laguna, Francisco García, ha agradecido este sábado a los nuevos doctores causa del centro, la escritora Ken Bugul, la teórica de la comunicación Amparo Moreno Sardà, la historiadora de la ciencia Londa Schiebinger y el biomédico Nicholas A. Peppas, que sean "vacuna frente a la indiferencia".
Durante su discurso con motivo de la investidura de los nuevos doctores causa, el rector de la Universidad de La Laguna ha señalado que más que el “negacionismo”, uno de los grandes males contemporáneos es la “indiferencia” que lleva a la inacción para luchar contra los problemas del mundo.
Francisco García señaló que esta ceremonia pone de manifiesto el propósito de la institución por “revertir la intolerable brecha de género” existente en su nómina doctorados honoris causa. De 50 personas agasajadas con esta distinción por la Universidad de La Laguna, solamente ocho son mujeres, incluyendo las tres que hoy han sido investidas", se indica en un comunicado.
Igualdad de género
En los últimos años se ha tratado de equilibrar esta proporción concediendo más de estos doctorados a mujeres que a hombres, y la institución seguirá persistiendo en este empeño.
Para el rector, estos doctorados responden al ánimo de las universidades por abrirse a la sociedad, y ha dicho que “solo desde esta universalidad se puede ser fiel al compromiso de fomentar el pensamiento crítico, promover el diálogo intercultural y buscar soluciones globales a los grandes desafíos de la humanidad”.
Así, esta ceremonia adoptó esa orientación universalista desde dos puntos de vista: el disciplinario, pues se ha reconocido a especialistas en materias muy diferentes entre sí, como geográfica, haciendo gala de la condición atlántica de Canarias, la cual, parafraseando a la catedrática y académica de la lengua Dolores Corbella, no supone una barrera, sino un puente.
Discursos
El rector recordó algunas de las ideas que Bugul, Moreno, Schiebinger y Peppas habían expuesto en sus discursos de investidura, y continuó que "hoy estamos concediendo esta importante distinción honorífica a tres mujeres y un hombre que constituyen los mejores antídotos contra este mal de nuestro tiempo: no son y no nos dejan indiferentes”.
Ken Bugul Dulce María González Doreste, del departamento de Filología Clásica, Francesa, Árabe y Románica, fue la primera madrina en hablar, para presentar a la escritora senegalesa Ken Bugul, pseudónimo en lengua wolof de Mariétou Mbaye Biléoma.
Esta autora de once novelas creció en el seno de una familia polígama y fue abandona por su madre a los cinco años, y su brillantez le permitió realizar estudios universitarios tanto en su país como en Bélgica.
Amor por la lengua
En su discurso de investidura, Ken Bugul expresó su amor por la lengua y cultura españolas, citando inspiraciones como las de Unamuno, Lorca, Machado, García Márquez y Neruda, a quienes citó durante su alocución.
Explicó que, para ella, la escritura es una necesidad y una pasión, un arma terapéutica, un instrumento de militancia en pro de los derechos de las mujeres, para dar voz a las que tanto tiempo llevan calladas.
La escritora se refirió a la polarizada realidad del presente, determinada por una amenaza climática que empuja la marcha de millones de personas en busca de lugares más sostenibles. Pero también se compadeció de “los pobres seres humanos” que se refugia en “mundos virtuales” para completar sus vidas. Ken Bugul, de 78 años, cerró su discurso citando a Dolores Ibárruri al decir “No pasarán”.
Activista feminista
La profesora del Departamento de Ciencias de la Comunicación y Trabajo Social Lara Carrascosa Puerta resumió la carrera de Amparo Moreno Sardà, destacada investigadora en Historia y Comunicación desde un enfoque feminista que es catedrática emérita de la Universidad Autónoma de Barcelona, en donde ejerció como docente e investigadora desde 1973 hasta 2019.
Fundadora del Laboratorio de Periodismo y Comunicación para la Ciudadanía, ha sido activista feminista, activista de clase, y se ha esforzado en fomentar la participación social y dación de cuentas en las instituciones locales, tratando de hacer avanzar el conocimiento y dar voz a quienes normalmente no la tienen.
Durante su intervención, Moreno Sardà recordó sus inicios como periodista “de calle”, hasta que su activismo político en la clandestinidad franquista le valió un despido y precipitó su incorporación al mundo de la academia. Allí fue pionera en incorporar la visión del feminismo a las ciencias sociales, hasta ahora abordadas desde una óptica preeminentemente patriarcal: “De las mujeres no hablaban, o muy poco, o con ironía. Como si no existiéramos o nuestras aportaciones no fueran significativas”.
Trayectoria
El profesor Edgar Pérez Herrero, del Departamento de Ingeniería Química y Tecnología Farmacéutica, fue el padrino del cuarto investido en la ceremonia, Nicholas Peppas, catedrático en la Universidad de Texas en Austin, con afiliaciones en Ingeniería Química, Ingeniería Biomédica, Farmacia, Pediatría, y Cirugía, y director del Instituto de Biomateriales, Administración de Medicamentos y Medicina Regenerativa.
Su laureada trayectoria científica queda patente por las cifras: coautor de más de 1.800 artículos, 41 libros y 54 patentes; conferenciante por 34 países con más de 1.600 ponencias; profesor visitante en 14 universidades de 11 países; director de 125 tesis doctorales y 14 doctorados Honoris Causa.
El discurso de aceptación de Peppas basculó entre el relato personal y un resumen de sus hallazgos científicos. Sobre lo primero, este investigador nacido en Ateneas recordó cómo, tras estudiar Ingeniería Química en el país heleno, realizó su doctorado en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, donde inició una carrera investigadora de 49 años radicada en Estados Unidos que le ha llevado a colaborar con grupos de investigación de todo el mundo.
Melómano
De su relación con España, además de los trabajos científicos, el ponente, un reconocido melómano, destacó el descubrimiento de la zarzuela y las tunas universitarias. La perspectiva de género, en este caso aplicada al mundo de la investigación, también protagonizó la ponencia de la tercera investida, Londa Schiebinger.
Su madrina fue Carina González González, del Departamento de Ingeniería Informática y de Sistemas, quien detalló los hitos de esta catedrática de Historia de la Ciencia en la Universidad de Stanford que ostenta cinco doctorados honoris causa y pertenece a la Academia Americana de las Artes y las Ciencias.
Centrada en estudiar la participación femenina en la ciencia y en el género tanto en la estructura de las investigaciones científicas, es responsable del proyecto “Gendered Innovations”, término acuñado por ella en 2005 para desarrollar métodos prácticos de análisis de sexo, género e interseccionalidad en la ciencia e ingeniería.
"Arreglar las instituciones"
Schiebinger explicó este concepto durante su ponencia, y expuso cómo en las últimas décadas las instituciones han adoptado tres estrategias de género: “Arreglar las cifras”, es decir, incrementar el número de mujeres en ciencia e ingeniería; “Arreglar las instituciones”, promoviendo la igualdad en las carreras mediante la superación de prejuicios inconscientes en las entidades de investigación; y “Arreglar el conocimiento”, que es a lo que se refiere la idea de las “Gendered Innovations”, o “innovaciones con perspectiva de género”, integrando el sexo, el género y el análisis interseccional en la investigación para lograr la excelencia.
Obviar la perspectiva de género en investigación es hacer “mala ciencia” que provoca pérdidas económicas y de vidas, dijo, y citó la reciente retirada del mercado estadounidense de diez fármacos por su riesgo para la salud, ocho de los cuales eran muy lesivos para las mujeres. Esa retirada supondrá pérdidas para sus laboratorios, que no verán el retorno de sus inversiones millonarias, algo que se podría haber evitado si su desarrollo hubiera incorporado esa perspectiva de género.
Otro ejemplo es que los síntomas de infarto femenino difieren del masculino, y hay estudios que demuestran que detectarlo mejor supondría obvias mejoras en la calidad de vida de las mujeres y también un impulso millonario para la economía.
