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Situación de la detección de seísmos en Canarias a lo largo de este lunes. / IGN

El IGN desmiente que oculte o manipule los datos de los seísmos en Tenerife

Una campaña de recogida de firmas acusa a la entidad pública de ocultar y manipular información

El Instituto Geográfico Nacional (IGN) niega que se esté ocultando o manipulando la información de los seísmos que están teniendo lugar en la isla, después de que se haya abierto una campaña de recogida de firmas acusándoles de manipular la información sobre la detección de seísmos. 

El director en Canarias del IGN, Itahiza Domínguez, quita importancia a este tipo de publicaciones, ya que asegura que llevan años enfrentándose a bulos, especialmente en momentos de mayor actividad volcánica. Asimismo, ironiza con que se critique la falta de transparencia usando datos que son de acceso público y que cualquiera puede ver, aunque apunta que la interpretación de los datos se debe hacer por aquellas personas con conocimientos. 

La crítica

En la campaña de recogida de firmas se asegura que la institución científica encargada de la vigilancia volcánica “no quiere que la gente de a pie meta las narices en sus asuntos”. De hecho, denuncian que están tratando de “pixelizar (sic) o emborronar” los espectrogramas que detectan los seísmos con el objetivo de que la gente "no tenga acceso a la información y no pueda ver lo que pasa”. 

Domínguez asegura que “no hay ninguna prueba” de que manipulen los datos, de hecho apunta que no tendrían tiempo de poder hacerlo. “Lo más importante es que la población tiene que mirar la información oficial”, recomienda el experto, quien apunta que “cada vez que ha pasado algo, que ha habido una actividad anómala de verdad se ha anunciado y publicado. Ese nunca ha sido el problema”.

Cómo se detectan los terremotos

El IGN tiene un sismógrafo en cada isla que detecta los seísmos que se producen. El sismógrafo detecta las ondas que generan los terremotos y a través de cuánto tiempo tarda en llegar cada onda se sabe la localización

Para localizar los temblores tienen un mecanismo manual y otro automático, explica el científico. El automático es el primero en monitorizar los seísmos, que detecta aquellos que superan la magnitud dos. Después de forma manual, los científicos van revisando los datos de los sismógrafos, perfeccionando el dato, ya que de forma manual “se obtiene un resultado mejor”. 

Confirmación de datos

Al cabo de un día o dos días se “hace una depuración” para detectar aquellos terremotos más pequeños. Asimismo, Domínguez apunta que están implementando un sistema automático que “nos avisa cuando hay una actividad anómala que al sistema manual le cuesta más analizar”. “Es un proceso complejo”, apunta. 

Por ello, comenta que en ocasiones se añaden más seísmos de los localizados inicialmente: “Eso es habitual en cualquier sistema de red sísmica del mundo”. Además, apunta que no todos los terremotos se localizan porque “tienes que tener una suficiente calidad de los datos para llegar a localizarlo” . 

“Esto es para tener un catálogo lo más completo posible, pero a la hora de hacer vigilancia volcánica, que es lo que nos importa, nosotros tenemos que ver cuándo hay una anomalía de verdad, si de pronto aparecen cientos de terremotos en pocas horas, eso es lo que queremos saber”, apunta.

Sobre los bulos

Domínguez señala que en muchas ocasiones se enfrentan a desinformación a través de las redes sociales, pero no tienen capacidad de desmentirla por completo. “No podemos estar revisando todo lo que hay en internet por si hay una persona que dice algo concreto”.