La extrema derecha no ha ganado en Holanda. Los liberales del VVD, del primer ministro Mark Rutte, han ganado con claridad al obtener 33 escaños (21% de los votos) en las elecciones generales. El ultraderechista Geert Wilders ha quedado en segunda posición, con 20 diputados.
El Partido de la Libertad (PVV) de Wilders escala hasta la segunda posición con 20 diputados (13% del voto), desde los 15 de escaños de los anteriores comicios a pesar de los pronósticos que lo situaban en cabeza durante varios meses, Ahora se convierte en el partido más importante de la oposición si, como está previsto, no entra en el Ejecutivo.
En su búsqueda de compañeros de coalición, el VVD podría optar por los democristianos del CDA o los liberales progresistas de D66, partidos que han quedado empatados en el tercer puesto, con 19 diputados cada uno, con una subida de seis y siete escaños respectivamente.
Los socialdemócratas del (Partido del Trabajo (PVDA), que en los últimos cuatro años han gobernado en coalición con el VVD, han sufrido una derrota histórica y pasan de 38 a 9 diputados, por lo que rompen su suelo: los 23 escaños de las elecciones de 2002.
El Partido de los Animales pasa de 2 a 5 diputados, empatando con los Cristianos Unidos, que obtienen el mismo resultado que en las elecciones de 2012.
Las dos últimas formaciones tendrán tres escaños y serán los calvinistas del SGP, que también repiten resultado, y Denk, una escisión de dos ex diputados turco-holandeses del PvdA que irrumpe como nuevo partido en la Cámara Baja y que ha hecho campaña entre la comunidad de inmigrantes y personas con doble nacionalidad del país.