Agentes de la Guardia Civil pertenecientes a patrullas del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) y de Fiscal y Fronteras (Pafif) han detectado en Tenerife, desde junio, un total de 20 infracciones en materia de pesca y dos de consumo, en las que han sido requisados 35 kilos de lapas y 12 pulpos.
Las unidades de Seprona y Pafif, adscritas a la Compañía de la Guardia Civil en el municipio de Puerto de la Cruz, han propuesto para sanción a ocho personas por infracciones en materia de pesca y marisqueo, quienes han sido sorprendidos realizando dichas actividades sin la correspondiente licencia, en zonas de veda y realizando prácticas prohibidas, según ha informado el cuerpo de seguridad en un comunicado.
Una de las infracciones detectadas corresponde a una persona que estaba realizando la venta de lapas en la vía pública, quien cobraba diez euros por el kilo de este marisco.
#SUCESOS| La Guardia Civil ha interpuesto denuncias administrativas a varias personas que fueron sorprendidas pescando en día inhábil en la zona de la Punta Blanca, en Guía de Isorahttps://t.co/r7NnNLY7HL
— AtlánticoHoy (@atlantico_hoy) June 23, 2020
La Guardia Civil ha recordado que la norma establece que en la pesca recreativa las capturas se destinarán únicamente al consumo propio del deportista o serán entregadas a instituciones con fines benéficos, quedando prohibida cualquier actividad lucrativa o comercial, por lo que los agentes procedieron a proponer la sanción para esta persona.
Además, los agentes confiscaron 17 kilos de lapas en la zona de Teno, un lugar de veda permanente para este tipo de prácticas, y el total de productos aprehendidos fueron entregados a instituciones benéficas y centros de acogida para su consumo.
La colaboración entre ambas unidades de la Guardia Civil ha llevado también a realizar inspecciones en locales dedicados a la restauración de pescado y marisco, y en uno de ellos se requisaron nueve kilogramos de pescado, nueve de lapas y viejas sin el correspondiente etiquetado o trazabilidad del producto, que además, se encontraba mal envasado.
La mercancía quedó precintada para su destrucción por parte de una empresa especializada, ya que no es apta para el consumo.