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Sociedad

"La magia solidaria es tan gratificante que mientras pueda no la dejo"

ENTREVISTA AH| El Mago Lek es uno de los embajadores de la Fundación Abracadabra, que reparten sonrisas y trucos a los niños por todos los hospitales de España

9 minutos

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Javier Lecuona estudió informática, profesión que ejerce a día de hoy y que con el paso de los años ha descubierto un sentimiento contradictorio. Su 'otro yo' es el que más le llena y divierte, el de la que era, entonces, su segunda afición y hoy es su dedicación: el Mago Lek.

Con ya 20 años en el mundo de la magia el Mago Lek continúa repartiendo sorpresas y sonrisas allá donde actúa, sobre todo por su condición de mago solidario desde que en el año 2009 la Fundación Abracadabra le abrió sus puertas. Una oportunidad irrechazable.

Australiano de nacimiento, la culpa en el origen de que hoy sea uno de los magos más carismáticos del Archipiélago y de los más valorados por su colaboración solidaria es de su abuelo, al que conoció a los dos años de edad tras 'regresar' a Tenerife. Hoy, Javier Lecuona sigue disfrutando con sus juegos y trucos, porque los magos son como "niño mayores", y trae su maletín a AtlánticoHoy para 'desvelar' los mejores secretos de ser un mago solidario


Javier Lecuona, el Mago Lek, visitó la redacción de AtlánticoHoy | AH

¿Cómo es que naciste en Australia?
Antiguamente todo el mundo se iba a Sudamérica, porque en aquella época aquí no había expectativas. Emigrábamos. Entonces, mi madre dijo que no se iba a Venezuela, que se iba a Australia y así aprendía otro idioma. Al tiempo mi padre fue detrás, se casaron allí y allí me tuvieron, pero al poco tiempo regresamos todos.

¿Cómo descubriste el mundo de la magia y te contagiaste de él?
Mi abuelo fue el precursor de todo este asunto, el que me encendió la bombillita. Me hacía juegos con cartas, imanes y metales y yo veía moverse esas cosas en la mesa. Cada vez que salía un mago en la tele o en cualquier sitio tenía que verlo, y un día, cuando ya era más grande y hacía magia con cartas a mis amigos, me hicieron un juego de cerca, me quedé loco y decidí meterme en este mundo definitivamente. Desde chiquitito siempre me llamó la atención y siempre fui curioso con los aparatejos y cómo funcionaban los trucos.


Javier Lecuona en uno de sus shows | CEDIDA


¿Fue entonces ese truco el punto de inflexión para decidir dedicarte a la magia profesionalmente?
Sí que decidí que quería empezar, pero nunca lo haces siendo profesional. Tienes que leer muchas biografías, reunirte con magos y ser parte de una sociedad. Yo lo hice aquí en Tenerife, donde estuve muchos años aprendiendo y eso se va concatenando. La magia no es barata. Aprender un juego de cartas sí, pero el libro donde está ese juego puede valer 60 euros y si después quieres un libro con juegos de monedas, otros 60. Y luego están los accesorios, tipo cuerdas, etc., y eso es carísimo. A mí me propusieron hacer una pequeña actuación en un pub y me pagaban. Y oye, eso está bien porque lo que gano por aquí, lo reinvierto en lo que me gusta y  no tengo que gastar de lo mío. Eso fue creciendo, creciendo y al final uno va siendo conocido y te llaman de muchos sitios.

¿Cómo se forma un mago partiendo de la premisa de que los trucos son secretos?
Los trucos son secretos, pero no son secretos. Es decir, todo aquel que quiera aprender puede hacerlo. Lo que pasa es que tienes que comprarte un libro donde viene, porque yo no te lo voy a contar, y ese libro vale 120 euros, pero primero tienes que comprarte otros tres que son básicos, donde se enseñan todas las técnicas que te muestra el libro. ¿Quién los compra? Los que de verdad están interesados en la magia y quieren dedicarle cinco y seis horas diarias. Después vas a una sociedad de magos que te acogen sin problemas y te enseñan y resuelven las preguntas, además de los juegos que proponen donde ven que vas progresando. La magia tiene una cosa, cuanto más sabes más quieres aprender. Te 'fastidia' mucho ver algo y no saber cómo se hizo, aunque personalmente yo prefiero seguir ilusionándome con cosas y prefiero no saberlo, porque un mago siempre va a ver la magia desde un punto diferente. Cuando yo empecé era más difícil aprender, pero ahora tienes un abanico de posibilidades tremendo, como internet entre otras. Si quieres, puedes.



Y al respecto, ¿qué opinas de la difusión de trucos por internet?
En algunas ocasiones no me parece bien porque se desvelan cosas que llevan mucho tiempo funcionando muy bien, pero por otro lado me es indiferente porque la persona que ve magia para disfrutarla, cuando le desvelan un secreto, a los dos meses se lo repites o lo modulas un poco y se sigue sorprendiendo igual. Por último, hasta me parece bien porque la magia estuvo estancada durante mucho tiempo y este tirón de la gente que desvela secretos por internet, como el mago enmascarado, ha servido para que otros le den una vuelta más a los trucos. Desde que haces un pequeño cambio en la rutina a la persona que supuestamente sabe el truco 'te lo cargas. Yo conozco muchos secretos y, si no, los puedo suponer y hay veces que me pico. Si alguien en algún momento no hubiera desvelado el truco del anterior, tal vez seguiríamos con la versión antigua. Hay opiniones para todos los gustos, yo desde luego no soy partidario de ir contado los trucos, pero si me dicen de hacer un taller, como por ejemplo hice el otro día con voluntarios de la Cruz Roja, me siento con ellos, les enseño cuatro cosas y no pasa nada. Me parece muy bien y educativo. Fomentas la magia. ¡Que desvelas unos pocos secretos!... Yo llevo 20 años y todavía me hacen trucos que me quedo bailando a la pata coja.

Y cuando en directo ves al espectador tratando de pillarte el truco en vez de disfrutar del espectáculo, ¿qué piensas?
Hay público para todos los gustos. Está el que quiere disfrutar viendo magia y ni se plantea cómo se hace, hay otro que le fastidia no saber cómo se hace y el no encontrar el secreto le agobia y se va, y hay otro público que encima te toca y casi que te falta el respeto, porque este es mi sitio y ese es el tuyo, y él va a por ti.

El Mago Lek realiza trucos rápidos a los redactores de AtlánticoHoy | AH

¿Y cuál es el mejor público, el de los grandes escenarios, el de cerca, los niños…?
No hay mejor ni peor. El público siempre tiene que ser bueno y que te aporte cosas. Quizá los niños son más complicados porque piensan más, sin sentido, y pueden acertar más que un adulto, ¡que me ha pasado!, pero después corres el riesgo de que te tiren del pañuelo porque quieren saber al precio que sea, sin pensar. El público adulto, en teoría no te hace eso, aunque los hay, pero es menos dado a ilusionarse, que es lo que intentamos conseguir. Que se sientan como un bebé.

¿Qué es ser mago solidario y desde cuándo formas partes de la Fundación Abracadabra?
Pertenezco a la fundación desde 2009 y todo empezó porque necesitaban hacer un taller, que al final se convirtió en Récord Guiness, en todos los hospitales de España a la misma hora y el mismo día y me llamaron por si me interesaba colaborar. Lo hicimos y aunque en principio no era para el récord, se envió la información a la guía y yo ahora tengo mi premio, porque le dieron uno a la fundación y uno a cada mago que intervino. A raíz de ahí la fundación me volvió a llamar para ver si me interesaba seguir perteneciendo y así llevo desde 2009.

Todos los meses vamos al hospital y hacemos una actuación. ¿Que hay pocos niños? Se hacen por las habitaciones. ¿Que hay muchos? Se hace una actuación general para todos.


¿Cómo es un día cuando vas al hospital para hacer magia?
Lo primero es armarte de valor, porque hay veces que no te gusta lo que ves, pero ya uno se va mentalizando. Yo me preparo, cojo mi maletín o mi show grande y me voy al hospital. Luego le mandamos un informe a la fundación porque ellos elaboran un informe anual que presentan en una revista anuario. No solo es el hospital, sino todos los desfavorecidos. Hay veces que me llaman de otras fundaciones que organizan eventos para gente mayor, niños con problemas, familias monoparentales de mujeres maltratadas… No hay ningún mago que diga que no a esto. Al final somos niños grandes y por norma general nos encantan los niños.A mí me hace más ilusión esperar las nuevas bolitas de colores de juegos de magia, que a mi hijo la videoconsola. La magia y el voluntariado para niños va enlazado. El mago que diga que no, o no es mago profesional o no le gusta la magia o algo pasa.

¿Quién sale más contento después del show, los niños con sus sonrisas olvidando por un rato sus graves problemas o el mago al ver sus sonrisas?
Contento no salgo, pero sí satisfecho. Hay veces que sí salgo contento porque solo son dos niños y uno es porque se rompió un brazo y el otro una pierna, pero después ves a niños que igual más adelante ya no están. Yo salgo de allí pensando en los míos y en la suerte que tenemos de tener salud en casa. Que me falte lo que sea mientras tengamos salud, que es lo que pensamos todos cuando vemos enfermedades de este tipo en primera persona. Y eso es lo que aprendemos nosotros en todos los aspectos. No por el hecho de ir allí solamente, sino porque son ellos los que te enseñan a ti tantas cosas y es tan gratificante que mientras pueda no lo dejo. Cuando me toca, salgo de mi trabajo y voy directo y sin comer, que ya luego volveré a casa. No quiero perder el tema este porque me gusta la magia y me gustan los niños y si encima estás colaborando por una buena causa pues mucho mejor.

Una de las visitas del Mago Lek, de la Fundación Abracadabra, al hospital | CEDIDA

Trabajas la magia de cerca, la magia de salón, magia de escena, magia infantil… ¿Cuál es tu preferida?
La de cerca sin lugar a dudas. No hay nada más bonito que engañarte aquí mismo, en un tapete o lo que sea. O la de salón, que prácticamente es lo mismo. Toda la magia tiene su intríngulis y su parte bonita y al final yo hago más de escena que de cerca.

¿Usas nuevas tecnologías en tus shows?
No, me gusta más la magia clásica. Las manos, las cartas, las monedas y poco más. Las nuevas tecnologías dicen que es la magia del futuro y es bonita, pero tienen que pasar muchos años para que sea así. Yo todavía voy con chaqué.

¿Tienes algún sueño aún por lograr o algún objetivo que cumplir?
La verdad es que no. Me dicen que por qué no me presento a esos programas de televisión que hay. Yo vine conmigo, con mi imagen, con mi historia y no paro de aprender y hacer cosas, como los vídeos que grabo en las redes cuando puedo y tengo tiempo y poco más. No tengo intenciones de presentarme a nacionales, que podría si me entreno, pero no. Yo estoy bien como estoy y a parte tengo mi trabajo también de informático y le dedico a la magia el tiempo que puedo dedicarle, aunque me gustaría que fuese más. Tengo mis shows, mis clientes, mi productora cuando me llama, mi fundación, congresos nacionales y regionales, reuniones con mis compis de Canarias y ya está.



Si tú fueses el periodista, ¿qué te preguntarías que sería interesante compartir?
Uf, tengo que pensar… me preguntaría: ¿Pierde la ilusión un mago cuando conoce el secreto de un mago?

¿Y la pierde?
No (risas). Pero sí es una pregunta que yo me hacía muchas veces. Me gusta tanto la magia que me da miedo perder la ilusión por ella. Un buen amigo y gran pensador me preguntaba que qué era lo que más me gustaba cuando yo tenía 14 años. Le respondí que la informática y que iba a estudiarla y me dijo: “No, estudia otra cosa, porque así tu mayor afición va a ser tu profesión y la vas a perder como afición. Haz lo segundo que más te guste y deja la informática como afición porque te gustará toda la vida”. Pues bien, tuvo razón. Me dediqué a la informática y hoy la odio a muerte. En aquella época ya me gustaba la magia, pero pensaba que si me dedicaba a ella perdía otra gran afición. Pues no, con la magia no ocurre eso. Te impresionas con un juego que te da una primera sensación de sorpresa, te explica cómo lo ha hecho, que pierde mucho por cierto, y tu ahora lo ensayas para que esa sensación la transmitas a tus espectadores cuando hagas el mismo juego dándole una vuelta para tratar de mejorarlo. Esa rueda va girando y es lo que te hace cada vez ser mejor mago. El misterio se pierde, pero le ganas ilusión de aprender y de hacerlo.

¿Son los trucos más sencillos de lo que pensamos?
Normalmente sí. La gente le da mil vueltas a la cabeza y se vuelven locos y después es lo más insignificante del mundo. Pero eso es lo bonito y por eso un niño lo averigua. Es una cosa tan absurda que tu mente no pasa por ahí y va más allá.



Conociendo la misión de la Fundación Abracadabra

La Fundación Abracadabra de Magos Solidarios regala, año tras año, magia solidaria a los que más la necesitan: niños hospitalizados, ancianos, personas con discapacidad psíquica o física, jóvenes en riesgo de exclusión social así como cualquier colectivo que se encuentra en un estado emocional particularmente difícil y necesita sentir que aún tiene la capacidad de ilusionarse.

Patronato de la Fundación Abracadabra | FUNDACIÓN ABRACADABRA

Son más de cien los magos solidarios que, con dedicación absoluta a los pequeños pacientes y a los más desfavorecidos, regalan la mejor medicina: la ilusión. Entre ellos se encuentran los más grandes: Jorge Blass, patrono de la Fundación, Alberto de Figueiredo, Jandro, Iván Santacruz, Juanky y tantos otros que colaboran asidua y generosamente para ayudar a cumplir los fines de la Fundación. 

La Fundación Abracadabra es una organización de acción social sin ánimo de lucro que trabaja en toda España. Está presente de forma mensual en cerca de 60 hospitales. Desde sus inicios en 2005, la Fundación Abracadabra ha llevado magia e ilusión a más de 1.824.859 beneficiarios directos y ha formado a más 5.000 aprendices de magos.