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Sociedad

Los vertidos a la costa no provocaron las mareas de "microalgas" de Canarias

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La enorme proliferación de "microalgas" que alarmó a la sociedad canaria durante el verano de 2017, por su impacto sobre las playas y costas, no tuvo nada que ver con los vertidos sin depurar que aún se producen en algunas islas, en contra de lo que sostenían varios sectores sociales.Dos investigadores de las Universidades de Marsella (Francia) y Las Palmas de Gran Canaria, Mar Benavides y Javier Arístegui, publican este mes en la revista "Scientific reports", del grupo Nature, el resultado de los experimentos que han realizado para averiguar si los vertidos orgánicos disparan o no el crecimiento de colonias de cianobacterias, las mal denominadas "microalgas".Su trabajo se basa en experimentos llevados a cabo con colonias de Trichodesmium en tres estadios distintos de desarrollo, incubadas con agua de mar limpia y agua de vertidos, sin que se apreciara entre los tratamientos ninguna diferencia significativa en el crecimiento y actividad de la cianobacteria.Según informa la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, descifrar las causas del origen y del colapso de la proliferación repentina ("bloom", en el argot científico) de Trichodesmium es el objetivo de un estudio de monitorización actual, enfocado al desarrollo de un modelo predictivo que permita la alerta temprana y gestión de los impactos de estos fenómenos sobre la biodiversidad marina y el estado de las playas y aguas costeras de CanariasEl estudio de Benavides y Arístegui determina que los vertidos incontrolados no promueven el crecimiento de las cianobacterias en las costas de Canarias, sino que intervienen otros factores.El artículo recuerda, en primer lugar, que los "blooms" que ocasionaron alarma en 2017 se habían generado en océano abierto, en buena parte de la Corriente de Canarias, uno de los ramales importantes en la circulación interna del Atlántico norte.Las colonias que habían crecido en el océano fueron transportadas luego hacia las costas por los vientos y las corrientes de la zona. "Las tendencias en la temperatura del océano en las dos últimas décadas indican que las aguas superficiales de la Corriente de Canarias se están calentando sin cesar, lo que posiblemente favorecerá la aparición más frecuente de los 'blooms' de Trichodesmium en un futuro próximo. Esto va a tener consecuencias desconocidas para la región de Canarias, donde también se han producido entre los años 2018 y 2020, aunque con menos intensidad que en 2017", apuntan los autores del trabajo en sus conclusiones.Sin embargo, precisan que predecir cuándo se va a producir una proliferación de cianobacterias de este tipo requiere todavía "averiguar qué factores o combinación de factores los activan y mantienen, desde su origen hasta que colapsan".